Redes sociales

JR Petare: "No vivo esa vida de influencers que esperan para ver quién le invita"

Juan Ríos, JR Petare, conversa con El Estímulo sobre su carrera empresarial, su labor humanitaria y su apreciación de los influencers: «Todos quieren hacer los mismos shows, que si vestirse de mujer y no cambian los estilos. Así te cansas de las redes y lo mismo pasa con el comercio"

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Jr Petare

Cholas petroleras en partidos de las Grandes Ligas. Un pan con mortadela durante una final de la NBA. Una botella de anís bajo la Torre Eiffel o con la pirámide del Museo Louvre de fondo. Las expresiones «en alta» y «lleno de odio». Esas son cosas que, siendo de Venezuela, rápidamente te llevan a pensar en JR Petare, el reconocido vendedor de calzados y ropa deportiva.

Su nombre real es Juan Ríos, pero Petare acompaña su marca personal y comercial porque fue el entorno que desde los ocho años de edad lo definió como persona. En sus propias palabras, no hay JR sin Petare: «Para todos lados Petare».

Después de su familia y su negocio, la relación con la parroquia es prioritaria y tiene sentido: sus recuerdos más apreciados los hizo entre sus callejones y calles. Allí le dio impulso al nombre que lo acompaña hasta hoy y en esta entrevista cuenta cómo su carrera de comerciante pasó de ser común a un posible fenómeno de la cultura pop nacional.

Agarrar fama en los mercados populares

Jr Petare empezó a ser comerciante independiente en 1989 y su primer producto fueron las famosas sandalias Lighting Bolt. Las que él traía eran originales y las compraba en Maicao, Colombia. Sin embargo, el comercio fue algo que siempre vio en su hogar: «(…) cuando nosotros éramos más pequeños, trabajamos con mi mamá en el Mercado del Cementerio, Mercado Guaicaipuro y San Martín. Ella era buhonera, vendía chores, y ella misma los fabricaba».

En plena etapa universitaria, cursando Turismo en el Instituto Nuevas Profesiones de Las Mercedes, Juan reconoció que solamente vender sandalias no le alcanzaba para vivir y al año siguiente apostó por los zapatos: «En Maicao también había tiendas que distribuían Nike y empecé como con 12 pares. Eran originales».

A pesar de que no eran modelo Jordan, populares en ese tiempo, los vendió todos y desde entonces se dedicó exclusivamente a vender calzado Nike auténtico. Por ser de los pocos vendedores que importaba los modelos deportivos exclusivos o de moda, su fama y agenda creció rápido y Petare dejó ser su punto de venta principal.

«He estado en el mercado de los 70, en el centro (de Caracas), en Metromercado de Capitolio, que fue un boom un tiempo, después vinimos el Merpoeste, y ahora aquí en el Sambil», dice JR Petare.

Para él, llevar su marca a el Sambil significó cumplir un sueño: «Una de mis metas era tener una tienda en un centro comercial, tuvimos la pérdida donde estábamos anteriormente, en el mercado de los 70, buscamos por todos lados, pero en ningún lado se conseguía local».

JR Petare ha vendido zapatos a varios artistas y deportistas internacionales. Algunos de ellos son Farruco, Sixto Rein y Alcides Escobar. Foto: Daniel Hernández

De ese proceso tiene anécdotas: «A mí me negaron el local aquí en el Sambil porque el logo decía JR Petare. No querían el Petare a la vista. Yo peleé para que estuviera. Y luego de varias conversaciones, logré que aceptaran».

Y la mudanza no fue en solitario: «Hay gente que me pide trabajo, pero yo les digo que ya estamos completos. Esa (los empleados) es la gente con la que yo he trabajado toda la vida. Todos son de confianza».

Un comerciante con influencia

A JR Petare (@jrpetare), en su cuenta principal, lo siguen más de 446.000 personas. No todos son clientes, pero la mayoría está ahí porque se identifican con su contenido: memes, frases motivacionales que diseña con aplicaciones, fotos con artistas y una variedad de zapatos y ropa que llama la atención.

«Yo veía gente con 5 mil seguidores y decía: ‘Miércoles, 5.000 seguidores’. Para llegar a esa vaina cuesta, ¿sabes? Pero mira donde estamos ahorita», expresa.

Su éxito en redes sociales es absoluto: todos hablan de lo que publica sea por bien o por mal.

Antes de las redes sociales, Juan Ríos era reconocido por ser de los pocos proveedores de zapatos originales Nike. Foto: Daniel Hernández

Y lo irónico es que crear la cuenta de Instagram no fue su idea: «Creamos la cuenta de JR Petare por medio de un compadre mío que se llama Harold. Eso fue en el 2013. Él me dijo para abrir Instagram y yo: «Ajá, ¿qué vaina es esa?». Me pregunta después: «¿Qué nombre le vas a poner?», y yo le digo «JR porque el nombre mío es Juan y el apellido Ríos, y Petare por la parte donde se crió uno».

«Cuándo se abrió el Instagram, yo lo tenía sin utilizar (…) y mi compadre me dice: ‘Empieza a montar fotos de tu calzado’. En ese momento empezó la fiebre de los gimnasios. La gente iba a entrenar, pero no quería ir con un zapato running, querían franelas que se combinaran con el zapato y con las gorras. Entonces, tú subías los outfits de ese estilo y había gente que te compraba cinco prendas porque no querían ir con la misma pinta al día siguiente para pavear», recuerda.

“Usar las redes para algo”

Aunque el comercio fue el inicio, es obvio que su crecimiento no viene únicamente por las ventas: JR Petare tiene fotos con Stephen Curry, Kevin Duran, Kyrie Irving, Shaquille O’neal, Charles Barkley, Luis Figo y Neymar, por nombrar algunas figuras. También tiene contacto con la mayoría de los beisbolistas venezolanos en las Grandes Ligas, siendo uno de sus amigos cercanos Miguel Cabrera. Ha ido a varias finales de la MLB y la NBA. Y eso, considerando su nicho, mueve personas.

A pesar de todo, él cree que la sencillez del contenido también es parte del proceso de su éxito online: «Las redes mías también crecen porque yo no estoy en eso de que (soy famoso). A mi tienda viene un ser cualquiera, como uno, a comprar un calzado, y uno les toma las fotos si ellos quieren y las subimos a las redes. Igual que si viene un artista. A mí me da igual eso».

Para JR Petare todo lo que se publica debe ser orgánico: «Son cosas que las planeo con anticipación (las fotos y pie de fotos). Son cosas que me gustaría hacerlas en un evento, en un concierto, eso lo tengo ya premeditado. Yo, por ejemplo, me encargo de tomar las fotos de mi calzados, afuera, donde sea. Llego y voy a poner el calzado en cierto sitio y ya tengo lo que voy a escribir. Me gusta mucho eso».

La mejor parte del proceso es que la viralidad le permite hacer lo que más le gusta: ayudar a las personas enfermas en Venezuela.

“A ellos (artistas y deportistas internacionales) les ha gustado mucho. A veces los toco cuando necesito ayuda. Les digo: ‘Coño, reposteame (…) colaborame así sea con $20 para completar y comprar una silla de ruedas”, cuenta.

Su labor humanitaria comenzó por la necesidad que veía a su alrededor: “Yo empecé antes de la pandemia ayudando a los niños, a los bebés, en las maternidades y hospitales que tenían que ver con parte materna”.

“Iba a cada hospital cuando podía y donaba un pote de leche y 10 pañalitos a cada niño. Mandaba a preguntar cuántos niños había en cada área y se le entregaba directamente. Ya después, cuando la pandemia, tú ibas a los hospitales a hacer lo mismo y veías que decían: ‘Si quieres deja esto aquí y nosotros lo repartimos, pero la verdad es que no se podía así porque se perdían las cosas o las vendían porque normalmente lo hacen”, expresa.

Aunque quisiera ayudar a todos, la realidad es que no puede: “Me escribe mucha gente pidiendo todo tipo de ayuda, que si para operaciones, prótesis, todo eso. A todos les respondo y hay que serle muy sinceros. Cuando puedo, ayudo para recolectar para las andaderas, silla de ruedas, muletas, y de resto no hay más recursos”.

“Tu ves a las personas a las que le entregas la silla llorando porque le han pedido a el Estado y nunca se la han dado. Se te salen las lágrimas del sentimiento”, señala.

A la fecha, JR Petare ha ayudado a construir una casa en Propatria y no lleva la cuenta del número de sillas o muletas que ha donado. La realidad es que la cifra solo le interesa antes de la entrega porque tiene que reunir el dinero o rifar sus zapatos por Instagram para comprarlas.

“No me importa si tengo que entregar una silla, una muleta, una andadera en el barrio más peligroso. Uno va con fe porque sabe que va a hacer una buena obra”, aclara.

Viajar por negocios y por ayuda

Juan Ríos viaja constantemente a Estados Unidos para surtir su tienda. A pesar de los años que tiene en esa dinámica, no habla inglés.

“Lo primero que aprendí fue la parte de la comida. Lo que no me gusta. Onion, cosas así. He aprendido a pedir los calzados, las tallas. Lo básico. No lo hablo perfecto, pero me la barajeo”, dice.

Debido a las donaciones que empezó a hacer en Venezuela, amigos, clientes e incluso desconocidos decidieron colaborar con la causa.

“A mí me ha tocado viajar a Atlanta porque una señora, por parte de un amigo mío, me regaló 13 sillas de ruedas. Un amigo me prestó una camioneta grande y las fuimos a buscar. (…) y (…) si allá hay alianzas con una compañía con la que yo mando la mercancía, me hacen el favor y la traen directamente hasta Caracas”.

También recuerda: «Yo estaba en San Francisco una vez y conocí a un americano y me dice toma para la labor que tú haces y me da 200 dólares. Uno se queda loco».

«Yo siempre pongo cuando necesito comprar una silla, una muleta, y la gente de verdad (…) me dice: ‘Yo compro la silla y me mandan el dinero para acá, para la tienda. Y todo eso que a mí me dan va destinado a eso. (….)Antes de esta entrevista, yo puse que había un caso en Barquisimeto y un chamo me dijo: ‘Hermano, mándame la cuenta para transferirte».

Asimilar el cariño: un trabajo inesperado

Dice el dicho que el cariño se gana y Juan cree que sus seguidores son la prueba de que es cierto.

“En las redes sociales y en la calle me saludan y me felicitan por las buenas obras sociales, por la humildad que tiene uno. Me piden foto y anteriormente me daba súper pena que me pidieran una. Yo pensaba que la gente iba a decir: ‘Ajá y quién es este guevon? ¿Quién es esta persona?’. Pero bueno, ya uno se acostumbra. Gracias a Dios”.

“La primera persona que me pidió una foto fue en un juego de basketball Marinos – Cocodrilos en la Caldera del Diablo en Puerto La Cruz. Estaba en la cancha con mi esposa, y me dice el chamo: ‘Hermano, ¿me puedo tomar una foto contigo?’, y mi esposa y que: ‘¿Desde cuándo tú eres artista?’ (…) con el programa de Entregrados, me mando la foto el chamo y me dijo: ‘Pana esta fue la foto’”.

Como a cualquiera que le llega el reconocimiento inesperadamente, Juan también se ha llevado sorpresas.

“Una anécdota es que nosotros estábamos en Miami en un mall y vimos un reguetonero, estábamos con mi hija pequeña y nos tomamos una foto. De repente en la cuadra siguiente, al frente, viene Nicky Jam y yo le digo a mi esposa: ‘Verga, ¿ese no es Nicky Jam? Vamos a decirle para tomarnos una foto con él y que nos grabe un saludito’. Vamos en camino para pedirle la foto (…) y él me dice: ‘¿Qué lo que Petare?’”, relata.

Continúa: “Me tomé la foto y me quedé pegado para que me hiciera el video. Me sorprendí. Se enteró de mí porque parece que el manager de él es venezolano”.

Algo sí tiene claro: no acepta nada regalado. “Si (…) me dicen: ‘Mira, ¿quieres pasar por mi local?’. Le digo que sí voy a pasar, pero que yo pago mis hamburguesas. No vivo esa (vida) de muchos influencers que de verdad esperan para ver quién le invita. No me gusta nada de eso”, expresa.

La clave para triunfar: ser correcto

Si Juan Ríos no está viajando para comprar mercancía, es probable que lo encuentren en el mostrador de su tienda atendiendo a cualquier cliente que entre. Su equipo de trabajo está entrenado: así la gente no vaya a comprar, la invitación para que vean lo que hay disponible está presente. «No se cobra por eso», explica con sinceridad.

La amabilidad es parte de los valores que intenta inculcar a su familia y empleados porque el tiempo le enseñó que la atención al cliente es vital para crear confianza.

«La gente a veces se queda loca porque ven a uno dentro de la tienda y no están acostumbrados a ver a muchos dueños de negocios (en los locales). (La mayoría) están en su casa, en su oficina y yo mismo atiendo a la gente porque a mí nada me cuesta. (…) a la gente le gusta eso, se quedan así como wow. Misredes sociales las llevo yo también, mi teléfono, de repente están hablando contigo y yo respondo hola, tal cosa y me dicen, ¿eres tú?, porque no se lo imaginan», cuenta.

Jr Petare
Juan Ríos en su tienda del Sambil «Jr Petare». Foto: Daniel Hernández

Eso es algo que sus clientes le reconocen: «Hay gente que les dice (a la competencia) yo le compro a JR y los tratan mal, los bloquean o les dan una mala contesta. ¿Pero por qué pues? El dinero es tuyo, tú puedes comprar donde quieras. Puedes pasar por mi tienda y otras más y tú ves donde te conviene el producto, el precio, lo que quieras. Esto es un país libre».

Los años de trabajo le han dejado a JR Petare el panorama del emprendimiento más claro, especialmente cuando se quiere salir adelante: «No (hay que) copiarse tanto de los demás porque esto es como con los influencers».

Para JR Petare, parte de su éxito se debe a la sencillez con la que enfrenta las situaciones. Foto: Daniel Hernández

«Te voy a dar un ejemplo. Los influencers quieren hacer los mismos shows, que si vestirse de mujer y no cambian los estilos. (Así) te cansas de las redes. (…) Lo mismo pasa en el comercio. Si van a vender calzado y de repente no tienen el poder económico de vender original y vas a vender copia, (…) hay que serle al cliente sincero, decirle lo que está comprando, lo que le estás vendiendo. Mira este calzado es original, este es chimbo. Además, todoeso es relativo, porque hay gente que tiene para un zapato original o una copia, igual se lo va a poner», explica.

Por eso, no le tiembla la voz al decir:«Lo que yo más aprecio en mi carrera como comerciante es serle a los clientes correcto. Si tú le puedes conseguir algo, un zapato, un encargo, decirle: ‘Mira sí te lo puedo conseguir’. No mentirle o quitarle dinero adelantado porque muchos hacen así: ‘Yo te lo consigo’. Y duran meses y meses con ese dinero. A mí me gusta la responsabilidad».

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