Entrevista UB

Leo Rojas: "Trabajé todos estos años para poder vivir algo así"

El podcast Escuela de Nada les ha dado recompensas por encima de cualquier expectativa. Leo Rojas fue el invitado sorpresa de Chris Andrade en su show en Caracas y resultó ser el más sorprendido con el recibimiento

Leo Rojas
(Foto: Betania Ibarra / @bibarris)
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Cuando apareció Leo Rojas en medio del show de Chris Andrade en Caracas, crucé miradas con alguna gente en el público que parecía no entender nada. Éramos, debo decirlo, los de más edad en ese sector. ¿Qué está pasando? Hubo gritos, gestos de una felicidad desesperada, de esos del tipo no-me-lo-puedo-creer-tú-me-estás-jodiendo apenas entró Leo con su vaso de ron en la mano y una sonrisa que se proyectaba hasta el último rincón de la Concha Acústica de Bello Monte. ¿Por qué todos reaccionan así?

Leo caminó entre el público, intentó conversar con gente que no podía hablar de la emoción y juro que había mujeres gritando casi todo el tiempo. Un rockstar compartiendo el espacio con otro. Porque te puede gustar o no lo que hacen junto a Nacho Redondo en el podcast Escuela de Nada, pero más allá de cualquier apreciación subjetiva están los hechos: tienen casi 450 mil suscriptores en Youtube con videos que pueden ir desde las 20 mil a más de 300 mil vistas y algunos que hasta pasan del millón, con invitados como Arcángel, La Sirena69, Christian Nodal o Dante Spinetta. En Instagram EDN suma 568 mil seguidores y la noche del 20 mayo, en un evento producido por Cusica, Chris Andrade logró una pequeña gran hazaña: llenó la Concha Acústica de Bello Monte. Y su socio Leo, fue la «sorpresa».

Leo Rojas
(Foto: Betania Ibarra)

-Después de tanto tiempo… ¿Puedes compartir tres impresiones que te haya dejado el reencuentro con Caracas?

-A ver, esta visita fue bastante emocional a pesar de que solo tenía 1 año y 6 meses sin ir a Caracas (en ese momento no tuve tiempo de hacer mucho. Era diciembre y fui específicamente por la boda de una amiga. Ese mismo año fui dos veces, ambas casi relámpago). Esta vez lo viví de otra manera.

La primera impresión, es que las consecuencias de Escuela de Nada y todo lo que hemos construido en estos 5 años, se viven con mucha más intensidad. Es rarísimo explicar esto, pero me sentí la persona más querida y afortunada del mundo. Mucha más gente sabe quién soy, mucha más gente consume lo que hacemos y todas las experiencias vividas en 28 años antes de irme del país, hoy las vivo desde un ángulo surreal. Desde un privilegio que jamás me imaginé tener. Te doy un ejemplo: yo todas las mañanas me comía una empanada en el mismo lugar cerca de mi casa. En este viaje quise hacerlo y la dueña de ese negocio junto a su hija se me acercaron para pedirme una foto y contarme lo mucho que les gusta el podcast. Una gente que me vio todos los días de mi vida desde que era un niño, hoy me estaban viendo con otros ojos. Y eso, por supuesto, me vuela la cabeza.

En segundo lugar, no había caído en cuenta lo mucho que quería estar en mi ciudad. Tuve la oportunidad de trabajar en demasiadas zonas y lugares opuestos entre sí. Viviendo allí, exprimí Caracas desde cada uno de sus rincones a través de las mejores y peores experiencias, y en este viaje caí en lo más cliché del sentimiento. Quería hacer absolutamente todo como el turista más gafo que te puedas imaginar. Paseando mega conmovido recordando cosas que hice con mucha gente a la que extraño, familia y amigos que ya no están. Me puse súper existencialista, al punto de que me daba vergüenzaconmigo mismo cuando espabilaba.

Y tres, esto ya lo sabía pero verlo de frente me dejó loco: la vida en Caracas es más cara que la vida en CDMX. Hay muchos grises en esa comparación pero en general, es una locura.

-¿Qué cosa volviste a hacer antes de irte de regreso a México porque sabes que pasará tiempo para hacerlo nuevamente?

-Me tomé una chicha en La Hoyada. Un carrito frente a la estación del Metro. Fuimos a buscar una en especifico que vendían en la esquina de La Cruz por Plaza La Candelaria, pero ese día no estaba. No es gran cosa, pero aquí en CDMX no hay nada igual. De hecho, tenía como 6 años sin tomarme una.

-De lo que viste y viviste estos días, ¿te llevas temas para hablar en EDN?

-Mucho. Aunque hay veces en las que dudo en contar cosas muy personales en el podcast, encontré un equilibrio entre lo que quiero que la gente sepa y lo que no. La razón de eso es que respeto mucho la vida privada de los que me rodean y hay veces en las que por compartir experiencias, salpico a gente que no tiene las mismas herramientas que yo para enfrentar una exposición así. Para el momento que esto salga seguramente ya habrá un episodio por ahí hablando de lo que viví en esos días. Igual, por mucho que uno lo calcule, ya la cabeza está seteada para que cualquier anécdota sirva para hacer contenido.

-Se te veía feliz e impresionado en el show de Chris, ¿alguna vez te imaginaste una respuesta así del público venezolano?

-Bueno, a pesar de que es fácil tener una idea de lo que le esperaba a Chris (por miles de factores, feedback, analytics, presentarse en otros países, etcétera), ningún show es igual. Siempre hay una incertidumbre sobre cómo reaccionarála gente. Esto que hicimos fue un invento. Yo llegué la noche anterior y me escondí en mi habitación hasta ese momento en el que salí a la tarima. Quería que fuese una sorpresa de verdad. Puedo decir que fácil es top 3 de momentos más lindos que he vivido como creador de contenido. Un recibimiento muy poderoso. Cualquier artista del planeta quiere un momento de gloria como ese en sus respectivas escalas. Me hicieron pensar que trabajé todos estos años haciendo cosas en Internet para poder vivir algo así. Salí muy feliz, con todo y que estaba de coleado en un show que no era mío. Podemos haber vivido cosas similares en cantidad, pero cuando juegas de local el espírituse multiplica por 1.000.

leo rojas
(Foto: Cortesía EDN)

-Ante los números de EDN, el lleno de Chris en Caracas… ¿En algún momento te preguntas qué es lo que le están dando ustedes al público, cómo se explica esa relación pasional de la gente con EDN y ustedes?

-Pues, Escuela de Nada ha sido un proyecto con un timing muy especial. Somos consecuencia de la migración y con ello nos convertimos en acompañantes para muchos que vivieron lo mismo. Desde el que se fue, hasta al que le tocó ver irse a otros. Hay algo en la simpleza de nuestra dinámica que no se puede explicar. Siempre lo digo, este proyecto se puede acabar mañana e igual la comunidad que se formó va a quedar para la historia del formato. Ayuda mucho que somos seis personas completamente diferentes con un sentido del humor muy particular. Seis porque esa es la cantidad de gente que lo hace posible en el día a día. Si tuviésemos personalidades similares seguramente esto sería un fracaso. El abanico de posibilidades para sentirte identificado con cualquiera de nosotros es bastante amplio, sobre todo si tienes cinco años creciendo con EDN y viendo cómo vamos cambiando nuestra forma de pensar. También hay una línea muy delgada entre eso y que te genereruido lo que somos… y eso está bien.

-¿Se abre una puerta para la visita de EDN a Venezuela o eso sigue todavía fuera de sus manos?

-No creo que se haya abierto una puerta. Es algo que está completamente fuera de nuestras manos. No hay nada que queramos más en el mundo que hacer un show en nuestra casa, pero las circunstancias son bien complicadas.

-¿Y la posibilidad de un show Leo-Chris? ¿O la posibilidad de Leo y Chris en Caracas y Nacho desde algún lugar remoto?

-Un show de Escuela de Nada tiene que ser con los cuatro juntos en el mismo lugar, sino, no tiene sentido. Un show Leo-Chris nunca se ha planteado porque el formato se inclinaría más hacia el stand-up y no es algo que yo haga. Mi manera de hacer «comedia» ha estado atada por años a un formato muy ajeno a eso. A veces pienso que debería atreverme e intentarlo, pero también soy muy cuidadoso con no meterme en territorios que no tengo tan medidos. Capaz es miedo y ya. Igual, uno nunca sabe. Suponiendo que sí, es algo completamente válido. Existe el Chris-Nacho (“Espaditas”) y les va muy bien.

-¿Los cuatro?

-Sí claro, Daniel García es el cuarto EDN. Además de ser el jefe de postproducción en EDN Media House, forma parte de nuestra dinámica en cada episodio. De hecho, es el favorito de la gente y tiene su propia participación en la gira actual. Escuela de Nada está conformado por seis personas: nosotros cuatro, Alexandra Colmenarez y Daniela D’Ovidio. Además de eso, una cantidad de colaboradores externos mega talentosos que también tienen la culpa de todo lo que se ve en cada plataforma.

-¿Nunca has preparado, aunque sea solo para probar, una breve rutina de stand-up a ver qué tal?

-Es algo con lo que he coqueteado mucho últimamente. No es lo mío, pero tampoco descarto que lo sea en un futuro. Con los shows en vivo de EDN he rozado el formato y me he permitido medir qué tan posible es que lo haga en algún momento. Igual no tengo apuro en que pase. Mínimo, tengo que intentarlo aunque sea una vez. No te voy a negar que he fantaseado con la idea de poder girar yo solo.

-Te planteo un ejercicio sencillo para saber cómo ves lo que haces: ¿Cómo le describirías a alguien que nunca ha visto el podcast lo que es y hace EDN? ¿Cuál asumes que es tu aporte y tu papel en la dinámica de EDN y cuál el de Nacho y el de Chris?

-Hace poco tuve una conversación relacionada a esto y al prejuicio del consumidor que no te conoce. La línea editorial de EDN siempre ha sido muy libre porque eso es lo que nos permite reinventarnos y probar cosas cada vez que se nos antoje. Hoy puede que veas un episodio conmovedor e introspectivo, la semana que viene capaz te toca la versión más inmadura de cuatro tipos heterosexuales y quizás en par de meses te cruces con un EDN & Friends interesante desde todo punto de vista, sustancioso e inspirador. Es casi una ruleta rusa de conversaciones. Fue el modus operandi involuntario con el que hicimos click y con el que nos divertimos desde hace 5 años.

¿Qué consecuencia negativa puede traer esto? Que capaz no hagas click con la primera flecha que te atraviese el pecho, sobre todo si no nos conoces. Con eso vienen prejuicios, encasillamientos y choques de primera impresión. Por eso somos un proyecto que genera tanta conversación, porque cada uno tiene su propia interpretación de lo que somos como comediantes y como seres humanos. Hay veces que a la gente se le olvida que somos un grupo de amigos siendo completamente transparentes como si no tuviéramos una cámara enfrente. Unos tipos que aciertan, se equivocan, ganan, pierden, triunfan, se arrepienten, joden, son emocionales, tranquilos, reactivos, se les va el yoyo… somos absolutamente todo lo que cualquier persona quiere que seamos porque intentamos que no haya pretensiones. Sin embargo, también podemos ser pretenciosos y no pasa nada. El que busque darle un significado a eso más profundo de lo que es, va a encontrar ruido.

Yo no soy el host de la conversación pero mi posición en la mesa me lleva bastante hacia allá y es lo que muchos creen. Soy el más introvertido y calmado de los tres. Eso contrarresta un poco el ritmo de Chris e Ignacio que son muy rápidos con sus remates. La diferencia de personalidades es lo que ha hecho que esto tenga un buen equilibrio. Si alguno se pareciera a otro creo que esto no hubiese funcionado tanto como funciona hoy.

Leo Rojas
(Foto: Betania Ibarra)

-Tienes una agencia de estrategia digital enfocada en los músicos. ¿Cómo surgió eso, cuál es tu conexión ahí con la música y qué es lo que hacen? ¿Eres como un gurú de los medios digitales?

-Jajaja… no soy ningún gurú y espero nunca proyectar algo así. Siempre me ha apasionado la Internet y cómo funcionan las redes. Las estudio muchísimo. El conocimiento que puedas tener producto de una pasión como esta, tiene poca vigencia. Todos los días cambia algo, todos los días tienes que girar la perilla de un lado a otro. Soy un enfermo intentando detectar qué funciona y qué no. Eso es todo. De ahí nació la idea de la agencia que terminó aprovechándose de mi relación con músicos y artistas amigos con los que he forjado una relación desde hace mucho tiempo. Soy un carajo con demasiada suerte porque en el camino he conocido a todo el mundo. Entré a esto siendo un adolescente y hoy, 18 años después, puedo decir que tengo la fortuna de tener en mi radar a gente muy dura. También tiene mucho que ver mi querencia por la música: soy un músico frustrado.

-En Venezuela los medios tradicionales hace rato que son enanos ante los digitales, ¿cómo es esa relación de dimensiones en México? Por ejemplo, ¿para EDN es valioso aparecer en televisión y radio mexicana?

-A pesar de que no soy muy fan de los medios tradicionales, creo que todavía algunos tienen su magia. No todos los viejos ven televisión nacional y no todos los jóvenes usan TikTokpara buscar un restaurante. Hay grises que podemos aprovechar. Al final, la presencia es clave para mostrar lo que haces.

Lo que sí creo es que cada vez más la gente sabe cuando alguien en un medio tradicional quiere aprovecharse del estatus de un artista faltándole el respeto o hurgandosin tacto en cosas personales con un fin morboso. Ya lo estamos viendo cuando muchos prefieren ir a podcasts por encima de un matinal en cualquier canal local.

También depende de qué quiere uno, a qué audiencia quieres llegar. ¿Vale la pena salir en este programa que tiene una audiencia de+50? ¿Rescataremos algo de ahí? ¿Esa gente disfrutaría lo que hacemos? Es complicado de saber, pero es un indicador que te ayuda a optimizar esas movidas. En México, por ejemplo, los medios tradicionales siguen siendo muy fuertes. Tienen un sistema muy poderoso con el que pueden titiretearla carrera de alguien, decidir cuándo sube y cuándo baja. Con el episodio de Nodal experimentamos un poco de eso. Salimos en demasiados medios y no sé qué tanto inflaron los números de ese EDN & Friends.

-Volviendo al éxito de EDN, ¿es posible establecer en qué proporción de porcentaje se debe a intuición-improvisación y cuánto a organización-planificación? La pregunta viene al caso porque a veces parece que en un podcast basta con ser más o menos gracioso y sentarse a hablar frente a un micrófono dejando todo a la suerte de la improvisación y la autopercepción de talento…

-Detrás de cada episodio hay muchísima organización. Sobre todo porque estamos cada vez más ocupados de forma individual. Tiene mucho que ver con los tiempos, agendas y temas para hablar. Ya cuando estamos sentados en la mesa no hay guion ni un plan específico editorial. Hay mucha improvisación. Por eso nos apoyamos en lo que podamos investigar en tiempo real. Yo diría que es 85% intuición-impro y 15% organización-planificación (hablando de lo que ocurre con las cámaras prendidas).

Mucha gente piensa que es bastante simple hasta que llegan al episodio 20 y se dan cuenta de que lo más cuesta arriba es ser constantes. Nosotros tenemos más de 600 episodios entre públicos y Patreon, estamos hablando de más de 500 horas conversando. Son casi 5 horas de contenido a la semana de forma ininterrumpida desde julio de 2018. Para mí, eso es lo que nos tiene hoy disfrutando de muchas cosas lindas. Mucho más que cualquier talento que podamos tener.

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