Venezuela

Earle, el Constituyente

Después de haber ejercido con total plenitud y comodidad, al menos durante tres períodos, su papel como parlamentario, el profesor Earle Herrera acaba de hacer pública su decisión de postularse, por segunda vez, a una Asamblea Constituyente.

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Fotografía: Dagne Cobo Buschbeck.

Como legislador, contó Herrera con una holgada mayoría política, ganada con legitimidad en los años de la plenitud del chavismo. Por ese motivo, Herrera disfrutó, junto a sus compañeros, de un amplio margen de maniobra para emitir leyes, conceder decretos habilitantes, ejercer la contraloría al resto de los poderes públicos, participar en comisiones legislativas y diseñar la arquitectura de gobierno de este país.
El equipo político del cual ha formado parte Earle Herrera administró una enorme fortuna, una gran masa de dinero producto de los disparados precios de la renta petrolera de este tiempo. Durante los primeros años de gestión se hizo un esfuerzo redistributivo plausible y se organizaron programas sociales con el cual se conquistaron encumbrados horizontes electorales. Con el pasar de los años, ha quedado visto que, con todo su patriotismo bolivariano, el gobierno chavista de Herrera está enredado en la telaraña de una enorme estafa cambiaria, en la cual se ha perdido muchísimo dinero y se han desvalijado por completo las cuentas del estado.
La crisis en el manejo y la asignación de divisas, consecuencia de la burocratización, la terquedad ideológica y la corrupción del chavismo, ha producido un terrible descalabro económico, con niveles de escasez no visto en el país en su historia, con sus graves consecuencias en el terreno social, y ha consolidado el colapso del funcionamiento de la vida cotidiana en Venezuela. Desde Internet hasta el aseo urbano.
Cadivi, Corpoelec, Pdvsa, Pequiven, el Seguro Social, CVG, Pdval, Mercal, Automercados Bicentenario. La tragedia actual de Venezuela se escribe con esos nombres. Por las manos de muchos parlamentarios como Earle Herrera han pasado, al menos, evidencias bastante notorias del desvío y el mal uso de los recursos públicos de estos años. De la orgía con el dinero ajeno organizada con las regulaciones cambiarias, que han engordado los cachetes de muchos militares y han puesto a valer a mucho cuadro revolucionario de mediano rango.
Estas desafueros administrativos le han crearon un enorme daño a la nación. Los guisos con el esquema cambiario de Maduro han producido súbitas fortunas, y su consecuente cara opuesta: escasez de medicinas y comida; tasas inflacionarias del 500 por ciento, quiebras industriales, gente revisando basura y una contracción económica que ya lleva 4 años. El país paga las consecuencias de haber electo, en el pasado, espacios legislativos domesticados, que cedieron su mandato popular a la figura de la Ley Habilitante, en los cuales se dejaron pasar graves ilícitos que comprometen el futuro económico de nuestros hijos, mientras se tomaba la palabra, apenas, para pontificar las virtudes de Juana La Avanzadora o acompañar un acuerdo político en solidaridad con Raúl Castro.
Cuando las cosas en el país cambian, y los rivales de Earle Herrera conquistan legítimamente el Poder Legislativo pierde entonces su carácter sagrado. Earle Herrera y el resto del chavismo organizan un complot para dejar sin efecto el contenido político y el carácter moralmente obligante del voto. Nació el artificio de la impugnación de los diputados del estado Amazonas, y se concretó el comportamiento faccioso del Tribunal Supremo de Justicia. El país votó para no elegir nada.
Earle Herrera y el resto de sus compañeros decidieron entonces que era la hora de inventarse otra Asamblea Nacional. Una Asamblea sin mandato político, que se quiere imponer por cuenta propia y que el país rechaza en una proporción escandalosa. Una Constituyente con unas bases comiciales que no fueron discutidas con el país, ni aprobadas por nadie, con sujetos de elección completamente peregrinos, precocinados y fraudulentos. Promovida por un dirigente sin capacidad de convocatoria: ese entredicho administrativo, sin ninguna conexión orgánica con la población, que llaman Nicolás Maduro
Es imposible que con un proceder tan cuestionable traiga consigo una sincera expectativa de consolidar la paz. Es así como una minoría desacreditada, corrompida, sin legitimidad, como es la minoría política en la cual milita Earle Herrera, pretende usurpar la soberanía popular. Con esa triangulación política, y esa impostura de motivos, digna de un puñado de estafadores de apartamentos, Earle Herrera, y el resto de sus compañeros dirigentes del chavismo, pretende seguir controlando los hilos del poder sin tener los votos para eso.
Herrera pudo haber decidido, junto a sus compañeros, organizar a su partido para transitar el paso a la Oposición. Pudo haber dado una muestra de solidez intelectual ofreciendo empaque moral e integridad frente a la derrota. Pudo haber participado en la Asamblea Nacional actual, de la cual forma parte, que se ganó su composición de forma incuestionable. Pero no. Mientras Herrera se felicita, y cuenta cuántos dirigentes comunales e indígenas se postulan a ese “Congreso de la Patria”, que el chavismo quiere hacer pasar por poder originario, en las calles de Venezuela, todos los días, sin que medie la convocatoria de ninguna televisora, se organiza una protesta en contra de la piratería Constituyente del chavismo.
Protestas en La Vega, El Valle, Coche, Caricuao, Quinta Crespo, Petare, El Paraíso, Montalbán, Los Teques, la Urbina, San Bernardino, San José, La Candelaria; y también en Vargas, en Barinas, en Socopó; en Mérida, en Tovar, en San Cristóbal, en Coloncito, en Ciudad Bolívar, en Puerto Ordaz, Barquisimeto, en la Colonia Tovar. Protestas, que se intercalan con sus anécdotas y sus raciones de tristeza, profesor Earle, mientras, al mismo tiempo, la Oposición política convoca a las otras, las grandes, las que se desarrollan en todas las ciudades del país y son reprimidas de forma gangsteril por la Guardia Nacional.
Los primeros sondeos fundamentados de opinión, entre tanto, dan cuenta de un rechazo de hasta 85 por ciento a la Constituyente Comunal. Un rechazo que se lleva una tajada de la militancia del propio chavismo. En Venezuela se está ejecutando un Golpe de Estado para disolver la Asamblea Nacional con una excusa Constituyente, y Earle Herrera, junto al resto de sus lamentables compañeros de causa, es uno se sus promotores cabecillas.
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