En todo el recorrido hecho por El Estímulo solo se encontró una carpa color azul, también escasa de gente. “Patria querida” y los cohetones son el soundtrack del estado. Pero la realidad en los centros de votación es otra: no a todos les agrada la voz de Chávez.
En La Escuela Nacional Caraballeda, algunos votantes se quejan con los guardias recordándoles que el proselitismo político viola la Constitución. “Tenemos que votar con la diana de fondo, no me parece justo” dice Josefina Cáceres, vecina del lugar. Los guardias se miran entre sí, y se dicen: «¡Coye! hay que mandar una patrulla para esa casa, está alborotando a la gente».
Liceo Venezuela Heroica
El centro de votación abrió sus cinco mesas a las 6:00 am, sin inconvenientes. Cinco guardias controlan las pequeñas colas en la escuela. “Todo se ha movido con normalidad, hasta ahora, a las 7:58 han votado alrededor de 250 personas, casi el 15% de los inscritos”.
Escuela Nacional Caraballeda
Nadie se queja de irregularidades en las máquinas de votación sino por el abuso de autoridad. Le dicen al guardia de turno: “Mira como se colean” “¡Ah! A ese si lo dejas pasar, ¿no?”, y entre dientes cuchichean en la cola: “es que esos guardias no están preparados para su trabajo”.
El bochinche de los que hacían la cola mostraba sin tabú su desagrado por la autoridad, y sobre todo con los rojos rojitos. Vargas, por primera vez en mucho tiempo, parece estar gritando sin miedo otras consignas. En otros colegios, como la Escuela Básica Municipal Luis Castro, también en Caraballeda, la mayoría de los ciudadanos pasaba a votar sin hacer cola. Arnubys, coordinadora del CNE en el lugar, comenta: “Desde las 5:00 am hay personas en cola. Nosotros abrimos a las 6:30 am cuatro máquinas, la quinta se tardó un poco porque no había llegado el miembro de mesa. Son las 9:00 am y han votado 350 personas de las 2000 que están inscritas”. En el caso del Liceo Juan José Mendoza, una fila de no más de 50 personas esperaba su turno. Las ansias de votar se tradujeron en los “regaños” a los guardias. Eran los civiles los que ordenaban qué hacer, incluso cuando el guardia en la entrada intentó decir: “señor yo soy quien pone el orden aquí”, la gente no temía gritar: “organízate vale”.
Escuela Nacional Caraballeda
Los lados de Caraballeda y El Caribe no parecen estar teñidos de rojo, la gente en la calle grita, con seguridad de que el vecino piensa igual: «la de la manito».
Escuela Nacional Caraballeda
Hacia Catia La Mar y La Guaira, centros de votaciones como la Escuela Integral Bolivariana República de Panamá, funcionaban con normalidad, no había más de 100 personas en fila.
El militar que da la bienvenida al centro comenta: «aquí los únicos que madrugamos fuimos nosotros, la gente llegó justo a la hora que abrimos, a eso de las 6:30a.m. Pero no ha habido mucha cola, todo el proceso se ha movido bastante rápido». Al lugar lo rodea una patrulla militar, un toldo rojo y un camión con cornetas.
El panorama del litoral se muestra irreverente, alzado y sin miedo. La mayoría se siente con poder para mojar el dedito. La gente no usa camisas que lo identifiquen con algún color, pero no tienen miedo de gritar que no se calan una cola más.
Liceo Venezuela