Dos mundos

Dos mundos coexisten en Venezuela, uno el de los ciudadanos comunes y corrientes que desesperan por un cambio rápido en la situación política que ponga a la camarilla gobernante fuera del poder, otro el de las élites partidistas opositoras que también quieren lo mismo…pero mas tarde.

La realidad de la gente que sufre en esas infernales colas para comprar comida, o cualquier cosa, es diferente de la que despacha desde la directiva de la Asamblea Nacional, los primeros tienen hambre, quieren comida, medicinas, papel toalet, jabón, café; los segundos quieren gobernaciones, alcaldías, y algunos hasta contratos.

El país nacional quiso un cambio, les llegó el 6 de diciembre e hizo lo que les era posible para obtenerlo, votaron; en cada huella, en cada papeleta, casi ocho millones de electores pusieron sus esperanzas de que se les hiciera realidad las promesas de salir del gobierno en seis meses; de expulsar a esas hienas que ejercen como si fueran magistrados judiciales; también a las otras que cotidianamente trampean los mecanismos electorales, pero nada de eso ha ocurrido, los seis meses se cumplieron y solo tuvimos un discurso de Américo Martín en la tribuna de oradores donde tantas cosas se dicen, donde tantas ilusiones se generan, pero donde la acción no logra trasponer las paredes del hemiciclo.

Aparentemente tenemos un liderazgo político consciente, serio, unido, pero es solo apariencia, los hechos demuestran lo contrario. En las fotos aparecen codo a codo, fuera de ellas es codazo a codazo; unos quieren cambios ya, otros los quieren pasado mañana, en el 2019. Unos quieren tomar medidas contra el saboteo judicial, otros prefieren no hacer movimientos bruscos que provoquen como respuesta el cierre del parlamento y el calabozo para los alborotadores.

Primero Justicia es el partido mas fuerte, le sigue Voluntad Popular, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo. Cada uno de ellos tiene sus propios planes, sus propias aspiraciones, en casos no solo diferentes sino radicalmente opuestas.

Todos creen que estamos en democracia, que Maduro/Cabello soltarán el poder con elecciones bajo reglas de la democracia, ninguno se da cuenta de que estos tienen otros planes simple y llanamente porque en ello les va la libertad, les va la vida, son ladrones al por mayor, violadores de derechos humanos en grado de lesa humanidad, son criminales de guerra, son narcotraficantes marcados y con órdenes de captura internacional, no son un gobierno, son una hedionda banda de malhechores que les importa un carajo la ONU, la OEA, la Asamblea, la Carta Democrática, la Declaración de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos.

Ahora, en vez de cumplir la palabra empeñada de destituir a los magistrados express están discutiendo el reparto de candidatos a gobernaciones, no les importa prometer cosas a corto plazo, que a corto plazo desilusionan, al fin y al cabo un engaño rojo es igual a un engaño amarillo, a un engaño naranja a un engaño blanco, a un engaño azul.