Venezuela

El homenaje de Marcel Rasquin al asesinado Diego Arellano: "irse sonriendo"

El director de cine publicó en su cuenta de Instagram un texto para Diego Arellano, el biólogo de 31 años de edad que recibió un impacto de proyectil el martes durante una protesta en San Antonio de los Altos, al centronorte del país.

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«Ojalá tuviera yo la valentía y la integridad de Diego de mirar a la muerte en su último aliento y sonreír pleno, libre, hermoso. Con una dicha y una paz que son desconocidas para mí», escribió Marcel Rasquin en una publicación para su cuenta de Instagram (marcelrasquin).
Las frases están inspiradas en una fotografía que ha circulado por las redes sociales y que muestran a Diego Arellano luego de haber sido impactado en el tórax por el proyectil que le quitó la vida el martes, durante una protesta opositora que era reprimida por la Guardia Nacional Bolivariana en San Antonio de los Altos, estado Miranda, al centronorte del país.
«Diego vio algo que no sale en la foto. Diego descubrió algo que yo no logro atajar. ¿Qué viste, Diego? ¿Tu vida? ¿Tus amores? ¿Tu familia? ¿Tus muertos recibiéndote? ¿Aquella luz de la que hablan?«, expresa Rasquin sobre el joven graduado en Biología en la Universidad Central de Venezuela, y quien integra la terrible lista de 49 personas asesinadas durante las manifestaciones de la oposición, que ya suman seis semanas.
El realizador de Hermano reflexiona sobre la muerte, sobre cómo la «hermosa sonrisa de despedida» de Arellano y cómo él pudiera afrontar esa llegada.
«Dicen que uno no sabe cómo va a reaccionar, pero creo que si a mi me tocara estar en tu lugar, no creo que podría emular la grandeza de tu gesto, chamo. Creo que me entraría una angustia avasallante por todo lo que no hice, todo lo que no dije, todo lo que no logré».
Y le reconoce el haber caído luchando por un país cuyo futuro tal vez vio en esa expresión final.

A continuación el texto completo:
Irse sonriendo
Ojalá tuviera yo la valentía y la integridad de Diego de mirar a la muerte en su último aliento y sonreír pleno, libre, hermoso. Con una dicha y una paz que son desconocidas para mí. Diego vio algo que no sale en la foto. Diego descubrió algo que yo no logro atajar. ¿Qué viste, Diego? ¿Tu vida? ¿Tus amores? ¿Tu familia? ¿Tus muertos recibiéndote? ¿Aquella luz de la que hablan?
Dicen que uno no sabe cómo va a reaccionar, pero creo que si a mi me tocara estar en tu lugar, no creo que podría emular la grandeza de tu gesto, chamo. Creo que me entraría una angustia avasallante por todo lo que no hice, todo lo que no dije, todo lo que no logré, todo lo que me quedó pendiente: Los abrazos, los besos, las risas, las disculpas, los cafés, las canciones, las películas, los hijos.
Creo que me arroparía una tristeza por no poder volver a ver a Pra, a Mateo, a Nati y Lore, a Nenena y Carlucho, a toda la gente que ocupa este corazón que languidece. Saber que mi último aliento les romperá el alma partiría la mía y me transformaría la expresión en un puchero amorfo.
Tu hermosa sonrisa de despedida hace que se me desborde el llanto, Diego. Como a muchos, como a todos, estoy seguro. Esa imagen fugaz y fortuita de tu último aliento quedará impresa y me acechará toda la vida.
Me agobia que hoy tu risa quede impresa en mi memoria en lugar de que la puedas soltar esta noche en medio de unas birras con tus panas. Que no la podamos disfrutar en primera persona el día que se acabe la dictadura que engendró tu muerte. No te conocí pero admiro profundamente tu humanidad.
Caíste luchando por un país libre. Te fuiste sin un ápice de dudas. Lo que sea que viste te dio certeza, te dio paz, te dio fuerza, te dio seguridad. ¿Será que lo que viste, Diego, fue el futuro?]]>

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