Más de 8.000 niños y adolescentes venezolanos se quedaron sin ir a sus escuelas este miércoles, debido a que funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) les impidió el paso hacia la ciudad de Cúcuta, donde cientos de ciudadanos se movilizan para atender a su trabajo o escuelas
Un grupo de habitantes en Ureña, Táchira, intentaron ingresar a la ciudad de Cúcuta, por segunda vez consecutiva, para llevar a sus hijos a los colegios que se ubican en esa localidad.
Una alcabala de la Guardia Nacional, ubicada en el puente internacional Francisco de Paula Santander, obstaculizó el acceso a la ciudad colombiana, generando diferentes disturbios en contra de los ciudadanos que se encontraban manifestando.
Más tarde, la guardias venezolanos comenzaron a disparar contra las personas ubicadas en el paso hacia el puente internacional, dispersando a los manifestantes.
La trocha Carbonera, ubicada en Ureña y utilizada por cientos de venezolanos para atravesar la frontera entre Colombia y Venezuela, se vio totalmente desolada tras los disparos contra los protestantes.
La situación en la frontera colombo-venezolana se agravó después de los intentos por ingresar la ayuda humanitaria a Venezuela el 23 de febrero, cuando el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó intentó pasar tres cargamentos de insumos hacia el país. Actualmente, la frontera lleva cerrada 12 días.
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Parientes protestaron en el estado Lara para reclamar un régimen de visitas, la designación de abogados privados en vez de defensores públicos y garantías de alimentación de sus parientes detenidos
