La fundación de nombre «Una Camiseta por Venezuela» cuenta con alrededor de 130 miembros. Tienen varias actividades a la semana correspondientes a sus cinco programas: dos educativos, dos deportivos y uno de alimentación.
Gabriel Caldera, de 18 años de edad, lidera la iniciativa ya que “durante las protestas muchas personas se sentían desesperanzadas como si todo había acabado y los más vulnerables eran los niños” dijo a El Estímulo.
El evento más reciente de la fundación fue en el colegio Lino de Clemente en La Trinidad, Caracas, el cual tiene un espacio especial para niños con discapacidad.
Niños entre ocho y nueve años asisten a sus clases diariamente con profesoras especializadas como Laura Bermúdez quien estimula el aprendizaje de los menores. “Estos niños son seres a los que se les hace más difícil entender aspectos básicos como la lectura, escritura y colores, por lo que su educación es más focalizada».
A pesar de su estabilidad en sus casi 15 años de actividad, tienen ciertas carencias. Bermúdez aseguró que se necesitan terapistas de lenguaje y más personas especializadas en el tema de ayuda con los niños.
Durante el receso los niños juegan con una pelota de fútbol, para luego recibir con emoción la franela por parte de la fundación.
Para Caldera, las camisetas representan esperanza y unión. «Hay momentos en el que las damos de un mismo color para que los ellos jueguen fútbol y entiendan lo que es la uniformidad y el formar parte de un equipo»
Con el paso del tiempo se dieron cuenta que habían más necesidades. Ese mismo día, la fundación realizó una actividad en Petare, en el sector Agricultura, para entregar 30 libros escolares y cooperar con el desarrollo educativo de los pequeños quienes comían en un comedor comunitario.
Esta fundación está próxima a cumplir su aniversario, mientras tanto continúan con el desarrollo de proyectos para brindar esperanza.
]]>