Maduro y algunos funcionarios «hablan como que estamos en ‘Alicia en el país de las maravillas’ y eso es muy grave porque el pueblo está viviendo en otras condiciones», aseguró en entrevista con AFP Osorio, ministra de Ambiente entre 2000 y 2005.
Los venezolanos viven agobiados por la escasez de alimentos y medicinas así como por una inflación que según el FMI podría llegar al 720% este año. La oposición responsabiliza al presidente y su modelo socialista.
Pero Maduro, quien asumió el poder tras la muerte de su mentor Chávez (1999-2013), asegura que Venezuela es víctima de una «guerra económica» agravada por el desplome de los precios del crudo.
«No hay razón para que el país esté en esta crisis», asegura Osorio, que cree que en el gobierno de Maduro «no hay un liderazgo que confronte las dificultades sino que, a veces, en los discursos están de espaldas a la realidad del país».
Osorio defiende como un «camino constitucional» el referendo revocatorio contra Maduro que impulsa la oposición, y en favor del cual marchó una multitud el pasado 1 de septiembre. Sin embargo, ella no se inscribe en esa salida porque siente «que es un salto al vacío».
«¿Revocarlo para qué? ¿Quién va a sustituir al presidente Maduro?», se pregunta. Osorio cree que un gobierno de oposición «sería peor que esto»: «No veo posibilidades de que la oposición pueda gobernar este país mejor, ni corregir los problemas que tenemos».
A su juicio, «la tarea está en buscar cómo reagrupar al chavismo y abrir espacios de discusión para construir a lo mejor liderazgos colectivos». Pero en un país altamente polarizado, no ve por ahora una tercera vía encarnada por chavistas descontentos.
«No tenemos ningún interés en este momento de formar parte en un proceso electoral. No tenemos ninguna fuerza para asumirlo y nos parece que sería incluso irresponsable», afirma.
Los «traidores»
Las críticas de la exministra no han sido bien recibidas dentro del chavismo: fue «aislada» del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) después de haber formado parte de su directiva durante años, y señalada por Maduro, junto a otros colegas, de «traidora».
«Más bien yo creo que los traidores están en otro lado», asegura.
El PSUV siempre se presentó como un bloque sin fisuras alrededor de Chávez. Pero Osorio forma parte de un pequeño grupo de influyentes exministros que estiman que Maduro desvirtuó el legado de Chávez, como el exministro de Planificación y arquitecto del sistema económico chavista, Jorge Giordani; el exministro de Educación, Héctor Navarro; o el de Comercio, Gustavo Márquez.
«Hay temor de que se denuncie. El que está en falta, no le gusta que le denuncien», dice la exministra, que cree que Maduro debería potenciar la producción frente al modelo rentista, ser más estricto con la «especulación» y ordenar una repatriación de capitales.
Cuando se le pregunta si Chávez tiene alguna responsabilidad en la situación del país, Osorio es mucho menos crítica: «Chávez se murió hace casi cuatro años. No podemos seguirle echando la culpa de todo lo que pasa».
Sin embargo, considera que su «hiperliderazgo» impidió a Chávez pensar en su sucesión. Su última voluntad de pasarle el testigo a Maduro agarró a éste sin preparación y causó «una debacle» dentro del oficialismo, afirma.
«El desarrollo de los acontecimientos ha demostrado que el presidente Maduro no ha estado a la altura, porque nosotros teníamos el calibre de Chávez, aunque a lo mejor es un poco injusta la comparación», reconoce la exministra.
Convencida de que el cambio debe venir desde adentro, Osorio confiesa su desazón: «Chávez se sacrificó por este proceso y me da mucha tristeza pensar que este sacrificio haya sido en vano».