«¿Que no nos gusta la redacción de la pregunta? Sí. No obstante, ambos estamos rechazando la Asamblea Nacional Constituyente y la derogatoria por la vía de hecho de una Constitución que todos hemos aprobado», dijo Gabriela Ramírez, exdefensora del pueblo, en una rueda de prensa en Caracas.
Junto con otros chavistas que rompieron con el gobierno, Ramírez llamó a desconocer la iniciativa de Maduro.
Estuvo en el grupo el diputado chavista Germán Ferrer, esposo de la fiscal general, Luisa Ortega, quien abrió una brecha en el oficialismo al declarar como una «ruptura del orden constitucional» sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y quien afronta un posible juicio en esa corte que derivaría en su destitución.
Nicmer Evans, seguidor del expresidente Hugo Chávez, se convirtió en un fuerte crítico de Maduro. Llamó a la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a reconsiderar las preguntas propuestas. «Es legítima y constitucional la consulta popular (…) El problema es la formulación de las preguntas», expresó.
La consulta popular convocada por la oposición, que Maduro y altos funcionarios gubernamentales califican de «ilegal», estipulará en una primera pregunta a los ciudadanos si rechazan la Constituyente, que la MUD denuncia como un «fraude» que busca instaurar «una dictadura».
La segunda interrogante plantea es «si los venezolanos demandan a la Fuerza Armada defender la Constitución vigente», y la tercera es «si aprueban la renovación de los poderes públicos y la conformación de «un nuevo gobierno de unidad nacional a través de elecciones».
«Las preguntas lamentablemente conducen a la posibilidad de una profundización de la ruptura del orden constitucional y eso debe ser modificado», agregó Evans. «La segunda y la tercera están de más».
La rueda de prensa coincidió con el día 100 de protestas opositoras que exigen la salida del poder de Maduro, que han derivado en violentos disturbios y dejan 91 muertos.
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