Venezuela

“En el éxodo nos despide una Cromointerferencia de Color Aditivo” (El piso de Cruz- Diez en Maiquetía)

“Ese cielo, ese mar, esos cocales, ese monte que dora

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El sol de las regiones tropicales…
¡Luz! ¡Luz al fin! –los reconozco ahora:
son ellos, son los mismos de mi infancia,
y esas playas que al sol del mediodía
brillan a la distancia,
¡Oh inefable alegría!
son las riberas de la patria mía!”
(Vuelta a la Patria/ Pérez Bonalde).
I
Todos los días cientos, quizás miles de venezolanos parten, algunos para volver, otros para olvidar y empezar de nuevo. Todos para encontrar que el olvido solo es un recuerdo interrumpido por un afán inútil y momentáneo de dejar de ser lo que en realidad somos. Un amigo de la familia decía que: “lo que duele de partir, no es que duela, sino que cada vez duele menos”.
El escenario de esa partida sin partir, de esa despedida sin despedir, de cientos de miles de venezolanos y turistas que han pisado esta “tierra de gracia” cuya risa se extingue en una lagrima, es una obra de arte extraordinaria que muchos conocen como “el piso del aeropuerto de Maiquetía” o el “piso de Cruz -Diez en el aeropuerto” y que en realidad se llama: “Cromointerferencia de Color Aditivo”, realizada entre 1974 y 1978.
Su autor, Carlos Cruz-Diez. El artista venezolano contemporáneo vivo más internacional. Tan sencillo, como universal. Su nombre reposa, junto al del gran maestro Jesús Rafael Soto, en la prestigiosa edición de Taschen “Arte del Siglo XX”, al lado de: Picasso, Cezanne, Chagall, Dalí, Gauguin, Rivera, Hopper, Frida Kahlo, Manet, Magritte, Matisse, Monet, Braque, Pollock, Seurat, Miró, Botero, De Chirico, Renoir, Signac, Orozco, Tamayo, Toulouse-Lautrec, Siqueiros, Warhol, y creo que no nombré pocos. “No existe realmente el arte, tan solo hay artistas”, dice E.H. Gombrich en su monumental Historia del Arte.
II
“El arte no hay que entenderlo ni explicarlo, es para disfrutarlo” así dice siempre el maestro y mago de los Colores, Cruz-Diez. Confieso que cuando era más joven, me esforzaba por entender el significado de un piso con tantos colores. Tiempo después adquiriría sentido, como muchas más cosas en la vida. El sentido no viene por el explicar, sino por el sentir.
La mezcla de colores de la Cromointerferencia me hace sentir un país vibrante, tropical, en constante reacomodo, entusiasta, sereno, alegre, violento, insondable y contradictorio, por sobre todas las cosas. Los contrastes están presentes desde que llegas al aeropuerto y la obra de Cruz-Diez te lo recuerda, cuando llegas, cuando te vas. Tiempo y espacio integrados, es el sentido del arte cinético.
Sin embargo, cada vez que lo veo, que lo camino, trae a mi mente nuevas aristas, y a mi cuerpo nuevas sensaciones. Los colores del piso adquieren vida propia. Caminar sobre él, como si fuera cualquier piso, es casi un sacrilegio. Caminar sobre una obra de arte, es algo que no ocurre muchas veces en la vida.
“Las grandes obras de arte parecen diferentes cada vez que uno las contempla. Parecen tan inagotables e impredecibles como los seres humanos. Es un inquieto mundo propio, con sus particulares y extrañas leyes, con sus aventuras propias.” (Gombrich)
Todos los días el piso “roba cámara”. Es el símbolo del éxodo, de las despedidas. De aquellos que quieren partir silenciosamente, o sin hacer mucho ruido. El maestro dijo hace poco, en una entrevista radial, que esa obra tiene una doble vertiente. “Hoy es el símbolo de las despedidas, mañana de la llegada, de la vuelta a la patria” Gombrich decía que a mucha gente le gusta ver en los cuadros lo que también le gustaría ver en la realidad.
Poco a poco el piso se está convirtiendo en el símbolo de un país, dice el maestro. Así como ocurre con Noruega con el grito de Edvar Munch, o con París con la Torre Eiffel, pudiera ocurrir lo mismo en Venezuela. Hoy pareciera que tenemos otros “símbolos”, no artísticos, por los que somos más conocidos. Que maravilloso sería que uno de ellos fuera una obra de arte. El arte, sin lugar a duda, redime. El arte es una terapia.
“El artista, está consciente de los problemas de la vida, pero no mora en ellos. En cambio, quiere brindarnos lo que es adorable y bueno del aquí. Mira con devoción lo mejor que el mundo tiene que ofrecer, cuando esto no es obvio.” Alain de Botton.
III
El piso se está deteriorando. La Cromointerferencia de Color Aditivo, tiene en estos tiempos que nos han tocado vivir, la interferencia del descuido, del desdén, de esta vida acelerada y complicada que no deja un momento libre para atender las cosas que merecen atención. Algunos migrantes toman una pequeña muestra del piso para llevarse un pedacito de Venezuela en el bolsillo. A ese ritmo, podríamos quedarnos, no solo sin piso, sino también sin país.]]>

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