Viciosidades

Capturan al único asesino posible de Tupac

Esta es una buena noticia que no deja de ser absurda: este viernes se anunció la captura del responsable del asesinato de Tupac Shakur, ocurrido hace 27 años. Lo que no se entiende es por qué el crimen no se resolvió antes

Tupac
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A esta noticia habría que darle la vuelta y preguntarse: ¿por qué no detuvieron antes a este hombre? Resulta muy curioso que haya pasado tanto tiempo -27 años- desde el asesinato del rapero Tupac Shakur, tiempo suficiente como para que tres de los cuatro sospechosos de haber cometido su asesinato hayan muerto y suficiente también como para que ya se asumiera que el crimen iba a quedar impune. Y ahora detienen al único de los presuntos que está vivo, el hoy sexagenario pandillero Duane «Keffe D» Davis.

Es extraño no porque se quiera asumir aquí una posición conspiranoica. Es más bien de estupor: había cuatro hombres dentro del Cadillac desde el cual le dispararon a Tupac en 1996 y este apodado «Keffe D» es el único que no sólo ha sobrevivido, sino que ha contado -como lo hizo en su libro Compton Street Legend– que estaba en el Cadillac y que además lo escondió junto con el arma homicida después de ocurrido el atentado. Si eso no te hace al menos cómplice de una conspiración para cometer homicidio…

Así que este viernes 29 de septiembre aparece el fiscal de distrito de Nevada haciéndose el poeta citando a Tupac: «La muerte no es la mayor pérdida en la vida, la mayor pérdida es lo que muere por dentro en vida. Nunca te rindas». Y diciendo: «Bueno, no nos rendimos».

Duane Davis acaba de ser imputado de asesinato con uso de arma mortal con intento de asistir o ayudar a una banda criminal. «Sé que mucha gente ha estado esperando este día», dijo el Fiscal del Distrito de Nevada, Steve Wolfson, citado por Los Angeles Times. Allí se explica que las revelaciones hechas por el propio Davis en su libro -publicado en 2019- mantuvieron latente el interés por avanzar -aunque muy lentamente, según se ve- en la investigación del caso -que hasta entonces no había producido ningún arresto- y que un allanamiento a su casa en julio pasado, permitió confiscar material relacionado con el asesinato y con la participación de Davis en la pandilla South Side Compton Crips, cosa que ya él había contado también en su autobiografía.

Orlando Anderson era un sobrino de Davis que también formaba parte de los Crips. Y esta es la historia policial que se cuenta en Los Angeles Times y que conduce a una muerte absurda: los South Side Compton Crips eran rivales de otra pandilla de Los Ángeles llamada Mob Piru Bloods, a la cual pertenecían Tupac y sus guardaespaldas y que -obviamente- estaba además conectada con el sello del rapero Death Row Records.

El expediente del caso indica que a las 11 de la noche del sábado 7 de septiembre de 1996, el BMW en el que se trasladaba 2Pac por Las Vegas y que era conducido por su socio Marion «Suge» Knight se detuvo en un punto entre las avenidas Flamingo Road y Koval Lane, mientras se dirigían a un club a seguir la juerga que había comenzado viendo boxeo profesional. Desde su asiento, el rapero neoyorquino se concentraba en un flirteo con una mujer en un carro vecino y en esa distracción no pudo ver a tiempo la maniobra de un Cadillac blanco que alcanzó al BMW: cuatro balas impactaron el cuerpo de Tupac y una rozó a Knigth.

Tupac murió -a los 25 años- el 13 de septiembre como consecuencia de esos disparos.

En ese Cadillac estaba Davis. También su sobrino Orlando Anderson y dos personas más: Terrence Brown y DeAndre Smith. Todos miembros de los Crips. Anderson fue asesinado en Compton -el célebre condado de Los Ángeles- año y medio después de la muerte de Tupac. A Brown lo mataron a balazos en 2015, también en Compton. Y Smith murió, aunque el reportaje no explica cómo.

El personaje clave es Orlando Anderson. Era, mejor dicho. Según la policía de Las Vegas, esa noche se encontraba en el MGM Grand Hotel viendo una pelea de Mike Tyson. Luego del combate, uno de los guardaespaldas de Tupac reconoció a Anderson como uno de los pandilleros rivales que en otra ocasión reciente habría intentado robarlo, así que alertó al rapero y le dieron una golpiza. Y la venganza por este ataque fue lo que determinó esa misma noche el atentado mortal contra Tupac con una Glock .40, dijo el Sheriff Metropolitano de Las Vegas, Kevin McMahill, en la rueda de prensa en la que se informó sobre la detención de Davis.

Hay otro dato absurdo en esta captura tan tardía. En 2018, un año antes de la publicación de su libro, Davis contó sobre su participación en el asesinato en un documental de Netflix. Y allí, según cita de AFP, dijo: “Fui un mafioso, narcotraficante en Compton y soy la única persona que puede contar la verdadera historia respecto al asesinato de Tupac. La gente me ha estado persiguiendo por 20 años, pero he decidido hacerlo ahora porque estoy muriendo de cáncer y no tengo nada que perder. Lo único que me importa es la verdad”.

Cinco años después y pese al cáncer, Davis sigue en pie, solo que ahora le tocará pasar lo que le queda de vida en prisión porque las leyes de Nevada no distinguen en estos casos entre ser cómplice o ser quien haya tirado del gatillo.

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