Tras acumular varios días vociferando en contra de procesos tan trascendentales como el de un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, o contra una incipiente propuesta de diálogo y negociación entre el Gobierno y la oposición; también ha atacado verbalmente y ordenado arrestar a dirigentes opositores, especialmente los de Voluntad Popular, el partido de su archienemigo Leopoldo López.
En las horas previas a la manifestación nacional del 1 de Septiembre «La Toma de Caracas», el capitán ha liderado la ofensiva chavista en contra de la oposición y ha subido el tono belicista de la diatriba, contra cualquiera que se atreva a cuestionar al gobierno de su socio Maduro.
Activistas pro derechos Humanos, como el abogado Alfredo Romero han denunciado la detención de al menos 37 dirigentes políticos en las 48 horas antes de la «Toma de Caracas».
También prohibió a manifestantes opositores que lleguen a Caracas desde el resto del país, y casualidad o no, de inmediato se desplegaron más brigadas de policías y guardias nacionales acelerando la ocupación de puntos estratégicos de la capital.
Su verbo marca la referencia de lo que será la previsible represión de las próximas horas, en un pulso con los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Ha dicho que a partir de este jueves «se acabará la oposición en Venezuela».
«Este 1S vamos a vencer. Si tienen que ir presos por conspiradores van a ir presos», dijo horas después (y antes) de que las fuerzas de seguridad del Estado, incluyendo la policía política Sebin, ampliaran la lista de presos políticos.
Fue Cabello el encargado de confirmar la prisión del ex dirigente estudiantil Yon Goicoechea, después que el joven llevara horas fuera de los radares de sus amigos y familiares.
El vociferante líder del chavismo afirmó que en la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) la oposición guarda arma de fuego. La descolocada acusación ha sido vista por algunos como una orden indirecta de allanar esa casa de estudios en las próximas horas, especialmente si hay una escalada de violencia en torno a los eventos del 1 de septiembre.
Cabello también se mete ahora en cosas más domésticas.
El más reciente episodio de pequeña monta, pero en el que exhibe su poder, fue el jueves 4 de agosto, cuando ordenó intervenir el mercado mayorista de Tocuyito, en las afueras de Valencia, capital del estado Carabobo. En cuestión de horas fue complacido.
“A esta hora más de mil funcionarios intervienen el mercado mayorista en el Municipio Libertador. G/D Sandoval comanda operativo”, escribió en su cuenta de Twitter el gobernador de ese estado, Francisco Ameliach en la mañana del viernes.
El general de división Santiago León Sandoval Bastardo es el comandante de las Zonas Operativas de Defensa Integral (Zodi) de los estados Carabobo y Aragua.
Cabello estuvo en Valencia el jueves y encabezó un acto en la Plaza de Toros de la ciudad, con centenares de chavistas trasladados al lugar.
“Aquí tiene que acabarse la anarquía que hay en los mercados, desde las mafias a los bachaqueros. Desde la primera fila hasta la bandera dicen que hay que intervenir el mercado mayorista. Es una orden”, expresó Cabello durante el acto “en respaldo al presidente Nicolás Maduro”.
Los bachaqueros –revendedores de productos básicos regulados en el mercado negro- son culpados por el Gobierno de la espantosa escasez e hiperinflación que padecen los venezolanos.
A comienzos de agosto, las quejas públicas de Cabello precedieron a la decisión oficial de frenar un fuerte aumento de los precios de los productos que vende Agropatria, la fallida empresa de insumos del campo, trastocada por la confiscación de Agroisleña.
El dirigente es visto como el más conspicuo representante del ala radical del chavismo, junto con otros militares y civiles de formación marxista como Jorge Rodríguez y Elías Jaua.
Su talante autoritario, su verbo incendiario y su enorme influencia sobre todos los niveles del chavismo alimentan teorías de conspiración, entre ellas la de que él fue el verdadero designado por Chávez para completar este supuesto modelo socialista mientras el irresoluto Maduro sería sólo una tapadera, un camuflaje, una distracción para la historia.
«A veces pareciera que «el tapao» fuera Diosdado» escribió en su cuenta de Twitter el economista y profesor universitario Víctor Maldonado, un feroz crítico del modelo estatista.
Cabello también amenazó una vez con poner fin a la Asamblea Nacional, en manos de la oposición:
“Hoy nosotros vamos a gritarles desde aquí, desde Valencia, a la Asamblea adeca: te queda poco tiempo, el pueblo va a recuperar la AN para aprobar leyes y para gobernar junto a la Revolución”.
Afirmó que “más temprano que tarde”, el poder legislativo debe volver a manos del chavismo, que lo controló por completo durante los últimos 16 años.
Cabello también ratificó sus lineamientos económicos, los mismos que remachó hace pocos días cuando algunos funcionarios del Gobierno propusieron revisar los fallidos proceso de confiscaciones y expropiaciones de empresas para devolverlas a sus dueños.
El más notable de esos disidentes fue el ahora ex ministro de Industria y Comercio y ex Vicepresidente del área económica, Miguel Pérez Abad, quien fue destituido por Maduro horas después de esas declaraciones.
Cabello, citado por medios oficialistas, dijo en respecto a las empresas “recuperadas” por el Gobierno Nacional, que “no se retrocederá en las decisiones aplicadas”.
“Nosotros no vamos a devolver aquí ni una sola de las empresas que la revolución ha tomado”, había gritado el fin de semana en otro acto, en el estado Zulia, en directa alusión a las afirmaciones del presidente de Pdvsa, Eulogio del Pino, quien afirmó que fue un error haber expropiado alguna empresas de servicios y que el gobierno estaba dispuesto a devolverlas y permitir una participación privada mayoritaria.
“Empresa que se pare, empresa que se toma”, por el gobierno y los trabajadores, dijo otra vez en las últimas horas.
Cabello también ha arreciado sus ataques contra Empresas Polar, el principal grupo productor de alimentos del país que atraviesa una aguda crisis de producción por escasez de divisas y de materias primas.
“Más temprano que tarde aquí van a pasar cosas”, dijo a Polar y su presidente, Lorenzo Mendoza.
«Con el tema de las empresas recuperadas no vamos a dar ni un paso atrás, al contrario, empresa que sea paralizada la vamos a tomar con los trabajadores (…) Hay una grandota que se lleva de aquí más de 500 millones de dólares y nos está provocando», dijo la noche del miércoles en su programa semanal de televisión “Con el Mazo Dando”, convertido en un patíbulo contra los opositores y el sector privado.
«Mendoza búrlate de tus trabajadores que más pronto de lo que tú crees aquí van a pasar cosas (…) Nosotros vamos ir al ministro y la inspectoría del trabajo para hacer los reclamos que tengamos que hacer”, avisó.
Además, dijo por estos días que en la Constitución Nacional vigente “no dice propiedad privada por ninguna parte” e intensificó sus ataques contra el movimiento opositor que reclama el referendo para revocar el mandato del presidente Nicolás Maduro a mitad de su camino.
“Ni este año, ni el que viene habrá referendo revocatorio”, advirtió este jueves.
«Haré lo que tenga que hacer para que no haya referendo», había vociferado días antes en lo que algunos analistas han interpretado como una amenaza velada de usar la fuerza.
Recientemente sus palabras fueron un anticipo sobre lo que más tarde diría Maduro respecto a la Asamblea Nacional: adelantó que le quitarían los fondos federales al parlamento, lo cual fue ratificado por el presidente horas después.
“No se debe otorgar recursos a la AN”, dijo.
“Esa Asamblea Nacional a partir de este momento es un cero a la izquierda, que no representa absolutamente nada en este país, por su odio y ambición”, puntualizó Cabello en otro evento. El capitán, que fue mano derecha de Hugo Chávez, ha estado en el centro del rechazo de activistas por los derechos humanos y de grupos de Venezolanos en Estados Unidos, que piden extender el número de personas alcanzadas por las sanciones enmarcadas en una ley promulgada por el presidente Barack Obama contra funcionarios chavistas.
Otras empresas han sido paralizadas por problemas operativos, los funcionarios del Gobierno acuden al Ministerio del Trabajo para pedir aplicar las leyes y apoderarse de las plantas. Por estas horas el sector productivo vive un suspenso por saber si ahora sí es verdad que se cumplirán estas amenazas de Cabello, similares a unas previas de Maduro.
Las sanciones vigentes de Obama alcanzan a funcionarios venezolanos que actúen en nombre del Ejecutivo actual y que hayan cometido «actos significativos de violencia o abusos graves de los derechos humanos contra manifestantes pacíficos y otros civiles inocentes.
Hace pocos días el senador republicano por Florida, Marco Rubio, candidato a la reelección este año, acusó directamente a Cabello de ser «un delincuente» y dijo que el capitán ex presidente de la Asamblea Nacional es objeto de una investigación federal en Estados Unidos y lo calificó como “el peor criminal” en el poder en Venezuela.
(Una primera versión de este artículo fue publicada originalmente el 5 de agosto de 2016)