Venezuela

Los venezolanos no tienen donde caerse muertos a tiempo

En Venezuela no poder darle sepultura a los muertos rápidamente es un problema serio. El país es tropical; los cadáveres se pudren en poco tiempo y las morgues se llenan rápido.

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Fotografía de archivo de AP

En Venezuela, la frase “no tiene donde caerse muerto” cobró un significado distinto. Cuando se lanza esa expresión, usualmente es para hablar de alguien que es tan pobre que ni siquiera tiene un pequeño pedazo de tierra para para arrojarse y morir.

Ahora, el problema no es no poder pagarlo, sino encontrar el sitio a tiempo. Esto es preocupante en cualquier lugar, pero sobre todo en la segunda ciudad más violenta del mundo según un estudio realizado por la fundación Insight Crime: Caracas.

Un segundo puesto que nadie quiere ocupar

El anuario “Causas principales de Mortalidad en las Américas” de la Organización Panamericana de la Salud y del Observatorio Regional de la Salud reveló que Venezuela compite con Honduras por el primer lugar en asesinato de jóvenes.

En 2013 las agresiones y homicidios ocupan el tercer puesto como causa de defunciones con 7,46%. Sin embargo, ese porcentaje se refiere a la población en general. De los 15 a los 39 años de edad, ese número sube a 29,98% jóvenes que mueren asesinados.

Estas estadísticas se disparan en diciembre, el cual suele ser el que más negocio lleva a las funerarias. En 2013 ingresaron 569 fallecidos a la morgue de Bello Monte en Caracas el último mes del año. En lo que va de este diciembre, ya 130 pasaron por ese recinto. Este fin de semana se batió el récord con 61 muertos.

Morirse es fácil, pero el trámite no

Los precios más económicos de los servicios funerarios oscilan entre los 30.000 bolívares (en casas funerarias caraqueñas como Hispania en La Florida, Las Fuentes en el Paraíso y la de Los Palos Grandes).

Si bien hay un lugar en el que lo familiares pueden llorar a sus difuntos, según el presidente de la Asociación Profesional de la Industria Funeraria (Asoproinfu), Eduardo Vallés, no hay dónde protegerlos de la tierra al enterrarlos en el cementerio.

Vallés dijo en una entrevista a Unión Radio que es casi imposible conseguir las láminas metálicas a precio regulado. Ese elemento es necesario para construir urnas que se producen en Sidor.

El presidente de Asoproinfu explica que hay que perseguir revendedores aunque aumenten “tres o cuatro veces su valor”. Además acusó a esos mismos comerciantes de evitar la distribución adecuada de las láminas. La consecuencia es que se producen menos ataúdes, como lamentó en la entrevista para Globovisión:

“Hay funerarias que apenas tienen dos o tres o no tienen para poder prestar el servicio”.

El tiempo de Dios no coincide con el de las funerarias

Asoproinfu lo comprenden 300 funerarias regadas por todo el país y su presidente declara por ellas. No obstante, Hispania, Las Fuentes, la funeraria de Los Palos Grandes y El Jardín de los Teques sí tienen ataúdes. Los precios rondan los 7.000 bolívares. Sin embargo, ninguna puede ofrecer sus servicios y ataúdes en el tiempo que necesita el cliente. Los representantes de ventas se disculpan y dan un ambiguo yo-te-aviso.

En Venezuela no poder darle sepultura a los muertos rápidamente es un problema serio. El país es tropical; los cadáveres se pudren en poco tiempo y las morgues se llenan rápido.

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