Venezuela

Hipócrita, cruel, despiadado

No exagero con el título de este artículo. Esos calificativos –y más- se los ha ganado este régimen. Hugo Chávez llegó al poder con un discurso de reivindicación de los olvidados.

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FOTOGRAFÍA: PRENSA PRESIDENCIAL

Un discurso que partía de algunas premisas reales, pero cuyas conclusiones no eran más que falacias. Lo que alguien no tenía –en aquel momento- no era porque otro se lo hubiera quitado, como postulaba Chávez. En Venezuela siempre ha habido corrupción y el dinero ha lavado currículos, expedientes y hasta prontuarios. Pero decir que lo que alguien no tenía antes de 1998 era porque otro se lo había robado, era mentira.
Y era mentira porque el porcentaje de lo que se robaban del tesoro nacional era insignificante… algo que no se puede decir ahora. Hoy, en diciembre de 2017, lo que les falta a tantísimas personas –la mayoría de la población venezolana- es porque otros se lo robaron. Punto. Así de dramático. Así de triste. Así de simple.
No hay manera de exigir que se abra un canal humanitario. El gobierno sigue diciendo que no hace falta. Tanto así, que Nicolás Maduro se autorregaló de cumpleaños una serenata dada por el venezolano Omar Enrique y el dominicano Bonny Cepeda, como si el país estuviera boyante, como si aquí no hubiera escasez de nada, como si aquí no estuviera pasando nada malo.
Mientras Maduro bailaba con su mujer, niños desnutridos morían en hospitales, venezolanos famélicos registraban las bolsas de basura en las calles y enfermos crónicos fallecían por falta de medicinas. Pero para un irresponsable como Maduro, más importante era su fiesta de cumpleaños, como si hubiera algo que celebrar. Si algo deberíamos repudiar en masa en este país, es el día que nació Nicolás Maduro.
Para él, mandar a imprimir billetes y regalar 500 mil bolívares que apenas alcanzan, como me dijo una señora, “para un ñame, unas remolachas y cuatro chuletas ahumadas”, es suficiente. No importa cuántos mueran, cuántos sufran, cuántos pasen hambre. No importa cuánta inflación genere el dinero inorgánico.
El régimen “de los pobres, por los pobres y para los pobres” terminó de quitarse la careta y lo que quiere es perpetuar aquella frase lapidaria de Jorge Giordani, citada por Guaicaipuro Lameda: “no podemos erradicar la pobreza porque la revolución necesita a los pobres”.
O más recientemente, la de Héctor Rodríguez, por desgracia y obra de los abstencionistas hoy gobernador de Miranda e in illo tempore ministro de educación, quien dijo en 2014 que «no es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos».
¿Cuántas pruebas más necesitamos de que esta gente no está interesada en sacar a nadie de la pobreza, ni en su educación, ni en su bienestar, sólo buscan mantenerse en el poder como sea y robarse todo lo que puedan?…

Recientemente han circulado las fotos de una fiesta muy alegre. Unos chats dicen que es el nuevo ministro de Energía y presidente de Pdvsa, cosa que no es cierta. Otros refieren que es una fiesta del alcalde de Lechería, quien en rueda de prensa rodeado de su familia desmintió el hecho.
Ahora dicen que es un hermano del alcalde. No voy a entrar en especulaciones, porque no conozco a ninguno de los protagonistas –por fortuna- pero sí quiero decir que si son “revolucionarios” de esos que exigen que otros fabriquen y vendan por debajo del costo de producción sus productos, o por menos de lo que les costó importarlos, o por aún menos del costo de reposición, deberían dar el dinero de sus parrandas para los más pobres.
Pero no, eso no va a pasar jamás. ¿Será que ellos creen que las mujeres que ellos pagan sienten tanto amor por ellos, como el que ellos sienten por el pueblo que dicen amar? ¿O simplemente se sienten tan empoderados que pueden publicar sus rumbas salpicadas de bebidas espirituosas de las más caras, con prostitutas caras metidas en un gigantesco jacuzzi, mientras el pueblo se muere de hambre y de mengua?
Yo estoy convencida de que las malas acciones se pagan aquí en la tierra. Por eso estoy sentada, esperando ver pasar los cadáveres de los enemigos de mi pueblo. Ya hemos visto unos cuantos…]]>

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