Respecto a esto, Pauly también evidenció que la pesca en los grandes buques son un 50% mayor a lo que se conoce oficialmente, sin mencionar el incremento en las flotas recreativas (como yates o lanchas de particulares) o los desechos que se arrojan al océano.
De acuerdo al Atlas Global de Pesqueras Marinas, realizado por el mencionado científico, que contó con el apoyo de casi 400 investigadores, se evidencia que los países han entregado desde al menos 50 años, cifras erróneas a la FAO, por lo que a finales de los años 90 se reportó un incremento de producción de más de 80 millones de toneladas de pescado.
En el caso de Venezuela, la actividad pesquera se distribuye por toda la franja costera del país en el Mar Caribe y se extiende a todas las Guyanas, Trinidad y Tobago, Aruba, Curazao, Belice, Antigua, Islas Caimán, entre otros sitios.
Según la investigación adelantada por Jeremy Mendoza en el Instituto Oceanográfico de Venezuela, la pesca que se realiza en nuestro país es en general una actividad artesanal, cuya productividad es influenciada por las mareas y la afluencia de los ríos en el Delta del Orinoco, que tuvo un pico de producción en 2004 al alcanzar más de 600.000 peces, pero que disminuyó a 178.000 en 2010.
Los estudios presentados por Mendoza coinciden con los anunciados con Daniel Pauly, ya que las autoridades reportaron en 2015 un alza de 1,45 veces más de lo que se produce en el país.
En el estudio se recomienda regular la pesca artesanal en el sector para recuperar la población de peces en la zona y prevenir la sobrepesca en el futuro.
Con información de EFE/Sea Around Us/Atlas Global de Pesqueras Marinas