Venezuela

Habitantes de Misión Vivienda en Coche temen quedar damnificados otra vez

La torre 20 de Terrazas de Turmerito de la populosa parroquia Coche, al sur de Caracas, tiene problemas de filtraciones, hay grietas en pisos, paredes y techos. La lluvia también amenaza a los habitantes de este edificio entregado por el Gobierno en 2014. "Sentimos que el edificio se está hundiendo", dicen.

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Hace dos años un total de 16 familias damnificadas por las lluvias que azotaron Caracas en 2010, recibieron las llaves de sus nuevos apartamentos construidos a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela, en el urbanismo Terrazas de Turmerito.

Estas familias pensaron que después de pasar más de 4 años viviendo en refugios sus problemas habitacionales había terminado, nunca se imaginaron que nuevamente se iniciaría su pesadilla de tener que vivir en alto riesgo, ahora en los apartamentos que le fueron entregados en el gobierno del presidente Nicolás Maduro.

“Yo vivía en la parroquia La Vega, a consecuencia de las lluvias mi casa quedó tapiada por un cerro que se nos vino encima, quedamos damnificados y nos mandaron a un refugio que habilitaron en la sede del Instituto Nacional de Deporte (IND), allí duramos 4 años pasando trabajo y necesidades, siempre con la esperanza que nos daría una vivienda segura”, dijo a El Estímulo Liliana Pallares, una de las personas afectadas.

Señaló que un día los citaron a las oficinas del Ministerio de Vivienda y Hábitat y les entregaron las llaves de los apartamentos, en terrazas de Turmerito. “De inmediato nos mandaron a recoger nuestras pertenencias del refugio y nos mandaron a mudarnos, no tuvimos tiempo de visitar el urbanismo antes. Nos señalaron que teníamos que habitar estos apartamentos y que no había otra solución habitacional para nosotros, nos mudamos”, recordó Pallares.

Al llegar al urbanismo, a los damnificados les informaron que ellos eran los nuevos vecinos de la torre 20. “Era una construcción nueva, que le hacía falta algunos detalles pero estábamos seguros que las autoridades solventarían los pequeños problemas, pero a los pocos días de nuestra llegada comenzaron los graves problemas de filtraciones en los apartamentos, los frisos comenzaron a despegarse las cañerías estaban obstruidas y el agua servida, maloliente que inundaba nuestros hogares, los niños comenzaron a enfermarse con erupciones de la piel y problemas estomacales”, denunció.

Vivienda

Pallares recordó que al caer la primera lluvia fuerte en la zona, los vecinos volvieron a llenarse de temor de quedar damnificados. “Desde la montaña que tenemos detrás del edificio salieron ríos de agua, que inundaron los apartamentos de planta baja, en la parte trasera se formó una laguna de aguas verdes que se ha convertido en un criadero de zancudos, además que se han desprendido grandes rocas de lo alto del cerro”, apuntó Lerida Colina, otra de las afectadas.

Las vecinas manifestaron que los afectados denunciaron las fallas de la infraestructura ante las autoridades competentes. Dijeron que  funcionarios de Protección Civil y el Cuerpo de Bomberos realizaron inspecciones y aseguraron que el edificio fue entregado con una serie de obras para la mitigación de riesgos sin terminar. «Pero nadie nos ofrece un respuesta», agregaron.

Un edificio hundido en 48 meses

En 48 meses, los apartamentos comienzan a reflejar problemas: aparecen grietas en las paredes, piso y techos. Las puertas y ventanas se han descuadrado y ya no cierran.

“Sentimos que el edificio se está hundiendo, se está moviendo, estamos solicitando que nos desalojen y nos entreguen una vivienda digna y en un lugar estable, aquí sentimos que estamos en el mismo peligro que en la zona de riesgo de donde fuimos desalojados hace cuatro años”, manifestó otra de las afectadas.

Las vecinas de Terrazas de Turmerito exigían igual trato que los vecinos de la urbanización El Morro en Petare, cuyos edificios se hundieron de la terraza 10 y 11, se desplazaron y las familias fueron desalojadas y se le adjudicaron nuevos apartamentos. Piden que el ministro de Vivienda y Hábitat, Manuel Quevedo, visitar la comunidad y verificar la grave situación que viven.

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