Venezuela

En Táchira despidieron a Engelbert Duque, “un guerrero” caído en protestas

En medio de rezos y lágrimas la población de Palmira, a unos 10 kilómetros de San Cristóbal, dijo adiós la mañana de este jueves a Engelbert Alexander Duque, joven caído mientras protestaba en la avenida 14 de la población de Táriba, municipio Cárdenas del estado Táchira.

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Foto: Rosalinda Hernández

La funeraria Santa Rosalía estaba repleta de personas de distintas edades; hombres y mujeres que no salían del asombro y no entendían cómo la lucha de calle se había llevado “a un guerrero”, como lo describió su familia.
“Me llamaron para decirme que estaba ahí tirado, yo no vi nada… sus amigos dicen que fue un disparo de una tanqueta, otros dicen que fue de cañón. A fin de cuentas la autopsia arrojó muerte por manipulación de pólvora, eso es lo que dicen y él ya no está”, expresó con la voz entrecortada Frank Duque, padre del joven asesinado durante una protesta en la avenida 14 de Táriba, en el municipio Cárdernas del estado andino.
Recién se había inscrito nuevamente en el Instituto de Tecnología Agroindustrial (IUT) en San Cristóbal, donde había suspendido estudios para dedicarse a trabajar como comerciante.
Quienes lo conocieron lo recuerdan como “un chamo alegre, batallador y muy honesto”.
Era un guerrero, aseguró su padre. Agregó que en las protestas él era quien estaba adelante. “Yo le decía: `Papá no vaya adelante´, pero no, él quería ir de primero. También le decía que no se metiera más en eso, que se quedara trabajando; pero en los ratos libres se metía en las protestas”.
De acuerdo con Duque, el joven confiaba en que la situación del país cambiaria: “Estaba convencido al 100% de que vendrían tiempos mejores. Mi hijo no era terrorista, eso se lo puedo asegurar”.
Precisó que ahora será él quien siga luchando por sus otros hijos y su esposa.
“He llorado a todos los caídos”
Con resignación y los ojos inflamados y enrojecidos por el llanto, mirando con tristeza el ataúd, se encontraba Martha Chacón, la madre del manifestante caído.
“Hoy fue mi hijo, mañana no se el de quién será…he llorado a cada uno de esos muchachos muertos sin saber que me iba a tocar a mí. Jamás pensé que él iba a caer y este es un dolor que a ninguna madre le deseo”, afirmó.
Pidió a las autoridades “que esto acabe pronto” y aseguró que Engelbet no era ningún terrorista como lo dijo “el señor Cabeza” (Secretario de Seguridad Ciudadana de la Gobernación del Táchira), él era un trabajador. Los funcionarios deben de informarse antes de salir a dar declaraciones a la ligera, cuestionó la madre.
“Él estaba luchando por un cambio para Venezuela, por lo que todos queremos. Me decía: ‘Mamá, estamos en un situación difícil; tú no vas a salir entonces yo lo hago por ti. Algunas veces le pedía que no saliera y me hacía caso”, dijo Chacón.
Fueron innumerables las veces que la madre aseguró haber visto que el mayor de sus hijos cruzaba la puerta de la casa para ir a protestar en contra del Gobierno de Nicolás Maduro. «Ese día lo vi salir, estaba en mi casa y le dije: `Papá, que Dios lo cuide, cuídese usted también”.
“A 20 metros y nada pude hacer”
Geomar Delgado era primo de Engelbert y estaba cerca de él cuando murió. Siente impotencia: «Estaba como a 20 metros de distancia pero nada pude hacer”. Lo recuerda como un luchador que demostró valentía y que le enseñó que la resistencia se gana luchando.
“Yo vi cuando cayó, fue un impactado en el pecho, pero yo estaba detrás y no se que fue lo que lo impactó”.
En ese momento, relató Geomar, la desesperación fue mucha y verlo en el piso lo marcó para siempre. Narró que cuando el joven tachirense cayó estaba enfrentándose con funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana. Luego de su muerte cesó la batalla.
“La manera en que nos dispararon no es humana, eso es condenable. De repente verlo caer y saber que se van todos los sueños de un guerrero es inexplicable. Él repetía: `Seré un guerrero siempre; un obrero, pero digno guerrero’, me decía”. Contuvo el llanto, cubrió sus ojos y se marchó.]]>

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