Venezuela

El oeste de Caracas perdió el miedo

Los habitantes de Catia, La Pastora, Lídice, El Silencio y la Candelaria salieron de forma masiva a votar. Desde las 7:00 am abarrotaron los puntos. Dicen haber perdido el miedo. Sin embargo, en Catia, los grupos colectivos armados acabaron con la fiesta democrática.

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Fotos Gustavo Vera

En la Plaza El Cristo, de Los Magallanes de Catia, no tenían ni un toldo. Ni siquiera una mesa. Los ciudadanos manifestaban su voluntad en la consulta popular convocada por la Asamblea Nacional en lo que queda de los banquitos de concreto del lugar. Instalaron “las mesas” a las 6:00 am y desde entonces hasta el mediodía, nunca dejó de haber gente en las colas, porque eran varias. Tantas, que toda la circunferencia de la plaza estaba llena de personas y la fila crecía por las calles aledañas.
Dhamelis Martínez no ocultaba su alegría. Llegó a las 9:00 am proveniente del sector Las Colinas, de Plan de Manzano, en la carretera vieja Caracas-La Guaira. El punto de Los Magallanes era el más cercano que tenía. Al ver a tantas personas comenzó a llamar a vecinos y amigos para que se acercaran a participar: “Hoy se perdió el miedo. Ya basta de tanto sometimiento y amenazas. Que te van a quitar esto o aquello. Llegamos a nuestro límite. Aquí la gente no salía por temor a los motorizados armados”.

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En Catia los hubo, pero no en El Cristo, sino en el punto ubicado junto a la iglesia Carmen, en la avenida Sucre. Llegaron primero alrededor de las 8:00 am “pero los corrimos”, alegaban quienes los vieron. No obstante, lograron llevarse una caja con papeletas, así que a media mañana los organizadores estaban solicitando la ayuda de los votantes: “Es un acto voluntario. Quien lo desee puede ir y sacar algunas copias”. Allí las filas eran cinco. El punto solo estaba separado del simulacro convocado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) por un piquete de la Guardia Nacional Bolivariana, que crecía en número a medida que avanzaba el día.
En ese punto, ubicado frente al Parque del Oeste, tampoco había mesas. Los ciudadanos votaban como podían. “No nos imaginamos que habría tanta gente. Llegamos a las 7:00 am y ya había muchísimas personas. Estas no son unas elecciones cualquiera. Queremos un cambio, libertad, democracia y que se nos consulte qué queremos como pueblo”, afirmó Daniela Hernández, habitante de Catia.
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Frente a ese sector pasaban camiones de orden público repletos de efectivos de la GNB, también motorizados identificados con franelas de los Tupamaros y camiones con votantes para el simulacro del CNE. Todos eran recibidos con consignas: “Catia/ presente/ No quiere constituyente”. La paz se acabó pasadas las dos de la tarde. A esa hora, motorizados armados los dispersaron a tiros, algunos encapuchados. Otros con el rostro descubierto. Además de balas, también lanzaron piedras. Jenny Herrera, temía su llegada desde temprano: “Yo no me esperaba ver de este lado de la ciudad a tanta gente viniendo a firmar. Que el gobierno vea que no somos minoría; pero no puedo negar que estoy aquí intimidada por los colectivos”.
La Pastora y El Silencio en resistencia

En el punto soberano instalado en La Pastora, la fila de asistentes a las 8:00 am le daba la vuelta a la manzana y todavía llegaba gente. “Venezuela entera está de pie. Hoy la democracia es invencible y no la derrotará ningún comunista mediocre. Hay una cantidad de jóvenes fallecidos que pelean por una democracia que no conocieron”, declaró Benito Urrea, en La Pastora, arengado  por los cornetazos de apoyo de los carros.
En La Pastora también vieron a motorizados de la PNB rondándolos y a motorizados con intención de intimidar. «Debemos ignorarlos y tener fe en Dios. Al ver a tanta gente en la calle, no creo que se atrevan a hacer algo”, opinó Cecilia Cegarra. Hasta ese punto llegó un grupo de unas 20 personas desde Lídice. Allí no tenían puntos soberanos, así que se organizaron y contrataron a un autobús que los llevara a todos a votar. “La gente se cansó. Estamos obstinados de pasar hambre, de la necesidad de medicinas y la inseguridad. El gobierno tiene que considerar lo que dice el pueblo”, afirmó Mayerling Rincón.
A diferencia de estos puntos, el que se encontraba ubicado en el Bloque 1 de El Silencio, no se hallaba en la vía pública sino en el interior de la urbanización. “Es mejor así. Ya sabemos lo que pasó en San Agustín, donde no permitieron que se instalara el punto”, dijo Rafael González, uno de los organizadores.
Hubo fiesta en Parque Carabobo y Parque Caracas

En el punto de Parque Carabobo, frente al Ministerio Público, hubo que habilitar mesas adicionales. Al mediodía habían 21 mesas y habían votado 7.283 personas. Lo mismo en Parque Caracas donde los asistentes no se retiraban, aunque ya habían firmado. Allí empezaron con 10 mesas y terminaron con 20. Fátima Moniz, era una de las que estaba en Parque Caracas gritando consignas y con una bandera de Venezuela: “Amanecimos en la calle. Hay que disfrutar de esta alegría colectiva. Todos los venezolanos están en la calle, y mañana seguiremos en la calle, porque con los resultados esta lucha será mayor”.]]>

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