Venezuela

Bob Corker y los límites de la prudencia

El grupo Boston invitó al Senador Corker, para que en directo, interactuase con factores partidistas y de la sociedad civil a quienes él, había solicitado conocer, ante el agobio y desazón de nuestras familias, en su mayoría inmersas en la colosal e inédita crisis humanitaria que vivimos y escucharles con detenimiento.

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Texto: Pedro Pablo Alcántara | Fotografía: AP

El diferendo entre nacionales es percibido en el exterior como una ruptura definitiva. Se repite el viejo conflicto de límites entre la polis de los griegos y los bárbaros. El conflicto va mas allá. Hay una diatriba feroz, sin matices, que vislumbra una nueva contienda civil. Corker desafió la jauría y con prudencia dio un paso concreto y conciliador, conocedor de los limites, urgido por el sentido de responsabilidad del Estadista que otea la tempestad. Quedó constancia de su amplitud de miras.

Habló también con el oficialismo y evidenció su apego a las normas constitucionales, conducta enmarcada en el clásico estilo norteamericano de respeto a las reglas del Barón de Montesquieu. Expresó a los miembros fundadores del Boston y a los Diputados actuales de la AN, especialmente invitados, acerca de la deseable conciliación entre los venezolanos, lo cual será recibido como una noticia fortalecedora para la percepción internacional preocupada y solidaria que apela a la Democracia para avanzar hacia una determinante solución a nuestra crisis.

Ratificó, asimismo, que si la Democracia languidece , es la sociedad toda la que padece. En Venezuela se podría vivir con tal calidad de vida, como en los propios Estados Unidos o en cualquier latitud civilizada, indicó. Y finalmente, ante la trágica muerte del concejal Fernando Albán, le recordó al gobierno su deber de esclarecer y castigar a quienes resultaren culpables, por encontrarse el finado líder bajo directa detención por agentes del Estado.

Bob Corker y nuestro fraterno amigo Caleb Mc Carry, reiteraron su afán y contribución a que resolvamos entre todos nuestras diferencias. Que cesen las situaciones de violencia y diáspora que angustian a nuestros compatriotas y en especial a aquellas familias cuyos miembros son objeto de persecución y cárcel, sin olvidar la amarga cicuta del ostracismo y la sed de justicia que los venezolanos anhelamos para regresar sin rencores a la vida bucólica. Oigamos a Francisco Lazo Martí, eximio poeta venezolano, «Y bajo el alba cabellera riza transfiguró al mancebo que arrancaron de los brazos de Patria, la mestiza. Frente a frente, un momento se miraron: y despiertos al fin, viejos cariños, con estrecho abrazo se abrazaron los que fueron amigos, cuando niños.»

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