Venezuela

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Siempre pasa igual. Ya había dejado de escribir un texto sobre el fenómeno que ocurre entre inmigrados de muchos años (la ira al darnos cuenta de que lo que nos han quitado es irreversible), pero en tiempos en los que el venezolano ofrece la vida en la calle para recuperar el país, me resulta un sentimiento casi hedonista.

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Foto: Tibisay Romero

Luego me disponía a hablar sobre la serie sobre Albert Einstein que acaba de pasar National Geographic, porque al final, Einstein quedó entrampado en el exilio, los fanatismos, el destierro y la identidad. También me pareció banal.
Por otra parte, la agenda venezolana te deja atrás con la facilidad con la que te dejaría un ciclista en la vuelta a Francia. Sin embargo, más allá de las reacciones salvajes que las huestes de Maduro puedan penetrar, un paso histórico ha sido anunciado por la sociedad civil venezolana, y marcará un antes y un después en esta lucha definitiva para la historia de nuestro país.
Haber decidido que el mundo civil -aunque haya sido despojado de poder por el gobierno de facto de Maduro, los narcos, militares y paramilitares- puede auto-determinarse, sabiéndose mayoría, es un paso crucial, no sólo para esta lucha, sino un gran precedente para el futuro.
Que los ciudadanos, aún con la amenaza letal de la represión del régimen, no sólo protesten, denuncien y reaccionen y propongan, sino que hayan dado el paso de tener la iniciativa de ejercer la institucionalidad de lo soberano, aunque la cúpula crápula de la dictadura le desconozca y amenace, es, no sólo un acto enorme de valentía y verdadera insubordinación (quién dijo que los venezolanos teníamos que ser obedientes), sino un hecho muy significativo para nuestra historia, que ha dependido demasiado de la bota militar para cambiar su destino desde su nacimiento.
El 16 de Julio no sólo es un conteo electoral plebiscitario, donde la soberanía dejará la huella de su voluntad. Es el ejercicio más civilizado (vaya paradoja, en medio de tanta barbarie) que hayamos visto de nuestro gentilicio en mucho: es el ejercicio del pensamiento sobre el orden, de la universalidad sobre la oscuridad, de la libertad sobre la opresión.
Este 16 hay que salir a votar, no sólo para que los militares queden en evidencia, y sepan que todo un país espera de ellos un poco más de gallardía y bastante menos de miseria; no sólo para que la banda de sanguinarios que tienen secuestrado el poder quede desnuda una vez más, ante la patada que recibirá su fraude constituyente y la impopularidad de la que goza; no sólo para que nacional e internacionalmente quede claro que lo que el venezolano quiere es votar, como si eso hubiese que demostrarlo.
Este 16 de julio los venezolanos nos decimos a nosotros mismos: a nosotros no nos gobierna nadie que no seamos nosotros, los ciudadanos. No necesitamos de militares ni de tutelajes internacionales para ejercer nuestra autonomía. No pedimos permiso para ser libres. Y el 16 de julio es sólo el comienzo.]]>

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