Melomanía

El K-Pop es un escape y un reencuentro

Este mes se publicó el primer libro de memorias de la banda BTS que cumple una década de trayectoria, haciendo coincidir la ocasión con la fecha -9 de julio- en la que se celebra el aniversario de ARMY, la leal fanbase de la agrupación surcoreana. En este texto, Samuel Salazar Morales, cuenta cómo ha sido su relación con el K-Pop y nos ayuda a entender el fenómeno

K-Pop
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Justo un día antes del aniversario de ARMY (nombre del fandom de BTS o 방탄소년단/Bangtan Sonyeondan), un tweet de@popbase me recordó que hace dos años yo estaba tirado en el piso, refugiado entre el sofá y la mesa de centro de mi sala.

La del 7 de julio de 2021 fue la noche final de varias semanas de enfrentamientos por el control de la Cota 905 y los vecinos de El Paraíso(urbanización aledaña, para quienes no sean de Caracas), quedamos en medio del fuego cruzado entre los cuerpos policiales y los antisociales que buscaban conservar territorio. A pesar del caos, yo estaba esperando a las 12 por el estreno de «Permission to Dance», el tercer sencillo en inglés de BTS.

Los cinco minutos del video musical fueron un escape, aunque continuaba en el piso y la balacera no paró mientras sonaba la canción… paradójicamente, el nombre del grupo방탄소년단/Bangtan Sonyeondan puede traducirse como “boyscouts a prueba de balas”.

En esa situación tan particular, tan de «solo en Venezuela», parece resumirse mi relación con el K-Pop durante 12 años: ha sido un escape.

Pero no solo un escape para evadir la violencia, como en aquella noche, sino en un escape para reencontrarme, entenderme más y conseguir inspiración para construir en el día a día. Y mira que siendo un internacionalista formado en comunicaciones estratégicas y que hoy se dedica a diseñar estrategias para marcas de la economía creativa, he pasado buena parte de mi vida adulta entendiéndomey explicando a otros qué hago, qué soy: no, ni estudié para ser embajador ni mi trabajo actual se limita al «mercadeo» o «las redes».

Mucho más que música, el K-Pop es un fenómeno multi y transcultural proveniente de Corea del Sur, que por su carácter eminentemente audiovisual y su adaptación a los cambios del mundo digital, logra hacerse envolvente, casi omnipresente, para quienes nos hemos vinculado a él. El K-Pop ha repensado la forma de hacer música, traduciendo ideas en conceptos creativos impactantes, por lo general cargados de colores y brillo. Tanto a través de las letras de sus canciones como de su expresión visual, va más allá de los típicos temas de amor y diversión del pop occidental: auto-aceptación de la identidad individual, salud mental frente a las presiones de la vida contemporánea, cuestionamientos intrínsecos a las visiones tradicionales de «lo masculino» y «lo femenino», etcétera.

La conexión con el K-Pop termina afianzándose en ti por algo que eres o por algún momento clave que estás pasando en tu vida. Por ejemplo, gran parte de los ARMY más adultos llegaron a BTS porque vieron un proceso de duelo propio reflejado en la era “Love Yourself” del grupo. Por eso el fandom puede a veces ser tan “intenso”.

En menor o mayor grado, el K-Pop tiene la capacidad de transformarnos de adentro hacia afuera. Cuando mi «escape» con el K-Pop comenzó, estaba en la seguridad de un trabajo estable que en el fondo me estaba haciendo infeliz. Con el paso del tiempo, me hizo atreverme a vestir con más colores, sin sentir que debía ocultarme y sin importar si es age-appropiate en los+30. Hoy es una fuente infinita de referencias creativas. Así como quienes hacen vida en el mundo de la comunicación audiovisual tienen un archivo de campañas, editoriales, películas y otras fuentes de referencias, yo tengo en mi archivo (mental y digital) 12 años de lanzamientos del K-Pop, con sus videos musicales, infinidad de fotos promocionales y todo el estilismo de moda involucrado.

Pero si algo he confirmado gracias al K-Pop, es que puedo encontrarme a mí mismo al conectarme a otros y crecer junto a ellos. La conexión con el fandom, el estudiar coreano en su momento, han sido el puente para descubrir nuevos talentos y áreas de desempeño profesional, junto a personas y jóvenes artistas maravillosos que cambiaron mi vida y siguen siendo parte de ella.

Los años como manager de @kairomouse me dieron experiencia en el retador mundo del manejo de talentos y me llevaron a vivir el K-Pop junto a fans de otros países de América Latina.

Al tiempo que he encontrado en cada uno de sus miembros seres maravillosos y diversas potencialidades artísticas, el trabajo con @traineescompany me ha demostrado el talento increíble para el baile y las artes escénicas que el K-Pop puede inspirar a desarrollar en tantos jóvenes, lo que además vi de primera mano que está ocurriendo en otros países de nuestro continente. Es inmensa la cantidad de jóvenes que bailando, han descubierto en el K-Pop una manera de escapar para encontrarse a sí mismos, que ven en las historias de superación de muchos artistas coreanos una aspiración y oportunidad de movilidad social que sus países hoy no les ofrecen.

Tal vez para los músicos y melómanos más puristas el K-Pop es «demasiado industria», pero la formación y estímulo al talento que representa, es algo que nuestras sociedades necesitan y que tantos jóvenes talentosos merecen.

Quizás sea una de las canciones menos memorables del excelente y amplio catálogo musical de BTS, pero «Permission to Dance» funciona como un recordatorio de lo que ha representado el K-Pop para mí: no necesitas permiso para «bailar», así como tampoco lo necesitas para ser quien eres, para expresarte, para ser «el diferente» o el incomprendido de tu grupo de amigos o de tu sector de trabajo. Como los mejores lanzamientos del K-Pop, cada uno de nosotros tiene “un concepto” maravilloso y profundo, que podemos mostrar en colores y brillo, de maneras infinitas.

Toca recordarlo, incluso si te toca estar “atrapado” en una situación de crisis, como yo aquella noche del 7 de julio de 2021.

¿Te da curiosidad conocer más sobre el K-Pop?

La industria del K-Pop -y el sector musical independiente que la rodea- es muy amplia y musicalmente más diverso de lo que suele creerse. Lee estas recomendaciones y prepárate para -como Alicia- caer por un agujero de conejo lleno de colores y buenos conceptos creativos.

-¿Simplemente más boybands para tu playlist? Mínimo debes sumar a los mejores y más vendidos grupos del momento: Tomorrox X Together (TXT), SEVENTEEN, Stray Kids, ATEEZ y Enhypen. EXO y SHINee, dos maravillosos grupos masculinos con más de diez años de carrera, tienen lanzamientos recientes.

-¿Te inclinas hacia los girl groups? Además de Blackpink, el grupo sensación NewJeans tiene nuevo material, así como estan IVE, aespa y Le Sserafim. ¿Opciones con sonidos y temas un poco más adultos? Tienes a MAMAMOO y a la actitud punk de (G)I-DLE.

-Si lo tuyo son los sonidos más «latinos», debes darle play a «Antifragile» de Le Sserafim (con la hondureña Isabella Lovestory en la producción), a «BIBI’s Vengeance» de BIBI, al temazo «ICKY» de KARD y claro, al instantáneo clásico «Mr. Rover» de Kai.

-¿Rock suave? La banda The Rose ¿Pop-punk dosmilero? La banda Xdinary Heroes (sí, los que cantaron «Ojos marrones» de nuestro Lasso) ¿Rock fusión? «Heageum» de Agust D, el alter ego de SUGA de BTS, mezcla magistralmente rock con música tradicional surcoreana y hip-hop, al igual que «Jack in the Box» de su compañero J-Hope, combina hip-hop y grunge en el noveno mejor álbum de 2022, según la revista Rolling Stone.

-¿Electrónica y ritmos alternativos? Busca al grupo Balming Tiger, en particular «Sexy Nukim», canción en colaboración con RM de BTS. Sigue con los chicos del colectivo DPR (acrónimo de Dream Perfect Regime), especialmente el más reciente álbum “Moodswings in to Order” de DPR IAN.

-¿Te gusta el hip-hop? Puedes irte por lo clásico y disfrutar de la propuesta del trio Epik High, así como de la reina CL, líder del disuelto grupo 2NE1. ¿Más irreverencia? Busca a la coreana-estadounidense Jessi y su temazo «Zoom».

5 cosas que NO debes decirle a un fan del K-Pop

No importa cuánto se haya normalizado el K-Pop gracias a BTS y Blackpink, aún existen prejuicios y falsas afirmaciones que siempre hacen a los fans pasar un mal rato. Vamos a evitarlas.

1. «Yo los veo todos iguales». Sí, tan iguales como todos los actores que se llaman Chris y han actuado en películas de Marvel, o como ocho de las últimas diez Miss Colombia. Tan solo tu ojo no se ha acostumbrado a su fisonomía aún. No seas racista.

2. «Ay, pero si esos ‘chinos’ parecen mujeres». Probablemente el fan al que te diriges se identifica con ellos porque tiene una identidad o expresión de género diversa. Un poquito de tacto y empatía.

3. «¿Por qué son tantos?» Como una propuesta glocal, el K-Pop toma inspiración de dos manifestaciones artísticas coreanas: bailes tradicionales y el B-Boying de los 90. No es una pregunta incómoda, pero sí ya muy repetida; investiga un pelo.

4. «Eso es una industria, no es música de verdad». Pues te informo que en la mayoría de los grupos que mencioné arriba, sus miembros son cabeza o al menos parte integral del proceso de creación musical y conceptual de sus lanzamientos. Los «idols» que solo son performers y siguen ordenes de sus empresas, cada vez son menos (al menos en los grupos que trascienden en el tiempo).

5. «El lado oscuro del K-Pop». Esta es una narrativa simplona repetida hasta el infinito por muchos medios occidentales, que solo buscan generar clickbait. Este enfoque se queda en los muchos e innegables retos y problemas de la industria musical surcoreana, sin contrastarlos en lo más mínimo y sin comprender las particularidades de la cultura local de Corea del Sur. Alguien que de verdad sabe de K-Pop, sacará a relucir este tema solo para desmontarlo.

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