Espectáculos

La temporada de premios en la industria del cine se ajusta a la pandemia

Las ceremonias de los principales galardones cinematográficos, entre los que sobresalen el Oscar de Hollywood y los Globos de Oro, están sometidas a los vaivenes de la covid-19. Aun se desconoce si serán presenciales, o si deberán volcarse a lo virtual o a lograr una mezcla de ambas opciones

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Si hay algo que ha cambiado sustancialmente la temporada de premios del cine, es la pandemia del coronavirus. Ha forzado a que las ceremonias de los más importantes galardones cinematográficos, como el Oscar y los Globos de Oro, entre otras, se realicen en forma presencial ante reducidas audiencias; o por el contrario, han tenido que volcarse a lo virtual.

La Academia de Hollywood tiene la intención de que la próxima entrega de los Oscar sea un evento físico emitido en directo por televisión y no una gala digital que haga uso de las videollamadas. Así lo aseguró confidencialmente un representante de esta institución a la revista Variety el verano pasado, cuando dio a conocer que la ceremonia se había prorrogado dos meses, específicamente para el 25 de abril, por la pandemia.

Según la publicación estadounidense especializada en el mundo del espectáculo, los organizadores trabajan con la idea de que la noche más importante del cine de Hollywood se celebre de la manera más parecida posible al formato tradicional, con invitados reunidos en el teatro Dolby de Los Ángeles, para lo que están estudiando posibilidades como una reducción del aforo de la sala.

El aplazamiento hasta el 25 de abril se decidió con la esperanza de que al ampliar el plazo de candidaturas hasta la primavera de este 2021, abrieran los cines y pudieran competir más películas. Claro que esta celebración física dependerá de las circunstancias del momento, ya que seguimos inmersos en la pandemia de coronavirus, con brotes y rebrotes que no permiten todavía hacer un anuncio a rajatabla en este sentido.

Meses antes, la Academia aprobó una excepción para que las cintas que no se hayan proyectado en cines, pero tenían intención de hacerlo, puedan ser candidatas gracias a las plataformas de streaming, antes tan denostadas por la industria y ahora convertidas en su salvavidas.

Este movimiento en la fecha de entrega del galardón más apetecido del cine estadounidense ocasionó que todos los otros premios cinematográficos aplazaran también sus ceremonias. Antes de los Óscar se celebrarán los Globos de Oro (28 de febrero), los SAG del sindicato de actores (7 de marzo) y los británicos Bafta (11 de abril).

En otro ámbito, los Grammy Latinos se celebraron en noviembre pasado con una gala desde distintas ciudades del mundo y con unos pocos invitados en el escenario de Miami, un modelo muy parecido al inaugurado por los televisivos Emmy en septiembre, con una entrega semipresencial desde Los Ángeles, sin alfombra roja y apenas una decena de invitados.

Atípicos Globos de Oro

La edición número 78 de los Globos de Oro será muy diferente a cualquiera de las que ha organizado hasta la fecha la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood. Las condiciones de seguridad que marca la pandemia estarán muy presentes en esta ceremonia, que premiará las mejores películas y series de televisión de 2020. El espectáculo será en el mismo lugar de siempre, el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles.

El cambio en la celebración de la gala ha supuesto un lógico retraso también en la lectura de nominados, que se harán públicos el próximo 3 de febrero. Los miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera tendrán hasta el mismo 28 de febrero para escoger a sus películas y series de televisión favoritas en las diferentes categorías, así como a los intérpretes que participen en ellas.

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Amy Poehler y Tina Fey vuelven, por cuarta ocasión, a conducir la entrega de galardones, aunque todavía no está confirmado si será como las anteriores ediciones o habrá cambios sustanciales. La emisión desde el hotel en el que se celebra siempre mostraba a las estrellas de Hollywood cenando en mesas compartidas y con poca separación, un formato que es fácil imaginar que por motivo de la emergencia sanitaria tendrá que verse alterado.

Las dos comediantes que conducirán la gala han conseguido antes elevar las cifras de audiencia, algo que no alcanzó el presentador de 2020, Ricky Gervais. Las dos actrices, nacidas al amparo del mítico programa Saturday Night Live, se han caracterizado por dejar una ristra interminable de momentos desternillantes y para el recuerdo.

Grandes y pequeños problemas

Con respecto a los Oscar, de realizarse con público como tradicionalmente ha sido, enfrentaría no pocos problemas. El Dolby Theatre de Los Ángeles, su recinto en los últimos veinte años, con capacidad para 3.400 personas, verá severamente limitado su aforo por la emergencia del coronavirus al igual que en las otras ceremonias de la temporada de premios celebradas en el estado de California. Mientras tanto, el Bafta, que tiene lugar en el Royal Albert Hall de Londres, también enfrenta limitaciones similares por el surgimiento de una nueva y más contagiosa variante en el Reino Unido.

Otra dificultad es que el coronavirus, por ser más peligroso para las personas de mayor edad, complica la situación, tomando en cuenta que en el caso de la Academia la edad promedio de sus miembros oscila entre los 50 y 60 años. Y en el de algunos de los posibles nominados ya se barajan nombres como los de Anthony Hopkins (82 años), Meryl Streep (71) y Sophia Loren (86), quienes superan por mucho la edad promedio.

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A pesar de sus decrecientes números de audiencia en los últimos años, los Oscar siguen siendo la mayor premiación de la industria del cine internacionalmente, por lo que hacerlo como un evento presencial hace que su interés sea todavía evidente.

El crítico de cine Kaleem Aftab, en un artículo de la BBC, resalta otra de las razones por las cuales la presencia de una audiencia en la ceremonia sería beneficiosa para la industria: “Un evento físico anunciaría que estamos en una nueva era y que finalmente podemos ir de vuelta a los cines, y que podríamos ver los grandes estrenos salir”, afirmó.

Si en cambio los Oscar deciden pasar a un formato virtual, o híbrido (combinando eventos presenciales y en línea), la Academia y sus pares ya tienen varios ejemplos a seguir.

El más prominente en Estados Unidos fue la ya citada ceremonia de los Emmy 2020, celebrada en septiembre en el Staples Center de Los Ángeles, sin la alfombra roja ni las fiestas que eran la costumbre para la ocasión. La gala, bajo la conducción de Jimmy Kimmel, se realizó sin público, aunque también se subieron al escenario estrellas invitadas como los actores Jennifer Aniston y Anthony Anderson, no así los nominados, que no se acercaron al teatro y en cambio hicieron acto de presencia mediante transmisiones en vivo desde diversos lugares, incluyendo sus propios hogares.

La ceremonia, que no tuvo significativos problemas técnicos, fue fruto de una coordinación minuciosa entre varios equipos de producción que tuvieron que trabajar en 140 locaciones, algunas de ellas fuera de Estados Unidos, en países como Canadá, Reino Unido, Alemania e Israel. De ir hacia un formato similar, un evento como el Oscar requeriría una coordinación igual o más exhaustiva, considerando su mayor presencia global.

Otro ejemplo que puede servirles de inspiración son los European Film Awards (EFA), que también tomaron un formato primariamente virtual por la pandemia. Pero a diferencia de la gala del Emmy extendió la premiación entre el 8 y el 12 de diciembre pasado, presentando virtualmente los premios y conferencias sobre el futuro del cine en esas fechas. El evento terminó el 12 de diciembre con una gran final, más parecida a una ceremonia tradicional, aunque con una audiencia severamente reducida y con los nominados haciendo apariciones solamente a través de video llamadas.

Sea cual sea el formato que van a elegir las galas, no cabe duda de que esta temporada de premios será muy diferente para toda la industria, poniendo de manifiesto el tremendo impacto que ha tenido la covid-19 en cada faceta del acontecer mundial.

Novedades del Oscar 2021

El aplazamiento en la entrega del Oscar para el 25 de abril provocará la ampliación del plazo de las películas elegibles que puedan participar. Si antes podían competir los filmes estrenados entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2020, las películas estrenadas hasta el 28 de febrero de 2021 también podrán optar a ser candidatas.

“Durante más de un siglo, las películas han jugado un papel importante en confortar, inspirar y entretener en los períodos más oscuros”, puntualizó la Academia en un comunicado: “Es lo que sucede este año. Nuestra esperanza, al extender el período de elección y la fecha de los premios, es ofrecer la flexibilidad que los directores de cine necesitan para terminar y estrenar sus películas sin ser penalizados por algo que se encuentra fuera del control de cualquiera”.

Cambiada la fecha de la gala, también se hizo con la de las nominaciones, a realizarse el 15 de marzo de 2021. Según el nuevo calendario de la Academia, la votación preliminar será entre el 1 y el 5 de febrero y las votaciones a las nominaciones tendrían lugar entre el cinco y el diez de marzo. Una vez que se hayan anunciado las nominaciones a los Oscar, los invitados se reunirán en la comida anual de nominados el 15 de abril, con una votación final que tendrá lugar entre el 15 y el 20 de abril.

Inclusión y diversidad

Dos asignaturas pendientes, la inclusión y la diversidad, finalmente han sido tomadas en cuenta por la Academia en una estrategia de movimientos que se efectuarán progresivamente durante los próximos cinco años. En la ceremonia de 2021 ya veremos algunos de ellos.

El hecho de que volverán a ser diez los largometrajes que se postulen a mejor película, es con la finalidad de aumentar la posibilidad de ver filmes más diversos. Otro de los cambios recae en los académicos: las películas candidatas estarán disponibles más tiempo para asegurarse de que los votantes puedan verlas, que era una de las principales quejas. Además, en la rotación de los 17 puestos de los 51 que integran el consejo de administración, Ava Duvernay fue escogida en la rama de cineastas, siendo la primera vez que esta directora afroamericana consigue sentarse en el puesto a pesar de haber estado detrás de producciones como la serie “When They See Us” o el largometraje “Selma”.

Fue precisamente la ausencia de “Selma” en las nominaciones de los Oscar de 2015 la mecha que encendió las protestas en contra de la diversidad de los Oscar, englobadas bajo la etiqueta #OscarsSoWhite.

Parece que seis años después las cosas en Hollywood empiezan a cambiar de verdad y para mejor.

Cine "Parásitos" gana Óscar 2020 a mejor película. AFP

Para las próximas ediciones de 2022 y 2023 se implantarán nuevos requerimientos para las cintas que quieran optar a la estatuilla como mejor película mediante unos formatos de inclusión estándar, que buscarán garantizar mayor diversidad en todas las áreas de producción.

También hay novedades respecto a las categorías. La Academia decidió unir los rubros de mejor edición y mejor montaje en uno solo, reduciendo así el número de estatuillas de 26 a 25. Son dos categorías que suelen generar confusión, tanto entre los académicos como en los espectadores. Además, el premio a la mejor película internacional también verá cambios, ya que por primera vez todos los miembros de la Academia podrán participar en la ronda preliminar de votación de la categoría, en la que cada país propone un filme candidato.

“Un territorio inexplorado”

Al retransmitirse a través de la cadena ABC en Estados Unidos, así como en más de 225 países y territorios a lo largo de todo el planeta, la entrega de los Oscar 2021 podría ser un asunto más sencillo de lo habitual, reflejando la naturaleza tumultuosa de los últimos meses, a la vez que intentará levantar la moral de la industria.

“Nos encontramos en un territorio inexplorado este año y continuaremos trabajando con nuestros compañeros en la Academia para asegurar que la ceremonia del año que viene sea un evento seguro y de celebración”, declaró Karey Burke, presidenta de ABC Entertainment, en un comunicado. Y sugirió que, de continuar las distancias impuestas como medida de seguridad en abril, se podría barajar la opción de un evento virtual.

La crisis del coronavirus trajo consigo la suspensión inmediata de las galas y los festivales de cine, un hecho que muchos tradujeron como el fin de las alfombras rojas tal y como las conocemos. Sin embargo, otros eventos, como la entrega de los MTV Music Awards y el Festival de Cine de Venecia, han demostrado que realmente puede celebrarse una alfombra roja por todo lo alto, lo que significa que la próxima entrega de los Oscar podría acoger ese despliegue como en años anteriores. Eso sí, con mascarillas de por medio y una distancia de seguridad establecida entre sus asistentes.

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