Los salones de clases del Liceo Pedro Emilio Coll, ubicado en la avenida Intercomunal de Coche, todavía no están listos para el 2 de octubre, fecha del inicio de clases propuesta por el ministro de Educación, Elías Jaua. Un grupo de personas, conformado por obreros y jóvenes del plan vacacional del sector caraqueño, pintaban de azul las paredes de la institución pública. “Vamos a usar la pintura sobre todo en los salones, no en los pasillos. Si sobra, pintamos ahí”, indicaba Nirma Colmenares, directora de la institución, a los trabajadores.
Explicó a El Estímulo que el órgano público les asignó 14 cuñetes de pinturas, 12 azules y 2 blancos, administrados en 38 salones, sin contar laboratorios y talleres. “Estamos recuperando los espacios”, afirmó Colmenares. Sin embargo, las paredes rayadas o sucias son el menor de los problemas del Pedro Emilio Coll.
“Jueves y viernes no hay agua”, reza un cártel en la puerta del baño de damas, ubicado en la planta baja. El racionamiento del servicio público en el sur de Caracas golpea fuertemente en la institución, que alberga más de 2000 alumnos, entre 1° año y 5° año de bachillerato. “Los muchachos a veces se quejan porque quieren ir al baño y no pueden”, dijo Zuleima Hernández, supervisora del plantel. Además, en el liceo les toca trabajar sin luz: no hay bombillos y algunas lámparas están dañadas. Sin contar con las fallas eléctricas que constantemente azotan Coche.
Partes del techo siguen húmedos y desconchados: las filtraciones también hacen mella en la construcción. Hernández explicó que cuando llueve, los salones se inundan y los pasillos se vuelven ríos.
“Aquí estamos trabajando con las uñas”, señaló la supervisora con pesar. Declaró que no tienen materiales de oficina para trabajar en la administración ni productos de limpieza para ofrecer al personal. Cuenta que, a veces, obtienen la ayuda de los representantes.
Este lunes 18 iniciarán las actividades administrativas, procesos de inscripción y jornadas de limpieza en el Pedro Emilio Coll. Todo para estar preparados para el 2 de octubre, inicio de clases de la educación media. Asimismo, Contreras declaró que tienen previsto abrir cuatro secciones más. “Tenemos los espacios, tenemos el personal. Esperemos que estemos listos”, concluyó la directora.
En el Liceo Gustavo Herrera, en el municipio Chacao, se encuentran a la espera de los recursos para continuar con los preparativos para el inicio de las clases. Los pupitres se encuentran apiñados unos encimas de otros, en una esquina de los salones. Al menos 250 pupitres deben llegar a la institución para finales de mes, según Beatriz Cortés, jefe de la Zona Educativa.
Asimismo, 110 cuñetes de pintura fueron asignados por el Ministerio de Educación a la institución, que no han llegado. Mientras tanto, las paredes de los pasillos todavía muestran los rastros de los estudiantes: frases, groserías, declaraciones de amor y bromas.
Los obreros, por su parte, se encargan de la construcción del muro perimetral que rodeará el liceo, ubicado en la avenida Libertador de la capital. Y en dos semanas, aseguró Cortés, iniciarán las obras de una cocina-comedor para ofrecer desayuno y almuerzo a más de 1000 estudiantes que hacen vida en el Gustavo Herrera.
El campo de béisbol del liceo está en mantenimiento, tras dos meses de abandono. Trabajadores han cortado la grama que creció en el espacio deportivo y grandes cúmulos de maleza se distribuyen a lo largo del campo. Las dos canchas de basquetbol y el gimnasio interno se encuentran habilitados, así como la piscina del complejo, que se mantiene por inversión de particulares.
A pesar de la difícil situación, Cortés afirma que han podido hacerle frente gracias al dinero obtenido por las vallas publicitarias en el campo y las ventas de la cantina. Sin embargo, dice, “ha sido duro”.
Las instituciones han tenido que luchar contra otro factor: la inseguridad. “En las dos últimas semanas se han intensificado los robos a escuelas nacionales. Llama la atención de que ocurriera a pocos días de iniciar las clases”, lamentó Cortés. Denunció que se han robados cables eléctricos de los planteles, violentaron ventanas y paredes, además del hurto de equipos.
En el liceo Alejo Fortique, en Baruta, todavía no se han podido recuperar del robo de hace casi un año. Los ladrones se llevaron computadoras, impresoras y demás equipos que no han podido reponer del todo.
Han solicitado ayuda al Ministerio Público, además de la dotación de pintura, materiales de oficinas y equipos. Hasta el momento, no han recibido respuestas. Sin embargo, personal de la institución se encargó de dejar las instalaciones listas desde el pasado mes de julio.
Representantes, alumnos y profesores ayudaron a pintar, arreglar y dejar el lugar en el mejor estado posible. “Nosotros mismos tenemos que gestionar todo eso”, dijo Carlos Pomares, subdirector del liceo.
El agua falta en el Alejo Fortique tres días a la semana: miércoles, jueves y viernes. Muchas lámparas del pasillo no tienen bombillos. Pomares explicó que regulan la utilización de los mismos: unas lámparas sí y otras no.
La institución, que tiene en su haber más de 1280 alumnos desde 1° año hasta 5° año, solo esperan empezar las clases el próximo 2 de octubre. “Tenemos necesidades, pero seguimos trabajando”, agregó Pomares.
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