Máquinas

El papá de los rusticos

Sacando a relucir su experiencia en la construcción de autos rústicos en toda la extensión de la palabra y muy a pesar del auge de los SUV, Mercedes-Benz lanza su nuevo Clase G 500 4x4², un verdadero auto para el trabajo duro que viene a completar una gama muy poco conocida de la automotriz alemana

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Tomando como base el Mercedes AMG G 63 6×6, el nuevo integrante de la familia es desde cualquier ángulo que se le mire un rústico a toda prueba, que reinterpreta las líneas rectas para dar vida a una silueta musculosa y masculina que dejan claro su potencial.

Destacándose por sus 2,24 metros de altura, el nuevo Clase G duplica la altura libre del suelo de su hermano convencional, lo que le proporciona un ángulo de entrada y salida mayor que permite vadear espacios acuáticos con mejor desempeño.

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Al frente resalta su careta cuadrada y cromada a cuyos lados se adosan dos luminarias redondas con un aire vintage pero actualizadas gracias a una franja de luces LED que mejoran la visibilidad. Adicionalmente, cuenta con dos luminarias LED adosadas al spoiler sobre el parabrisas, que se activan para iluminar los trechos más difíciles.

Dada la altura, el nuevo Clase G utiliza neumáticos de 22 pulgadas, una medida que supera la matriz para este tipo de autos y que aporta mucha destreza a la hora de superar obstáculos de gran tamaño. Incluye un control de presión que garantiza no quedarse varado por fallas en los cauchos. Los bajos están recubiertos por coraza de acero pulido de alta resistencia y una estética insuperable.

Fuerza bruta

Esta vigorosa apariencia está acompañada de la fuerza suficiente para hacer del G 500 4×4² un todoterreno completo. Para ello Mercedes decidió utilizar el mismo motor incorporado en el AMG GT: un V8 de 4.0 litros de inyección directa y sobrealimentado por dos turbo que entrega 421 caballos y 610 Nm de torque entre 2.250 y 4.750 rpm.

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Capaz de impulsar el auto a velocidades de hasta 210 kilómetros por hora, y acelerar de 0 a 100 km/h en 7,2 segundos, el propulsor está unido a una caja de cambios 7G Tronic automática de siete velocidades manejadas desde levas en el volante. Cuenta con tracción permanente en las cuatro ruedas con tres diferenciales autoblocantes y reductora que garantía el agarre en todo momento.

La dirección es hidráulica; los frenos con ABS son discos ventilados de 380 mm adelante y 379 mm atrás asistidos por control de estabilidad y asistente de arranque en pendiente. Cuenta con control de velocidad crucero, cámara de visión trasera y asistente de estacionamiento delantero y trasero.

El interior es más confortable de lo que cree. El panel de control bastante convencional tiene incrustaciones de fibra de carbono y relojes a medio camino entre lo clásico y lo digital. Cuenta con un pantalla táctil de 4,5 pulgadas programable.

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Para facilitar el acceso del conductor, el volante se desplaza automáticamente al abrirse la puerta. Acceso y arranque sin llave, techo panorámico eléctrico, cristales calorífugos, climatización bizona, conexión a internet a través del teléfono, sistema de mando por comando de voz, reproductor de DVD y sintonizador de televisión, son algunas de las chucherías que incluye.

Fabricado conta pedido, su precio es tan alto como el de cualquier modelo Mercedes AMG: 273.000 euros (unos 300.000 dólares), monto que puede aumentar cerca de 50.000 euros si se opta por alguna de las pinturas especiales que ofrece la marca.

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