Un método que se ha popularizado cada vez más, en los últimos años, es la planificación por escenarios. En un mundo tan complejo como el actual, en donde un crecimiento acelerado de las interconexiones de todo orden, estructuran sociedades cada vez más complejas, la formulación de escenarios permite darle a las organizaciones algunas directrices para enfocar mejor sus decisiones.
Pero no solo se formulan escenarios para organizaciones, o para el devenir del mundo entero, sino también para países complejos, como el nuestro. Esta tarea da de comer a muchos. Del lado de los clientes hay una mezcla de; necesidad de conocer el producto resultante del análisis, casi siempre subjetivo, de las variables y tendencias, pero también de simple y llanamente conocer que deparará el futuro, como si de un ejercicio de videncia se tratara.
Una situación que siempre toma por sorpresa cualquier formulación de escenarios es aquella teorizada en el llamado Cisne Negro. Se refiere a aquellos sucesos inesperados y atípicos que tienen un impacto importante en la historia y demuestran la fragilidad de cualquier predicción por escenarios. Nassim Nicholas Taleb, ensayista e investigador financiero de origen libanes, ha sido quien más ha difundido en los últimos años, el tema del Cisne Negro, sobre todo con su libro de 2007 “El Cisne Negro: El Impacto de lo Altamente Improbable”.
Según Taleb, uno de los elementos más relevantes del Cisne Negro, es que el suceso no solo aparece sorpresivamente y causa un gran impacto, sino que una vez aparecido, es posible racionalizarlo en retrospectiva, y se encontrarán que los datos vinculados con el suceso inesperado estuvieron siempre disponibles, pero no fueron considerados o debidamente contabilizados.
Paradójicamente, en el caso de Venezuela, la gravedad y complejidad, especialmente de su situación económica, lejos de dificultar la formulación de escenarios, la facilita. Lo que sí es complejo es identificar la aparición de posibles Cisnes Negros, ya que no aparentan ser solo negros, sino multicolores…
Sobre los escenarios para el 2017, no vale la pena desgastarse en formularlos y asignarles porcentajes. Todo se reduce a que si realmente no se realizan cambios importantes, no precisamente gatopardianos (En referencia a la novela escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa “El Gatopardo”:
«Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie». Para dinamizar la economía, nos encontraremos en la misma situación del 2016, o casi seguramente en una peor.
Dinamizar la economía, puede sonar a una frase contrahecha y vacía, como muchísimas otras que se escuchan por allí, pero de lo que se trata es de entender, concientizar e incorporar en el “disco duro” para ponerlo en práctica, que si no se estimulan las inversiones, se respeta la propiedad y se realizan cambios legales pertinentes para generar una plataforma y clima de respeto y confianza, y sobre todo de predictibilidad, los dramas que viven los venezolanos, se agravarán.
También lo político ofrece una formulación sencilla, en el medio de la complejidad. Si no se anteponen los intereses personales, muchos de ellos innombrables, inconfesables, ilegales y criminales, a la supervivencia y reconstrucción del país, no hay que tener mucha creatividad para saber cuál será el balance del 2017.
“La historia es opaca. Ves lo que ha resultado, no el guión que ha producido los eventos, […] El generador de sucesos históricos no equivale a los propios sucesos, del mismo modo que para leer la mente de los dioses no basta con ser testigos de sus actos” El Cisne Negro- Nassim Nicholas Taleb
La oposición venezolana aceptó "una tregua" pedida por el papa Francisco en la que aprovechará trazar una nueva estrategia para sacar a Nicolás Maduro del poder: anticipar unas elecciones generales en Venezuela.
