Viciosidades

No me digas que soy hetero

Isa Saturno ha venido compartiendo a través de UB algunos aspectos centrales de su proceso de transición. Y justo ahora, en pleno junio, cuando se disponía a sacar su bandera arcoíris para marchar pegó un frenazo y casi choca: si ahora soy hombre y me gustan las mujeres... ¿en qué me he convertido?

TEXTO: ISA SATURNO @PETIPUASATURNO FOTOS: Gabriel Méndez @gabrielmendezstudio
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Es junio, el mes del Orgullo, y mientras hacía planes sobre cómo iba a celebrar este año (el primero como transgénero) me cayó encima un pensamiento aterrador: soy straight. “Claro, si ahora soy un hombre y me gustan las mujeres… pues, soy hetero. Ya va… ¿yo di toda esta vuelta para terminar aquí? ¿Aquí en este lugar tan desprolijo y triste?”. Pido perdón a los heterosexuales por pensar así pero imaginen que les pasara lo mismo, que un día se despertaran y se tuvieran que definir, de la nada, como gays o lesbianas. Estoy seguro de que extrañarían las convenciones de ser lo que eran.

Sin embargo la epifanía no me colapsó. Respiré, lo puse en Twitter, me estiré y abrí la ventana: ¿qué soy hoy? Pregunté alzando las manos al cielo.

No puedo ser hetero porque no soy un hombre completo

No, yo sí soy un hombre, pero un hombre en transición. Las limitaciones que me alejan de ser un “hombre completo” las han sufrido otros “hombres completos”. Me refiero, por ejemplo, a la falta de un pene. Breaking News: hay hombres sin pene e incapaces de reproducirse. También hay hombres lampiños. Y hombres con tetas. Y hombres que usan dildos. Y esos hombres van por la vida con sus parejas mujeres, siendo y reconociéndose como hombres heterosexuales.

Entonces si hay hombres que son, llamémoslos, peculiares, yo también puedo ser un hombre peculiar. Y como históricamente me han gustado las mujeres, es decir “mi nuevo sexo opuesto”, pues puedo considerarme hetero. Pero no. No puedo ser un hombre hetero porque no tengo una historia de hetero.

Soy parte de una comunidad que sistemáticamente ha sido marginalizada. Como lesbiana, muchas veces me cerraron la puerta en la cara de hogares y locales comerciales. No recuerdo la última vez que fui a una parrilla familiar en calidad de novia de alguien. Tampoco que una abuela nos echara la bendición por ser una pareja ejemplar. Ninguna tía me ha regalado un escapulario y todas las navidades tienen ese flow raro de la no pertenencia. Ha sido una historia de adaptación, resiliencia y resistencia.

Quien ha salido alguna vez del clóset sabe que la libertad viene acompañada de soledad… Yo que hice ese viaje y tengo la historia de mis pares corriéndome por las venas, no. Yo no puedo ser heterosexual.

No puedo ser gay porque… ¿por qué es que no puedo ser gay?

Les he contado que la terapia de reemplazo hormonal reconfigura el placer. Esto, claramente, ha cambiado la forma en que percibo las cosas. Como lesbiana, los hombres me parecían nulísimos. Los veía como una mancha en el panorama, como si padeciera una miopía selectiva. Desde la testosterona todo cambió. Ahora me fijo en cómo hablan, en sus músculos, en la sonrisa… Qué atractivos son. Qué atractivos son además dentro de la comunidad gay, poderosa por la red que construyen, donde se ayudan entre sí y además fomentan la belleza, la innovación y el espíritu de colaboración. Admiro a muchos hombres gay porque han sobrevivido a la violencia, al VIH, a la discriminación laboral, a los abusos de un ambiente jerárquico como es el de la masculinidad y han terminado por alzar un imperio hermoso, lleno de estimulantes, buena comida, arte y placer.

(Fotos: Gabriel Méndez)

Pero, ¿qué soy yo, un hombre con vagina, para un hombre gay? ¿Qué es una “loca pasiva peluquera” para un macho gay? ¿Qué significa “solo maricos serios”? ¿Por qué descalifican las marchas del orgullo por ser “festivas”? ¿Qué quieren decir cuando critican a una mujer por no ser femenina? ¿Por qué se dan tan duro entre ustedes, entre los top y los bottom, entre los pasivos y los activos?

Para poder ser gay necesito un maestro gay que me ayude a sortear toda la división que hay este mundo… Estoy abierto a las posibilidades, pero tengo miedo, no lo voy a negar.

No puedo ser lesbiana porque ya no soy mujer

Tengo 17 años fuera del clóset, toda una vida lésbica me acompaña. Comparto historias con otras mujeres que valen oro. No me alcanzará la vida para agradecer tanto tiempo siendo mujer y amando a otras mujeres… He adorado ser lesbiana y me encantaría seguir siéndolo. Y no puedo. Esta era que empezó escuchando tAtU hoy llegó a su fin.

Yo ya no soy mujer y es imposible engañar a alguien en una transición. No podría mentirle a una mujer que está segura de que quiere salir con otra mujer. No podría hablarle de otras cosas antes de aclarar que soy un hombre transgénero. Es mi Tinder drama, ¿en qué momento debo mudarme y convertirme en un objeto sexual para mujeres heteros? ¿Ese día terminaré de enterrar mi lesbianismo?

Mi epitafio: Aquí yace Isabella, lesbiana ejemplar, nos dejó para convertirse en hombre. Qué horror.

Entonces, ¿qué soy?

Antes de que salgan a decirme que me olvidé de ustedes, aquí voy: larga vida a los bisexuales. Ustedes probablemente sean quienes desbloqueen el mundo. Quienes resuelvan este juego trancado. Quienes terminen por enseñarnos cómo se vive el placer, la libertad, la sensibilidad y la empatía. Todos los días intento ser como ustedes pero la verdad es que termino entrampado en mis propios complejos, historias y costumbres: vuelvo siempre a una mujer. Pero ese camino espiritual no lo desecho.

¿Qué soy entonces? Algunos me dicen que genderqueer, que queer, que poliamoroso, que non-binary… pero todo eso me suena a yogurt, a posiciones de yoga, a menú de Starbucks*. La verdad es que no estoy preparado para ninguna definición y, lejos de sentirme confundido, simplemente creo que debo mantenerme atento a mi cuerpo y a sus impulsos: soy un hombre transgénero y apenas estoy descubriendo lo que eso significa. Para compartir mi cuerpo con otra persona, sexualizarme, comunicarme y convertir esa relación en algo político… habrá que esperar, experimentar y vivir. No es momento para otra bandera.

*Esto ha cambiado radicalmente en los últimos días y todo tiene que ver con una gringa. Sí. Con una gringa. Esperen al próximo artículo.

Fotos: Gabriel Méndez @gabrielmendezstudio
Vestuario y maquillaje: Leonardo van Schermbeek @leonardovans_
Asistencia de producción: Jefferson Quintana @condobleefe

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