Venezuela

Sobre Bangladesh y otros asuntos karmáticos que nos conciernen

Apenas unos días atrás, el ciclón Mora azotó a Bangladesh obligando a las autoridades a evacuar a más de 500.000 personas. Cada cierto tiempo los ciclones en la región roban las vidas de miles de personas en Bangladesh. De los 10 tifones mas mortíferos que registra la historia, 5 han pasado por ese país, cobrando mas de 1.600.000 vidas en total.

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Bangladesh es el octavo país mas poblado del mundo, con una densidad de población muy alta, al igual que sus tasas de pobreza. Ocupa la posición 39 de 178 países en el Indice de Fragilidad de los Estados (siendo la primera posición la que representa la mayor fragilidad y la 178 la de mayor sostenibilidad).
Uno podría seguir buscando indicadores, para ese país y para otros y preguntarse, si al igual que las personas (y solo si, le damos alguna trascendencia al concepto), los países tienen karma.
El karma es una creencia fundamental en la doctrina budista, hinduista, janaista y espiritista, entre otras, y está relacionado con las energías que desencadena el actuar humano, con la dinámica de causa y efecto que generan las acciones virtuosas que llevan a la felicidad, y las no virtuosas que llevan al sufrimiento.
Occidente, y específicamente la ciencia no ha estado alejada del concepto de causa y efecto en el plano físico, la diferencia es que la Ley del Karma es aplicable a la vida moral y espiritual, sustituyendo las casualidades por causalidades.
El concepto puede ser indigerible para muchos occidentales, pero cada vez mas penetra en nuestras mentes, puesto que en el lenguaje coloquial cuando no podemos explicar o lidiar con una mala jugada que nos hace la vida decimos: «¡que karma!
Volviendo a los países cuesta explicar por qué unas poblaciones sufren mas que otras, no solo los embates de la naturaleza, sino también los de la propia estupidez humana, esa que decía Eistein que era infinita al igual que el universo, sin estar seguro, decía él, que la infinitud comprendía al universo.
El sufrimiento humano material y espiritual está presente en todos los países del mundo, solo que en algunos parece concentrarse más, y someter a sus poblaciones a pruebas no solo en apariencia injustas, sino inexplicables. Un ataque de la naturaleza ademas de ser impredecible, algunas veces es incontrolable. Sin embargo, los daños se acrecientan cuando las previsiones son pocas.
Uno se pregunta si para cualquier país donde abunda el sufrimiento, no solo por la carencia de bienes materiales para satisfacer las necesidades mas básicas, sino por la falta de alimento espiritual, derivado de la ausencia de respeto, de convivencia, de paz, de la viabilidad de un orden democrático, etc, si todo es producto del azar o de errores y desaciertos sostenidos, o de una mezcla de ambos.
También es valido preguntarse si los karmas individuales se concentran en áreas especificas del globo terráqueo, generando un karma país, o si mas bien lo que se concentra es la maldad de los agentes karmáticos que despliegan incontrolablemente sus dotes sobre sus congéneres. Difícil el asunto.
Los creyentes en el karma indican que puede ser superado, limpiado, con trabajo, buenas acciones, pensamientos positivos, actitudes, etc y así se construye Dharma (conducta piadosa correcta que genera protección). Quizás al asunto no hay que aplicarle mucho esoterismo, sino sentido común.
Si todos, o al menos muchos, actuamos correcta y responsablemente en nuestros entornos mas inmediatos, estaremos construyendo sociedades mejores y así sucesivamente, sin darnos cuenta, contribuiremos a elimar el karma al país.]]>

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