Venezuela

El Vaticano se podría hartar y levantar de la mesa de diálogo

El diálogo de Venezuela intenta avanzar en un campo minado por las acusaciones mutuas del Gobierno y la oposición sobre maniobras para fracasar esta salida a la crisis política. Un sacerdote advierte que el Vaticano podría hartarse y ser el primero en levantarse de la mesa de negociación.

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FOTOGRAFÍA: DAGNE COBO BUSHBECK

Sin haber iniciado un dialogo formal, las acusaciones entre la disidencia al presidente Nicolás Maduro podrían terminar dinamitando el puente tendido por la Santa Sede y lanzar a Venezuela por el abismo de la inestabilidad política, afirman este viernes analistas.

José Virtuoso, sacerdote y rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), no descartó la posibilidad de que el Vaticano abandone el proceso de acercamiento iniciado el domingo ante el torpedeo que hacen en su contra los dirigentes políticos, en especial, los del oficialismo.

«Cerrar la puerta del diálogo no le favorece a nadie», afirmó Virtuoso en declaraciones al Circuito Éxitos. Advirtió que el Gobierno podría ser el más golpeado con una eventual suspensión de la mesa de diálogo, que «debería interesar más en el avance hacia la paz por razones económicas y de sobrevivencia política elemental», dijo.

Tanto el Gobierno como Ernesto Samper, secretario general de la Unasur y uno de los facilitadores de ese diálogo, aseguraron que se están creando falsas expectativas en Venezuela luego que la oposición presentara sus principales cartas ante la iniciativa del Vaticano: referendo revocatorio a Nicolás Maduro o anticipo de elecciones generales para el primer trimestre de 2017.

Jorge Rodríguez, alcalde oficialista del municipio Libertador de Caracas y miembro de la mesa de diálogo, descartó de plano la propuesta planteada por la Mesa de la Unidad Democrática, la plataforma que aglutina a los partidos opositores.

Las próximas elecciones presidenciales en Venezuela están previstas en 2018.

“Lo voy a decir de una vez para que no se hagan falsas expectativas: el cronograma electoral de Venezuela es el establecido en la Constitución y el que está establecido por el Consejo Nacional Electoral», afirmó.

Maduro, por su parte, negó en cadena de radio y televisión que el próximo 11 de noviembre, cuando se volverán a reunir los negociadores, suponga un ‘deadline’ para cumplir las exigencias de la (MUD).

«Es mentira que en diez días, 11 días, se acaba la mesa de diálogo si no se responde y se aprueba todo lo que diga un vocero de la oposición. No puede ser, saben que no es así, no es el acuerdo, no es la metodología, no es lo que se está trabajando en las mesas» temáticas, afirmó.

La MUD aceptó una tregua de diez días solicitada por el Vaticano -que inició el primero de noviembre- en espera de «gestos concretos» del Gobierno. Si el plazo expira sin resultados evidentes, dirigentes del antichavismo dijeron que reactivarán un «juicio político» contra Maduro en la Asamblea Nacional y convocar una marcha hacia el Palacio de Miraflores (sede del Gobierno).

Para Maduro, la estrategia de sus contrarios es clara: «Ahora están buscando razones y excusas para decir no seguimos en el diálogo».

El gobernante, además, preguntó por lo que haría la oposición si el diálogo fracasa. ¿Se van para el golpe (de Estado), se van pa’ la guerra? ¡Tengan paciencia, Dios santo!».

Previamente, Maduro aseveró que «ellos (los opositores) más nunca volverán a Miraflores, ni por las buenas, ni por las malas. Tienen que dejarse gobernar bajo las reglas de la Constitución».

Esta afirmación generó una ola de reacciones entre la dirigencia de la MUD. Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la coalición está desarrollando una estrategia «claramente electoral, constitucional y pacífica» para solucionar la crisis venezolana.

Carlos Vecchio, dirigente del partido Voluntad Popular, acusó a Maduro de mantenerse en el poder y aspirar el fracaso de la mesa facilitada por el monseñor Claudio María Celli con sus declaraciones.

Camino a la ingobernabilidad

El sociólogo Tulio Hernández advirtió que si el diálogo fracasa, Venezuela entraría en una crisis de ingobernabilidad, inédita en su historia. Si se cierra el diálogo, podríamos entrar en una crisis de ingobernabilidad que nunca se han vivido en Venezuela», expresó en declaraciones al Circuito Éxitos.

También dijo que si la crisis se intenta solventar por la vía del golpe, estaríamos reforzando «a los militares como figuras decisorias de los venezolanos».

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