Venezuela

Alguien siempre termina pagando por la chikungunya

Un médico infectólogo, un sociólogo de la familia y un experto en finanzas personales analizan qué sucede si la chikungunya alcanza al proveedor de una familia. Los médicos que integran la SVSP aseguran que 3 millones de personas han caído en cama con fiebre, hemorragias y dolores en las articulaciones.

Publicidad
Fotografía de AP

Tres expertos exponen un punto de vista práctico sobre una realidad que ha afectado a los venezolanos desde hace varios meses: la chikungunya. 

La Sociedad Venezolana de Salud Pública (SVSP) divulgó un comunicado el 6 de enero en el que hacían una radiografía de la situación sanitaria y de la salud pública en Venezuela. El resultado no pinta bien.

Los médicos que integran la SVSP aseguran que 3 millones de personas han caído en cama con fiebre, hemorragias y dolores en las articulaciones.

Por lo menos un miembro de cada familia del país ha padecido la enfermedad viral. ¿Qué pasa cuando ese componente de la unidad familiar es el proveedor?

El médico

El infectólogo y miembro de la SVSP, Julio Castro, asegura que hay un corte de la «productividad sobre sobre los días perdidos que alguien siempre termina pagando«. Asimismo, explica que el promedio de tiempo en el que el afectado está inhabilitado es de una semana a 12 días.

Castro comenta que dependiendo del tipo de contrato, los costos los asumen los pacientes, los empleadores o eventualmente el Estado; establece una diferencia entre el que tiene su propia empresa y el que trabaja para una:

«Un zapatero que tiene su propia empresa no va a producir zapatos esa semana. Si es un obrero de construcción, el patrón tiene que pagarle esa semana».

El economista

El especialista en finanzas personales, Asrúbal Rivas, coincide con el infectólogo: «El problema es para quienes no dependen de un sueldo, sino los que tienen un ingreso diario no fijo, como pequeños comerciantes que no pueden abrir su negocio». Los pequeños comerciantes ven un cuarto de sus ingresos reducidos no solo porque no pueden vender, sino porque además deben comprar los medicamentos.

Rivas establece esa diferencia porque para los que reciben la quincena «no es una cosa de mayor impacto»; con llevar una certificación médica que explique por qué va a faltar y con reportarle a su jefe inmediato no le pueden descontar ni un bolívar de su sueldo. Si la enfermedad persiste por más de tres días, que es el caso de la chikungunya, se requiere una autorización avalada por el seguro social.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó los resultados de una encuesta de hogares por muestreo en el que indica que los ocupados en el sector informal, que no trabajan por un sueldo, son el 41,5%. Cerca de la mitad de los venezolanos perderían un cuarto de sus ingresos mensuales si les pica un mosquito con chikungunya. 

El sociólogo

El padre salesiano y estudioso de la familia popular venezolana, Alejandro Moreno, llevó su respuesta a la casa: «Generalmente la proveedora de una familia es la madre y con esa enfermedad se inutiliza». Cuando eso pasa, el hermano o hermana mayor, se encarga de los más pequeños apoyándose de los compadres, los familiares, los vecinos porque la solidaridad venezolana es muy alta.

Si bien comenta que no ha llevado a cabo ninguna investigación sobre cómo afecta la chikungunya a las familias del país, especula que «si la madre está inutilizada, otros suplen», específicamente los mayores.

Publicidad
Publicidad