Venezuela

¿Dónde están los fuegos artificiales?

Los fuegos artificiales, uno de los protagonistas emblemáticos de la navidad caraqueña se ausentaron por la hiperinflación. No todos lograron acceder a su compra. Del oeste al este de Caracas no estaban las habituales mesas coloridas o los vendedores en las esquinas

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FOTOGRAFÍAS: DANIEL HERNÁNDEZ

La esquina de El Chorro, en La Hoyada luce gris. No hay manteles de colores en las aceras. Ni pólvora con envoltorios brillantes a cada paso. En el lugar, conocido por el comercio abundante de fuegos artificiales en la temporada navideña, solo había una persona sentada, catálogo en mano, ofreciendo la pirotecnia.
Este año no hubo ferias ni en el Poliedrito, ni en el estacionamiento de la Universidad Santa María y mucho menos en La Guairita. Por eso, la mujer promocionaba sus productos con sigilo. En el municipio Libertador solo está permitida la venta de este tipo de artefactos con la venia de la alcaldía y los bomberos.
La mujer tiene 20 años con este rubro como negocio y, por primera vez,  se cuestiona si debe continuar vendiendo fuegos artificiales. “Este año vendí muy poco, los vendo al mayor, y fue difícil”, afirmó.
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Del catálogo que tenía en sus manos, solamente logró despachar a duras penas seis productos. Los más populares fueron las cebollitas, «de los cohetones no pude vender ninguno”, dijo.
Los precios estaban entre  200.000 bolívares (un bulto de cebollitas) hasta 1.200.000 bolívares por los cohetones.  La comerciante, que se negó a identificarse, manifestó que ya no seguirá vendiendo más pólvora porque la ganancia no le alcanza para mantenerse. Agregó que para el próximo año comenzará a vender juguetes, porque pese a la hiperinflación, percibió que a sus pares en ese rubro sí les fue bien.
Aseveró que El Poliedrito “está vació”.
Hacia el este de Caracas, en los locales informales ubicados en La Guairita -entre los municipios El Hatillo, Baruta y Sucre-, se repetía la misma historia de la esquina El Chorro. De todos los locales que se encontraban abiertos, solo uno tenía una pequeña mesa con fuegos artificiales.
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El dueño del establecimiento, que tampoco quiso dar su nombre, señaló que las ventas han sido paupérrimas. Al igual que ocurrió con su colega, las cebollitas y las bengalas fueron las más compradas, por ser las más accesibles (50 mil bolívares la caja).  Una de las dependientas indicó que  “pocos han comprado, pero muchos se acercan a averiguar los precios”.
La joven enfatizó que los clientes que llegan al establecimiento tienen como prioridad comprar ropa, en especial “las camisas de la Vinotinto, para venderla afuera del país o para dársela a algún familiar que se ha ido”; luego los refrescos y por último los fuegos artificiales, que ya no son considerados una prioridad entre los caraqueños.
“La venta comenzó el 20 diciembre, algunas personas compraron el mismo 24. Aquí estaremos también para el 31… En el caso de que nos sobre mercancía la guardaremos y la volveremos a sacar para el próximo año y así no tener pérdidas”, concluyó la vendedora.]]>

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