Hasta el Cuartel de Prisiones de Politáchira llegó un equipo especial del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, organismo encargado de recabar pruebas y realizar una exhaustiva experticia a fin de constatar la existencia de fallecidos dentro del recinto carcelario.
Mientras tanto madres, padres, esposas, hermanas y familiares de los supuestos reos desaparecidos claman por una voz oficial que les señale el paradero de sus familiares.
La adyacencia de la sede policial está rodeada de al menos unas 60 personas que de pie o sentadas en las aceras, arrastran consigo una pequeña mudanza: recipientes de comida, almohadas, bolsos de equipaje, como una prueba de los días de pernocta que llevan en la calle cercana al cuartel policial.
Rostros de tristeza y llanto, con manos en la boca, se comen las uñas, son un signo del estado de angustia alcanzado por los parientes de los reclusos.
En otra esquina cercana al recinto carcelario se ve a otro grupo de gente amontonada que entre lágrimas y abrazos ven a través de un teléfono celular la memoria fotográfica del familiar que hasta hoy se encuentra desaparecido.
Los teléfonos repican, las personas corren de un lado a otro, en la escena hay quienes se desvanecen llorando y sin fuerzas piden justicia. Mientras la autoridad policial, acordona el lugar, sin dar respuesta a la situación que se vive.
– Presencia del CICPC –
La llegada al edificio policial de un grupo de expertos de la brigada de homicidios del CICPC, podría confirmar lo que familiares y allegados de los reclusos aseguran: el motín carcelario dejó dos fallecidos.
Con sus uniformes negro y cargando consigo los equipos de investigación y los visores o triángulos de alerta amarillos, usados para preservar la escena de crímenes, pasaron sin disimulo frente a las angustiadas familias, marcando el camino que los lleva a constatar una de las grandes dudas que embarga a los allegados.
La situación resultó un poco tortuosa para quienes allí aguardan por una respuesta oficial que dé con el paradero de los desaparecidos. La presencia de los especialistas del CICPC fue vista como una señal de que si existen fallecidos dentro de las celdas y que la autoridad se encamina a constatar las circunstancias en que murieron.
– Habla la familia –
Luz Marina Correa es la madre de uno de los detenidos en las celdas de la policía del Táchira que hasta la fecha se encuentra desaparecido.
En medio de un estado de desesperación aseguró a El Estímulo que desde el interior de la comandancia policial le dijeron que “hay dos personas fallecidas aún sin identificar”.
“Yo lo único que quiero es que me den razón sí es él o no para llevármelo y sepultarlo…. es lo único que pido”, dijo Luz Marina, quien desde el pasado lunes 3 de octubre perdió contacto con su hijo.
“La última vez que me llamó me dijo mamá páseme la comida a nombre de otra persona porque no me está llegando, esa fue la última vez que hablé con él”.
Aseguró que al no tener noticias de Anthony (su hijo preso) trató de comunicarse con el número de teléfono desde donde el joven de 22 años, había hecho contacto con ella pero no lo logró.
“Anoche el comandante Roa sacó una lista y entre los desaparecidos nombró al hijo mío. Le pedí que me dijera que si era verdad o mentira que estaba muerto porque quiero saber la verdad. Me dijo que hoy a las 11:00 am me decía y ya pasamos mediodía del sábado y no sale a decir nada”.
Señalan a la gobernador del Táchira, José Vielma Mora, como responsable de la situación y a la ministra de Asuntos Penitenciario, Iris Varela.
“Gobernador por qué dejo que esto pasara, por qué esperó hasta lo último para actuar y para ver lo que estaba pasando aquí (…) Ellos son culpables de todo esto y ahorita le van a echar la culpa a los dos muchachos muertos diciendo que ellos fueron los que causaron la revuelta aquí”, precisó la desconsolada madre.
– “No tengo miedo de denunciar” –
Juan Carlos Herrera, es padre de otro de los desaparecidos de 18 años de edad que tenía dos meses recluido en los calabozos de la policía del Táchira.
Las declaraciones de Herrera dan cuenta que su pariente falleció dentro del motín que desde hace un mes se vivió en las celdas de la policía del Táchira.
“Los presos que se fueron, los que sacaron fueron los que me dieron la información que mi hijo estaba muerto”, dijo Herrera a El Estímulo.
Los funcionarios policiales señalan que el detenido se encuentra desaparecido.
De acuerdo a las declaraciones de Herrera, él habría pagado en dos ocasiones importantes sumas de dinero para garantizar la seguridad de su hijo dentro de las celdas de la policía del Táchira.
“Le pagué a dos funcionarios para tener a mi hijo resguardado en las celdas A1 y lo ubicaron fue en la A4. Cuando se inició el motín los que estaban en la A1, A2 pudieron salir y los demás no salieron y entre ellos quedó mi hijo”.
Pidió al Estado venezolano investigue la situación de Politáchira, “donde funcionarios quitan plata para preservar la vida de los muchachos. Ellos no deben seguir allí y deben ser destituidos al igual que el director Amador Torres porque no cumplió su palabra de preservar la vida de los hoy fallecidos y la ministra Varela porque tardó mucho en venir a arreglar un problema que luego resolvió en media hora”.
Lamentó Herrera, que ninguno de los organismos de seguridad y prevención del Estado venezolano se haya abocado a dar una respuesta oportuna a la situación que a su juicio pudo haberse evitado.
“Las cámaras de seguridad de Politáchira, aunque fueron dañadas, seguían funcionando y ahí está toda la información de quienes originaron el motín y qué fue lo que sucedió. Yo le dejo a la justicia divina que se encargue de esto, pero a los funcionarios que me extorsionaron los denunciaré ante instancias internacionales porque la justicia venezolana no creo que me vaya a ayudar”.
– No hay parte oficial –
“No sabemos qué está pasando con los detenidos desaparecido. Si tuviéramos alguna información ya se los hubiéramos hecho saber”, dijo un oficial de la policía del Táchira a las afueras del reclusorio.
La autoridad que prefirió no identificarse por no ser voz oficial en medio de la incertidumbre, trató de conversar con los familiares de los detenidos y calmar la angustia que allí se vive.
“Gracias a Dios todo terminó bien en comparación a cómo pensábamos que podía terminar el motín. A los compañeros policías rehenes se los llevaron de inmediato y se encuentran bajo revisión psicológica por la misma situación que vivieron como rehenes. El mismo trato se les estaría dando a los demás reclusos que permanecían sometidos en contra de su voluntad”, señaló.
La sede de Politáchira tiene un edificio de cuatro pisos y entre la tarde-noche del viernes y la mañana del sábado apenas se había alcanzado la revisión del primer piso de la comandancia, que aseguran quedó deteriorado.
El organismo policial fue diseñado para albergar 110 reclusos de manera transitoria, en celdas con medidas de 8×8, alcanzando un máximo de 15 personas por calabozo.
Actualmente, pernoctan allí 380 detenidos con hasta siete años de haber sido sentenciados. Cada celda tiene hasta 32 personas y la custodia es de un policía por cada 10 reclusos.
