Venezuela

"Cheché" Vidal: "Esquivel era la cabeza de la culebra, pero en la FVF queda una cultura de culebras"

En un fútbol completamente estancado, su nombre es sinónimo de progreso. Desde que intentó, sin suerte, cambiar el fútbol venezolano, Juan José Vidal Noya vive un exilio espiritual en Miami, donde sigue trabajando y preparándose. Apodado “Cheche” por su hermano mayor, Douglas Vidal, revisa la actualidad de la selección nacional. Esta es la primera parte de una entrevista que, por su duración, se dividió en dos entregas. 

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¿En qué anda en este momento?

Trabajo en dos áreas. Una es mi empresa, luego de Fifa.com (un concepto creado por su empresa En-Línea). En 2016 lanzaremos un nuevo emprendimiento, con unos socios españoles. Por otro, sigo apostando porque el deporte se convierta en un proyecto social, de alcance universal y que sus bases sean de conocimiento público, que pueda compartirse en la nube, por ejemplo.

¿Por qué se fue de Venezuela?

Sabía que no podía trabajar con Rafael Esquivel. Con sus valores. Quería convertirme en una alternativa, basada en mi experiencia que adquirí cuando formé parte del Comité Organizador del Mundial USA-94. Mi labor se inició con la creación de la Asociación Única de Jugadores Profesionales de Venezuela (1998), pero fui víctima de acciones mafiosas del hoy presidiario que está en Zurich (Rafael Esquivel). Eso afectó mis labores y a mis clientes (otras federaciones, por ejemplo). Él llamaba y los amenazaba si me contrataban. Además, el cambio político hizo más difícil mi convivencia en el país. Tras la publicación de la Ley del Deporte, que a mi juicio alimenta la corrupción en Venezuela, se hizo imposible desarrollar cualquier proyecto si no tenías un contacto y luego de un incidente en una marcha, donde me colocaron una pistola en la cabeza, decidí establecerme en Estados Unidos.

¿Y qué ha podido hacer en Estados Unidos que aquí no?

Continuar mi investigación para formar deportistas más integrales. Eso es un problema gravísimo en todo el mundo. Existe una  bipolaridad, por así decirlo, en la formación del atleta. Por un lado está la netamente deportiva y por otra la educación académica. Yo apuesto por unir las dos ramas. Hay ejemplos de ello. Y todo esto tuve que venir a desarrollarlo acá, porque es imposible en Venezuela. No le interesa al Estado. De hecho todo lo contrario, me persiguieron por tener estas ideas.

¿Quién lo persiguió?

Primero a nivel federativo. No podía trabajar con el ahora presidiario, expresidente de la Federación Venezolana de Fútbol. Sus valores y principios eran muy diferentes a los míos. Entonces me convertí en oposición. Me dediqué a tratar de limpiar el fútbol profesional.

¿Por qué no podía trabajar con Rafael Esquivel?

Porque literalmente todos terminan dañados con su  cultura de trabajo. Y lo podemos ver hoy. Por eso se me ocurrió construir algo en contra, que fuese una alternativa con soluciones, de base, fundamentada en experiencia, en estudios, en proyectos a futuro.

Y nació Fútbol Mejor

Sí. Creamos La Asociación de Fúbol Mejor en 1998 y eso se convirtió en una oposición fuerte para Esquivel. Sucedió que La FVF, con sus tratos y movimientos mafiosos, como es  público, se dedicó a atacarnos. A mí, con mi empresa. De hecho, aún hoy eso trae cola porque afectó a terceros, con pérdidas millonarias. Hay juicios pendientes por ello.

¿Y también con el Estado?

El cambio político del país no favoreció al deporte. Presenté el proyecto a varios Ministros, pero nunca hubo una intención de sacarle provecho. Diría todo lo contrario. Innovar en Venezuela terminó siendo muy, pero muy difícil. El cambio de leyes lo hizo todavía más complicado. Actualmente todo es a través de fondos del Estado; hay que estar conectados con alguien en específico para que te aprueben cualquier iniciativa.

Vidal vistió la camiseta Vinotinto desde 1976. Ganó la Medalla de plata y de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en 1978 y 1982, respectivamente. Fue Atleta Juvenil en 1980 y llegó a ser nominado como Jugador del Año en Estados Unidos. Su carrera profesional es ampliamente conocida, debido a su involucración directa en los mundiales de 1990, 1994, 1998 y 2002, en áreas de organización y tecnológicas.

¿Cuál es su diagnóstico actual del fútbol venezolano?

No existe un momento ‘eureka’ en el fútbol nacional. El momento más importante fue el de Richard Páez, con su curva de resultados positivos que encontraron eco en el apoyo de la empresa privada, en específico de Empresas Polar.  Lo que sentíamos los jugadores al colocarnos la camiseta, lo empezó a sentir toda Venezuela. Ese sentimiento fue puro, a pesar de que la infraestructura era hueca e inexistente. Lamentablemente era un espejismo. Era un globo, que en algún momento se iba a pinchar y entonces quedaría en evidencia la diferencia entre lo que se creía que teníamos y lo que realmente teníamos. La estructura del fútbol nacional lleva 30 años pidiendo cambios. Desde entonces, es muy poco lo que ha mejorado. Y lo poco que mejoró, se perdió cuando llegó la Copa América en 2007.

¿Era una oportunidad de generar un cambio en el fútbol venezolano esta Copa?

Sí. vi ese momento como la oportunidad de que Venezuela diera un salto definitivo. Yo venía de trabajar en mundial de Estados Unidos (Vicepresidente del Comité Organizado). Allí laboramos integrados con el fútbol local. Hoy en día, Estados Unidos es lo que es en el fútbol porque se sentó las bases al ser la sede de un evento de tanta importancia. Sin embargo aquí se hizo todo mal. El balompié que tenemos actualmente es la consecuencia de esa unión entre el Gobierno y la FVF, que sucedió en la Copa América de 2007.

Rafael Esquivel preso, los jugadores peleados con el cuerpo técnico que dirige Noel Sanvicente y Laureano González, el ahora presidente de la FVF, acusando a los propios atletas de no poner todo el esfuerzo para sacar al DT, ¿es consecuencia de ese retraso?

Sí. Y apenas estamos viendo la puntica de iceberg. El presidiario era el dueño del iceberg completo. Recuerdo que recibía llamadas de amigos advirtiéndome que no me metiera con ‘el negocio de ese señor’. Imagínate lo que significa esa frase: ‘su negocio’.

¿Laureano González  significa la continuidad?

Con la detención de Esquivel le quitan la cabeza a la gran culebra, pero queda una cultura de culebras. Lo que tenemos ahí adentro en el fútbol nacional es digno de ser estudiado. Y la gente no entiende esto. Empecemos con la Vinotinto. Todo inicia con José Omar Pastoriza y siguió con Richard Páez, que por cierto fui yo quien los presentó a ambos en Argentina. Con Paéz llega el cambio de imagen de la selección. La gente sentía que tenía una selección ganadora. Pero la Copa América sobredimensionó todo. Se crearon estadios para 50 mil personas en estados donde no había ni fútbol. Esto contravino con todo lo que habíamos exigido como oposición a la FVF. Gracias a la oposición, Richard llegó allí y se mantuvo. Gracias al trabajo crítico y estudiado, el fútbol venezolano no crecía en equipos y los jugadores eran competitivos. Después de 2007 se ha preferido la cantidad a la calidad y tenemos una competencia cuya destilación es más aguada. La salida de los jugadores no es planificada. Se empeoró en todos los aspectos. Hoy en día por nombrar un problema muy obvio: no se sabe quiénes son los dueños de los equipos de la Primera División, esa oscuridad que tenía Esquivel en el manejo la FVF se ha trasladado a los equipos.

Usted enumera los problemas del fútbol y pareciera que se refiriera al país

Claro. Solo el proceso de estudiar qué pasa ahí es necesario. Pareciera que en 17 años del socialismo, tenemos el capitalismo extrasalvaje en el fútbol nacional. Es la cultura que le debemos a la gerencia del señor que hoy está tras las rejas en Zúrich. El balompié nacional hoy no sabes si los equipos son clubes o franquicias. Eso es un problema grave.

Porque hay equipos como Caracas, que son independientes del Gobierno, pero hay otros…

Hay esfuerzos individuales, pero no más que eso. Hay que depurar lo bueno, para sacar lo malo. Para que se produzca la mayor de cantidad de jugadores posibles se necesita un proceso de transformación. La Vinotinto al final del día, como pasó en los dos procesos anteriores, puede hacer olvidar todos estos problemas. Pero cuando los resultados no se dan, el fútbol nacional queda desnudo.

Entonces, para usted la crisis de resultados que enfrenta hoy la selección que marcha última en el premundial no es un problema de entrenador.

No es un problema de entrenador

Pero hay, por ponerle un nombre, una crisis en la que todos están enfrentados y alguien debe resolver.

Lo primero que se debe tener claro es que entrenadores y jugadores son vinotintos. Todos sienten la camiseta. La dignidad por ella es un trabajo en conjunto. Los involucrados deben tener claro que ellos no son los responsables de la actualidad del  fútbol nacional. Los actuales directivos lo son. Y estos jugadores no se deben prestar para que los intereses de terceros ensucien el actual proceso. Todo lo positivo no ha sucedido solo en los últimos ocho años. El análisis debe ser más profundo.

El DT debe tener alguna responsabilidad

Afortunadamente «Chita» Sanvicente entendió que debía pedir disculpas. Y también debe tomar decisiones. Esto no es la primera vez que le sucede a Venezuela. Ya le pasó a César Farías, cuando intentó hacer un equipo a la suya y perdió cuatro juegos. Luego de eso, tras unos cambios empezó la curva de resultados positivos. La gente  no lo recuerda. A Farías le pasó en situación menos complicada.

Estos jugadores, que publicaron una carta, solicitaron un cambio en la FVF, algo que por lo que usted también lucha.

Está bien luchar por cambios, pero no por representar intereses, que no le están hablando al país con la realidad total. Por ejemplo, eso que renuncien los actuales administradores es irreal. Los jugadores deben saber que existen una serie de pasos y que para eso están las elecciones en 2017. Y llegado ese punto, entonces sí, los jugadores deben apoyar a quienes proponen esos cambios en las respectivas planchas.

Los jugadores renuncian, en la carta, al dinero que reciben por su trabajo y hablan de donarlo a una fundación, ¿qué le parece?

Ese es un dinero que se ganan por una labor realizada. Pero si no lo desean, lo más lógico es que lo donen a la Asociación de Futbolistas profesionales, que lo necesitan para seguir creciendo. Es la organización que se encarga de defender a sus colegas.

¿Y si los jugadores mantienen que no van a jugar, como amenazaron en la misiva, hasta que no cambie la FVF?

Los jugadores deben entender que perder sin ellos tampoco es un cambio.

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