Tengo que confesar que depender de la locura, los arrebatos o la excentricidad de Trump me subleva, porque siempre he preferido las situaciones en las que tengo el control. Al menos un mínimo de control. Creer que puedo hacer algo y no subordinarme a la decisión –con sus bemoles de acciones y tiempo- de personas que no son venezolanas y como tales no padecen en carne propia lo que padecemos quienes vivimos aquí.
Cada día me siento más segura de que aquí no habrá ninguna invasión de ninguna fuerza armada foránea. Continuará la diplomacia coercitiva, las sanciones, el acorralamiento. ¿Cuánto durará eso? ¡Los cubanos llevan 60 años soportando el mismo aguacero y ahí sigue el régimen comunista! Mientras los venezolanos esperamos, nuestros talentos continúan su fuga, lo que queda de la antigua clase media lucha por sobrevivir dignamente y la pobreza escala cimas jamás vividas en un país rico en recursos naturales.
Tal vez ése sea el plan de los revolucionarios desde el día 1, como el de Pol Pot en Cambodia. Destrozar el status quo, controlar a la población mediante los alimentos, obligar a la clase media a irse (un paredón como el que hubo en Cuba a principios de los años sesenta sería muy cuesta arriba en el siglo XXI) e instalarse en el poder por un montón de años más.
El alto mando militar está buchón, es cómplice y ha logrado aterrar a quienes no están de acuerdo con el régimen. A los militares que se atrevieron a hacer algo los tienen presos, con todos sus derechos violentados. Incluso a quienes no han hecho nada, pero de quienes se sospecha que no están con la revolución, los han metido presos. Dénse un paseo por las redes sociales, en particular el Twitter, para que vean las cuentas de militares de alto rango: parecen un concurso de jaladera de mecate. No sólo tienen que ser, sino aparentarlo…
He leído todos los artículos de los partidarios de la abstención y todos terminan como en un limbo que me angustia aún más… ¡Díganme qué vamos a hacer, por favor! Si votar no era la vía, ¿cuál es la vía entonces?
Estoy absolutamente consciente de la necesidad imperiosa de reunificar a la oposición. Celebro el regreso de Ramón Guillermo Aveledo como vocero de la Unidad, pues es un hombre íntegro. Pero tiene que haber un plan de acción. ¿Volver a la calle? ¡El año pasado estuvimos cinco meses en la calle, mataron a 172 personas, en su mayoría jóvenes y ahí sigue Maduro como si nada! Si vamos a volver a la calle tiene que ser con una estrategia bien definida que minimice los riesgos.
Un gobierno malandro como el que tenemos es capaz de cualquier cosa. Muestras hemos tenido suficientes. Les dejo una pregunta para que la consideren: corre el rumor de que la constitución a la cubana está lista para salir al ruedo. El mejor timing es ahora, con la gente en su mayoría desesperanzada. Saldrá la inefable Delcy Rodríguez a convocar a un referendo aprobatorio. ¿Qué vamos a hacer, vamos a votar masivamente a decir que NO la queremos, o nos abstendremos una vez más?…
Mientras llega la respuesta estoy aquí sentadita, esperando el plan de qué es lo que los opositores vamos a hacer…]]>