Una declaración de la primera dama venezolana, Cilia Flores, cambió el curso de la defensa de sus sobrinos, Franqui Francisco Flores y Efraín Campo, detenidos en Nueva York por una supuesta conspiración para traficar drogas a Estados Unidos. “La primera combatiente” como la llama la retórica chavista, sostuvo el 12 de enero de este año que los dos venezolanos habían sido secuestrados en Puerto Príncipe —Haití— por agentes de la Agencia para el Control de Drogas estadounidense —DEA, por sus siglas en inglés—. Dijo, asimismo, poseer evidencias que serían ventiladas solamente en la corte del Distrito Sur de Manhattan. No en público, pues en su criterio eso perturbaría el proceso judicial.
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