El objetivo inmediato de la ANC ha sido dejar sin efecto la vigencia del Poder Legislativo, y el mandato político de las elecciones de 2015, organizando una especie de cuerpo deliberante paralelo. En sus confines, un puñado de dirigentes deshonestos y sin honor, los mandos actuales del chavismo, evaden la contraloría ciudadana y conservan intactos el grueso de sus privilegios mientras termina de hundirse la República en el pantano hiperinflacionario.
La brutal destitución de la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, luego de hacer señalamientos específicos por casos de corrupción a conspicuos miembros de la clase política chavista, revela sin mayores aditamentos el carácter monstruoso de este cuerpo colegiado forajido.
Su concreción final fue la resulta de un operativo militar disfrazado de Plan República. Solo ese día fueron asesinadas 16 personas en enfrentamientos callejeros. Fueron muchísimos los ciudadanos que protestaron la instalación de la constituyente. Jamás fueron escuchados.
Parece que Laidy Gómez, Alfredo Díaz, Ramón Guevara y Antonio Barreto Sira, los cuatro gobernadores de Acción Democrática que decidieron prestar juramento ante un organismo de esa calaña, no han terminado de darse cuenta de las dimensiones de la estupidez que acaban de cometer.
Estos mandatarios supeditan el universo regional de sus intereses a la causa de la restitución nacional de la democracia, y confunden los ecos de sus propios comandos con un inexistente clamor popular a favor de que asuman sus funciones en circunstancias abyectas.
Desoyendo los pronunciamientos públicos de los voceros más autorizados de la Unidad, han procedido de forma inconsecuente y mezquina, sin criterio nacional, sin pensar en el interés general, sin amplitud de miras. El ardid, por lo demás, no se va a traducir en ningún beneficio concreto para nadie. No hay forma de disfrazar esta parada de una “jugada estratégica”.
La misma tarde en la cual los mandatarios regionales eran juramentados frente a Delcy Rodríguz, el Presidente Nicolás Maduro decidió colocarle 4 “protectores” a cada uno de ellos. Estas personas, que no siendo electas por nadie tutelarán la gestión de los Gobernadores, son nada menos que los candidatos derrotados del chavismo.
La medianía de miras, los razonamientos folclóricos, la irresponsabilidad electorera, han desencadenado, además, en el peor momento posible, una compleja crisis interna en la MUD, frente que, con todos sus problemas, ha hecho un esfuerzo descomunal para deconstruir la matriz fraudulenta del chavismo y sensibilizar a le comunidad internacional sobre la tragedia política de esta Venezuela sin medicinas.
Gómez, Barreto, Guevara y Díaz, gobernadores electos, están procediendo como si se debieran únicamente a los hinchas que los acompañan en cada una de sus entidades.
Desde fuera, y desde adentro, están siendo retratados de una sola manera: como un puñado de dirigentes demasiado enamorados de su ambición personal. Porque finalmente, salvo dividir a la Mesa, en este trance es nada lo que se avanza.]]>