Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, reconocido como presidente interino por 55 países del mundo, logró ayer una victoria diplomática al alcanzar el apoyo de 18 de 34 naciones en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Los 18 votos que apalancaron la presencia de Tarre en la organización hemisférica provinieron de Argentina; Bahamas; Brasil; Canadá; Chile; Colombia; Costa Rica; Ecuador; Estados Unidos; Guatemala; Haití; Honduras; Jamaica; Panamá; Paraguay; Perú; República Dominicana; y Santa Lucía.
Mientras que 9 países votaron en contra su reconocimiento: Antigua y Barbuda; Bolivia; Dominica; El Salvador; México; San Vicente y las Granadinas; Suriname; Uruguay; y el Ejecutivo de la Venezuela de Maduro.
Hubo 6 abstenciones Barbados, Granada, Guyana, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves y Trinidad y Tobago. Belice no estuvo presente en la sesión.
Tarre el representante de Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y reconocido presidente interino por 55 países del mundo, llegó con controversia y la negativa del Ejecutivo chavista de Venezuela y sus aliados por su inclusión en ese organismo.
Sesión extraordinaria
La sesión del Consejo Permanente, de carácter extraordinario, comenzó con más de una hora de retraso debido a que había un problema con los votos.
Durante esa hora de retraso, se pudo ver al embajador de Estados Unidos ante la OEA, Carlos Trujillo, negociando en los pasillos con Deon L. Williams, el representante alterno ante el organismo de Jamaica, así como muchos otros embajadores tenían conversaciones privadas sobre el asunto.
Jamaica es uno de los cinco países caribeños a lo que Trump prometió ayuda financiera el mes pasado (Bahamas, Jamaica, Santa Lucía, Haití y República Dominicana).
La resolución, presentada por Colombia con el respaldo de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Paraguay y Perú, era para aceptar el nombramiento de Tarre, como Representante Permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante el Consejo Permanente de la OEA.
La representante de Maduro ante el organismo, Asbina Ixchel Marin Sevilla, se opuso a la convocatoria de la sesión al considerar que infringe las normativas internas de la OEA.
«Si se permite esta manipulación, se elimina la soberanía nacional, la soberanía popular y viviremos en el mundo ya no del derecho internacional sino de la ley del más fuerte o de los más numerosos», afirmó Marin Sevilla, quien se encuentra sentada en el escaño destinado a Venezuela.
La representante chavista y sus aliados hicieron innumerables comentarios sobre la supuesta ilegalidad de la sesión por no estar sustentada en la carta constitutiva de la organización, o por ser ellos funcionarios de mando medio y no los máximos representantes de la diplomacia de sus países.
Triunfo simbólico, ¿Derrota práctica?
Marin Sevilla y el resto de diplomáticos venezolanos fieles a Maduro pretendían abandonar la organización el 27 de abril, cuando se cumpliría la solicitud de salida. Sin embargo, el 22 de enero la Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por la oposición, adoptó la decisión de garantizar la permanencia del país en la Organización de Estados Americanos.
El acceso a la silla de Venezuela por parte de Tarre tiene un gran valor simbólico a nivel regional, pero también consecuencias prácticas puesto que permitiría a Guaidó participar activamente en el organismo panamericano a través del voto.
Los representantes de naciones como México, Uruguay, Nicaragua y Bolivia expresaron que se había vulnerado el derecho, en parte amparado por la posición de la Secretaría de Asuntos Jurídicos de la OEA que dirige Jean Michel Arrighi y la presidencia del Consejo Permanente que ocupa Carlos Trujillo, embajador de Estados Unidos que asumió el liderazgo el 1 de abril.
Estas naciones adujeron la imposición de una posición política por encima de una posición diplomática que ayudara a una solución en un entorno polarizado. Incluso fue llamada «victoria pírrica» y sin efectos reales por el representante de México, quien además destacó que era una afrenta al multilateralismo. A esta posición se unieron Uruguay, Nicaragua, Antigua y Barbuda, entre otros.
Maduro no tiene legitimidad
Sin embargo el consejo aceptó el nombramiento hasta la celebración de nuevas elecciones y el nombramiento de un gobierno que sea producto de un proceso libre y democráticamente electo.
La resolución, que aceptó las enmiendas hechas por la delegación de Jamaica, sería trasmitida al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.
La resolución adoptada reconoce: «La autoridad presidencial de Nicolás Maduro carece de legitimidad y que sus nombramientos para cargos públicos, por lo tanto, carecen de la legitimidad necesaria».
En la misma comunicación se establece que la Asamblea General de la OEA declaró la ilegitimidad de los comicios en la reelección fraudulenta de Nicolás Maduro en mayo de 2018. Es esta misma situación la que produce el desconocimiento de su juramentación el pasado 1o de enero.