Con bendiciones y oraciones recibieron los caraqueños al presidente interino de Venezuela reconocido por 55 países, Juan Guaidó, en una convocatoria en la que recorrió la ciudad capital y donde los presentes exigieron el cese de la usurpación de Nicolás Maduro.
En una camioneta, Guaidó recorrió varios puntos de concentración en Caracas. Pese a la grave crisis eléctrica que desde el pasado jueves 7 de marzo dejó sin luz a toda Venezuela, la gente salió a la calle a apoyarlo y a encomendarlo a Dios.
Una pareja de manifestantes llegó al punto de la avenida Francisco de Miranda, frente a Parque Cristal, desde donde informaron que habían recorrido desde La Tahona (municipio Baruta), donde residen, hasta Altamira para apoyar al presidente interino.
Julieta Bello nunca había visto a Guaidó tan cerquita. Estaba emocionada y aplaudiendo cualquier frase que dijera el líder del Parlamento. Justo cuando el diputado terminó su discurso, Bello reaccionó con un «¡Que Dios lo bendiga!», frase a la que otros manifestantes respondieron con fuerza «Amén».
«Soy una persona mayor. Me parece que Guaidó se expone mucho porque se monta en los carros así. Por lo delgado que es me imagino que no tiene chaleco antibalas pero me da terror con tanto loco que hay por ahí», señaló Bello.
Su esposo, José de Armas, subrayó que la situación en La Tahona es crítica. «Anoche llegó (la luz) a las 3:00am después de 14 horas de estar apagados completamente». En ese sector, como en gran parte del territorio nacional, no cuentan con servicio telefónico ni de internet. También recalcó que de cuatro estaciones de servicio cercanas a su residencia, tres tenían cola y la más corta llegaba al kilómetro de distancia. Pese a todo esto, la pareja aseguró que acompañará a Guaidó en futuras convocatorias.
Un grupo de monjas llegó al lugar para apoyar al presidente interino. Pidieron libertad. Manifestaron estar cansadas, muchas de ellas trabajan en ancianatos y no les llegan insumos. La realidad de muchos adultos mayores internados en este tipo de hogares en el país es que -en su mayoría- los familiares están fuera del territorio y no les mandan dinero con frecuencia para cubrir con todas sus necesidades.
Vecinas de Los Palos Grandes pertenecientes al grupo de voluntarios de Voluntad Popular de Rafael del Rosario del municipio Chacao se acercaron para brindarle el espaldarazo a Guaidó. Con franelas blancas y el tricolor que viste todas las manifestaciones llegaron a las 3:00pm a Parque Cristal con ansias de ver al presidente interino.
A Yaneth Cárdenas le pareció impresionante el apoyo que ha recibido el jefe de la Asamblea Nacional desde el 23 de enero -día en que juró asumir las competencias de el Ejecutivo- y la esperanza de los venezolanos que apuestan por un cambio.
«Hemos logrado en 45 días lo que no habíamos logrado en casi 20 años. Esta gente, estos delincuentes quieren tratar de desanimarnos, de quitarnos las ganas de luchar, pero cada día estamos más fuertes, más firmes. Por lo menos en lo personal, a mí no me van a confundir», dijo.
Cárdenas tiene fe en que el régimen de Maduro se acabará pronto. «Confío en Dios en que esto se acaba pronto. Si Dios quiere y la Virgen».
«Las madres tenemos a nuestros hijos fuera del país desde hace más de dos años. Han separado a las familias. Esto se tiene que acabar. Por eso estoy aquí, luchando cada día, poniendo mi granito de arena. Cada vez que tengo que salir a la calle yo salgo y lo estoy haciendo desde 2014 sin parar», dijo Cárdenas, quien además no se comunica con su hijo desde el domingo en la noche, en medio del apagón más fuerte registrado en la historia venezolana.
Su amiga María Rodríguez recalcó la grave situación que vive el país. Falta de agua, luz, internet, alimentos, medicinas, insumos y pare de contar. «La comida hiper cara. De verdad estamos pasando algo que jamás en la vida nos imaginamos. Pero seguimos en la lucha. Estamos con nuestro presidente interino luchando hasta el final».
La lucha, así como destacó Rodríguez, es gasolina pura para Cárdenas, quien se apoya en la figura de su hijo para finalmente vivir un cambio de mando en la política venezolana.
«Él (mi hijo) está orgulloso y feliz de su mamá porque está luchando. Él quisiera estar aquí porque era uno de los escuderos de la zona muy conocidos y por seguridad se fue del país. Se fue, pero quedé yo luchando porque la libertad está cerca (…) nunca había estado más segura como ahora de que la libertad viene pronto», enfatizó Cárdenas.
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