Venezuela

Póker de “R”

Las marramuncias que las cuatro rectoras del Consejo Nacional Electoral han llevado a cabo para impedir el referéndum revocatorio, pasarán a la ancha y propia historia de la ignominia en Venezuela. Y aún ancha y propia, no deja de indignar.

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Sí, fue indignación lo que sentí cuando revisé la página del CNE y no encontré mi firma. Y sé que el CNE tiene la salida de decir que la MUD no presentó todas las firmas recogidas. Acepto que la mía pueda no estar entre las enviadas, pero… ¿la de Henrique Capriles? ¡Si alguna firma está es la de él, que es el principal promotor del RR!

Esto obedece a una nueva estrategia de las cuatro rectoras para evitar “como sea” que se ponga en marcha el proceso de sacar a Maduro. Ya habían incluido una cantidad de “requisitos” (como el 1% de firmas en cada estado) que no aparecen en ninguna ley, sólo para que fuera imposible cumplir los lapsos. Y encima, nos instilan la desesperanza aprendida, para que no reaccionemos. Como eso de que las firmas se pueden retirar, pero las que no aparecen, no se pueden agregar. ¿Por qué si se pueden retirar (¿no basta con no validarlas?) no se pueden agregar si no aparecieron o fueron desechadas por algo tan nimio como que el apellido tenía una letra “ñ”, la letra más importante de nuestro alfabeto?…

Tampoco es nuevo que pongan obstáculos, pues en 2003 y 2004 los pusieron todos para evitar el revocatorio. Y nosotros firmamos, volvimos a firmar y reafirmamos, en un alarde de voluntad democrática sin precedentes. Mientras, Chávez, cuando vio que era inevitable, hizo todo lo que pudo: primero, tiró el revocatorio para agosto de 2004, que era la fecha más lejana. Luego, lanzó dinero a la calle en forma de misiones. Sacó la lista Tascón, para hacer públicas las firmas recogidas y obligar a empleados públicos y beneficiarios de las misiones a retirar sus firmas. La lista hoy sigue vigente para impedir que personas naturales entren a trabajar en instituciones del Estado y empresas contratistas cuyos dueños firmaron no son llamadas a licitación, un apartheid político hasta el momento desconocido, que ahora es usual en Venezuela. Además, Chávez se encadenó todos los días para ejercer presión y amedrentar.

Como ese monstruo de la comunicación ya no está -y sin dinero- Maduro tiene que arreglárselas como pueda. Para eso cuenta con su póker de “R” que no tienen el menor escrúpulo en satisfacer sus requerimientos, por más fuera de la ley que estos se encuentren. Y por supuesto, la caterva de magistrados del TSJ, un consejo de truhanes siempre listo para otorgar el viso de legalidad que se necesita, aunque parezca sacado de una caja de Ace.

El hecho es que tanto obstáculo, lejos de deprimirme, me demuestra dos cosas: la primera es que los chavistas están seguros de que si hay referendo revocatorio lo pierden de calle. Por eso cuando todavía hay gente que dice que “dictadura no sale con votos” le recuerdo no sólo la apabullante victoria de la MUD el 6D, sino las confesiones de Diosdado Cabello dando con su mazo, cuando dijo que “el RR sería el año que viene, que Maduro lo nombraría vicepresidente, y que (cuando Maduro saliera revocado) él quedaría de presidente, nombraría a Maduro de vicepresidente y luego renunciaría para que Maduro fuera presidente otra vez”. A confesión de parte…

La segunda es que no pueden hacer trampa, por lo menos en las mesas donde hay testigos. Por eso es tan importante que los haya. Si pudieran hacer trampa, no se expondrían a hacer todos los chanchullos que están haciendo ahora.

Por eso, usted que tuvo la bendición de que su firma apareciera, vaya a validarla. Por los que firmamos y no aparecimos, pero por encima de todo, por sus hijos, sus nietos y por Venezuela. Para que regresen los que se fueron. Para que se queden los que se quieren ir. Luego nos encargaremos de que el 20% se supere con creces, que se superará. Y el día del revocatorio, votaremos para salir de Maduro y las demás “R” que han envilecido nuestra patria, en el peor gobierno que jamás hayamos tenido.

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