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Reguetón y depresión riman: J Balvin lo sabe

J Balvin ya es una leyenda del reguetón: y todavía le queda mucho por hacer. ¿Cómo es que un tipo tan exitoso diga abiertamente que atraviesa un proceso de depresión clínica? A todos nos puede pasar. Y el colombiano está ayudando a muchos con su ejemplo

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Algunos lo consideran el artista más influyente del reguetón, la gran revelación artística de Colombia en la última década. Temas en el número uno de Billboard tuvo varios y tendrá, seguramente. Decenas de galardones adornan su hogar y cualquiera juraría que J Balvin es un dios, pero tiene un problema bastante común entre los simples mortales: la depresión.

José Álvaro Osorio Balvin nació el 7 de mayo de 1985 en la ciudad de Medellín, Colombia. Comenzó su carrera musical en el año 2001 con el single «Hasta mañana», incluido en su álbum debut «Real» del 2007.

Ya por esa época lanzó su primera producción como solista, una canción titulada “Panas”, la cual habla de la amistad y con la que ingresó al mercado del reguetón. Dos años más tarde lanzó los temas “Sencillo”, “La playa” y “Éxtasis”, que fueron incluidos en «Real». La canción “Éxtasis” fue un hit en su país y marcó pauta en el género urbano en Colombia.

En 2009, con el sencillo “Ella me cautivó” empezó el reconocimiento nacional: fue nombrado artista revelación del 2009 por la emisora La Mega de RCN Radio. Después vendría lo bueno.

Su primer contrato discográfico fue con el sello Machete Music en 2010. Ese mismo año también lo fichó el gigante EMI Music. “Real” fue lanzado el 7 de mayo de 2010 y logró disco de oro en Colombia por sus numerosas ventas. En esa época tuvo su primer contacto con las listas de Billboard, posicionando una canción propia en el puesto 35 de las “Tropical songs”.

La proyección internacional continuó con éxitos como “Sin compromiso”, “Me gustas tú” y “En lo oscuro”. Y así empezaron las presentaciones en Nueva Jersey, Boston, Nueva York, Orlando y Miami. Su música se escuchaba a inicios de esta década en toda Latinoamérica. En el 2011 agotó casi 90% de la boletería en su gira por Europa.

Se estaba haciendo un grande, llevaba el reguetón a todas del mundo. Su disco homónimo se editó en el 2012 y fue reconocido como artista del año en varias premiaciones. Se hizo escuchar en Venezuela, donde entró en el Record Report en el número 77. También se posicionó en dos listas Billboard, de nuevo.

“6 AM” lo condujo a las listas españolas en 2013, también se le otorgaron dos discos de platino en el país. En octubre del mismo año, el disco “La familia” produjo un giro definitivo a su carrera. Ganó 5 discos de platino en Colombia, dos en México y Chile, uno en Perú, en Rumania y fue disco de oro en Argentina, Ecuador y Venezuela. Oficialmente, “el niño de Medellín”, como se hace llamar, se convirtió en un fenómeno global.

Se conoce ampliamente su posterior trabajo, “Energía” (2016), Vibras (2018) y el último, “Oasis”, de este año y en colaboración con Bad Bunny, siguen moviendo los cuerpos de discotecas en todo el mundo.

Además, compartiendo mánager con Rosalía, se ha hecho gran amigo de ella y es uno de los responsables de impulsarla a los inicios de su carrera. El mismo Obama publicó una foto con J Balvin, admirando el reguetón y preguntándose, retóricamente “¿A quién no le gusta J Balvin?”

Hace apenas un mes, sin embargo, el cantante tocó el tema de su depresión a través de sus historias de Instagram:

“Quería mandarle un mensaje a todo el mundo para que recuerden que soy un ser humano igual a todo el mundo, igual como ustedes. El mensaje es para todos los que están ahí en un hueco y la están pasando mal, yo también la paso mal a veces. Yo también me siento raro y también me dan ganas de salir corriendo”.

Lo que es

Todos podemos sentir depresión. Lo sentimientos de melancolía, tristeza, pérdida, ira, o frustración son comunes. En la mayoría de los casos están momentáneamente en nosotros debido a una situación en particular y luego, “se van” o aprendemos a manejarlos.

La depresión clínica, según la Medline Plus (parte de la biblioteca nacional de Estados Unidos) es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más.

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“Hay gente que me dice que lo tengo todo, fama, música dinero, eso no tiene nada que ver porque a veces quisiera cambiar toda la fama y todo el dinero por tener un momento de paz y tranquilidad”. A juzgar por las palabras de Balvin, hay algo en él que no lo deja disfrutar por completo la plenitud de su vida o donde se encuentra actualmente.

Los síntomas de la depresión van desde la falta de apetito hasta el aumento de peso, estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces, dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño, cambios en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso, cansancio y falta de energía, sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa, dificultad para concentrarse, movimientos lentos o rápidos, inactividad y retraimiento de las actividades usuales, sentimientos de desesperanza y abandono, pensamientos repetitivos de muerte o suicidio, pérdida de placer en actividades que suelen hacer a la persona feliz, incluso la actividad sexual.

«Las depresiones hay que dejarlas de ver como si fueran algo de locos, hay que entender que hay desbalances químicos… cuando ya es muy a fondo y hay desbalances químicos también hay ayuda profesional para eso. Yo aún tengo medicamentos psiquiátricos. Hay un tabú, frente a los psiquiatras, yo decía, ‘no, eso es pa’ los locos’, pero realmente más loco yo que no quería dejarme ayudar».

Muchos se cuestionan cómo una persona tan exitosa como J Balvin, tanto en fama como a nivel artístico, pueda sufrir de depresión. En un artículo de la BBC, Jane Harris, directora de Rethink Mental Illness (organización dedicada al replanteamiento de problemas mentales), declaró que la depresión no contempla patrones sociales. Alguien exitoso, pobre, joven, viejo, puede sufrir de depresión.

Harris explicó que los famosos “viven bajo un tipo de presión enorme, lo que puede desatar fácilmente una depresión, de la misma manera en que perder un empleo o un ingreso mensual puede hacerlo en la vida de la gente común y corriente”.

Padecer una enfermedad o condición asociada a nuestra mente no es una cadena perpetua ni necesariamente debe ser una pesada cruz que cargar. Los tratamientos existen y son variados, aunque el primer paso es reconocer que se necesita ayuda.

En sociedades latinoamericanas este tipo de enfermedades todavía se ven como un tabú insoportable, algo incompatible con la época en la que estamos viviendo.

El presidente del Instituto Latino de Salud del Comportamiento (LBHI), Alex Kopelowicz, que ha llevado a cabo un amplio trabajo de investigación y apoyo en la comunidad hispana en Estados Unidos, aseguró que la educación es clave para lograr un mejor entendimiento de la enfermedad. Según la institución, 54% de hombres latinos en Estados Unidos sufre de algún problema depresivo y no lo reconocen por temor a ser juzgados.

Explica que no hay correlación entre ser latino y sufrir algún trastorno depresivo. Lo resaltante es la cantidad de personas latinas que lo padecen y no hacen nada al respecto.

Por eso es importante que figuras como Balvin, constantemente admiradas por nuestra sociedad, establezcan un parámetro sobre estos problemas “mortales”. Él lo sabe y asumió la campaña que ha hecho en estos meses como un movimiento para ayudar a visibilizar estos problemas y romper la barrera del tabú.

“Después de 2 meses de infierno ya voy sintiendo el cielo de nuevo, la ansiedad y la depresión es una realidad. Busca ayuda profesional” fue el tweet más reciente de “el niño de Medellín” respecto a su condición. Parece estar experimentando resultados positivos en su proceso y eso siempre será una buena noticia.

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