Las muestras de descontento –de políticos, editorialistas, anunciadores que amenazan retirarse de Facebook– crecen tras la difusión, fácilmente accesible, de las imágenes de la matanza.
Mientras el agresor abatía a sus víctimas en el interior de la mezquita Al Noor de Christchurch, trasmitía en directo por Facebook Live utilizando aparentemente una cámara adosada a su cuerpo.
Facebook afirma haber retirado 1,5 millones de esos videos en el curso de las primeras 24 horas, «entre ellas más de 1,2 millones bloqueados durante su descarga», lo que significa que 300.000 no pudieron ser suprimidos antes de ser descargados. No se sabe cuántas veces éstos han podido ser visionados.
Pese a los llamados a no compartirlos, y las órdenes emitidas por las autoridades, los 17 minutos de video se expandieron rápidamente en la red, y se podían hallar fácilmente varias horas después del ataque que dejó 50 muertos.
«Aptitudes muy limitadas»
Las autoridades del país hicieron todo lo posible para limpiar la red, declaró la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern. «Pero, al final, le corresponde hacerlo a las plataformas» según Ardern, que alude a los gigantes de la Silicon Valley.
«De momento, tengo la impresión de que mis hijos pueden encontrarse con +snuff films+ (con muertes, violaciones, torturas reales) divulgados en directo en Facebook, solamente para que Mark Zuckerberg (su creador) pueda enriquecerse un poco más», se quejó un editorialista del New Zealand Herald.
David Ibsen, director ejecutivo de la organización estadounidense Counter Extremism Project acusa: «La tecnología para prevenir esto está disponible. Las empresas de redes sociales han tomado la decisión de no adoptarla».
Algunos dirigentes, y no solamente en Nueva Zelanda, expresan la voluntad de que las cosas cambien.
El primer ministro australiano Scott Morrison opinó que las redes sociales habían «cooperado» tras el atentado de las mezquitas. «Pero desgraciadamente debo decir que es muy limitada la aptitud real de ayuda por parte de estas empresas tecnológicas».
«Esto ya es demasiado»
«Asuman sus responsabilidades. Esto ya es demasiado» lanzó por su lado el ministro británico de Interior, Sajid Javid.
Las críticas también fueron dirigidas a los medios que difundieron el video, como algunos tabloides británicos.
«Durante un corto momento esta mañana el sitio internet del Mirror difundió imágenes filmadas por el agresor de Christchurch (…) No debimos hacerlo. No es algo conforme a nuestra política sobre videos de propaganda terrorista», tuiteó su jefe de redacción.
La Autoridad de la comunicación y de los medios de Australia lanzó una investigación tras la difusión de estas imágenes por Sky News Australia. El periodista británico Krishnan Guru-Murthy opinó que «nunca se había caído tan bajo»
La AFP analizó una copia del video y confirmó su autenticidad gracias a un instrumento digital, pero no lo divulgó a sus clients
«Las salas de redacción, las plataformas y los responsables oficiales deben reflexionar sobre la manera de evitar entrar en la manipulación de quienes cometen asesinatos y desean obtener un máximo de publicidad, generando un ciclo de violencia y radicalización» comentó el experto en redes sociales, y periodista de Buzzfeed, Craig Silverman.