El apacible pueblo de la Colonia Tovar escondió un secreto durante seis años: un hombre asesinó a sus padres, los enterró en el terreno de su casa de estilo Selva Negra, fingió que se habían ido del país y vendió parte de sus bienes. La policía descubrió las osamentas
La Colonia Tovar es un lugar donde muchos van a buscar la paz, así sea durante un día. Es vivir un día de ilusión, con fresas con crema, salchichas y ensalada de papa, suspiros, mermeladas, paseos a caballo, un clima fresco y pintorescas casitas al estilo de la alemana Selva Negra.
Ese mismo pueblo apacible encerró durante seis años un crimen doble y agravado por el vínculo. José Gabriel Pérez Pérez, hoy de 34 años mató a sus padres a cuchilladas, los enterró en el terreno de la casa, sembró fresas, inventó que se habían ido de viaje, vendió los dos carros que tenían y siguió viviendo como si nada.
Le funcionó casi seis años, pues los mató en 2016, pero falló en algo: los padres no tenían pasaporte. Y un sobrino dio la alerta por redes sociales, pidiendo en tono de desesperación que los buscaran, que estaba seguro que su primo mentía. El Cuerpo de Investigaciones Criminalísticas de la Policía Científica, Cicpc, decidió investigar y encontró a los señores enterrados en el campo de la casa.
Según informó Douglas Rico, director del Cicpc en sus redes sociales, los muertos son José Luis Pérez Orasma y Blanca Margarita Pérez Pérez, que tenían 55 y 51 años en el momento del asesinato. El hijo los enterró en la parte de atrás del terreno, ubicado en el sector El Guasimo. Los funcionarios de la delegación municipal del Cicpc encontraron las osamentas y restos de ropa.
El acusado los mató con un arma blanca que tiró en un barranco en el sector El Topito, cerca de la medicatura, un lugar poco frecuentado por turistas pues allí hay, sobre todo, viviendas de colonieros que se dedican a la siembra de frutas y hortalizas. Interrogado por la policía, admitió los hechos y explicó que los mató en medio de una fuerte discusión.
Pérez Pérez logró comercializar los dos vehículos que poseían sus padres, una camioneta sin cabina y un Toyota Baby Camry. Además, dejó de relacionarse con el resto de la familia, pues siempre preguntaban por sus padres.
El fraticida permanece detenido mientras espera ser procesado por el Ministerio Público del estado Aragua.
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