Venezuela

Familiares de joven que zarpó a Trinidad presumen secuestro de la embarcación

Han pasado cinco días desde la última vez que los familiares de Kelly Zambrano, la tachirense que zarpó en la embarcación que desde Güiria (estado Sucre) hasta a Trinidad y Tobago el pasado jueves 16 de mayo, perdieron contacto con la joven. Desde la tristeza y la desesperación, señalan que el caso no se trata de un simple naufragio y que negocios ilícitos podrían estar rodeando la desaparición de una segunda embarcación en menos de un mes.

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Fotografía: Imagen referencial

La incertidumbre, desesperación y cuestionamientos se han hecho parte del ambiente que envuelve la desaparición, no solo de la estudiante de psicología de 19 años, sino de al menos 22 personas que ocupaban el peñero.

Kelly es nativa de la población fronteriza de Rubio, lugar desde donde salió el pasado domingo 12 de mayo en compañía de su madre, otros parientes y amigos que la despedirían en el terminal terrestre de San Cristóbal.

“Una muchacha que conoció en la universidad y con quien compartió residencia la animó a irse a trabajar afuera. Le pintó un mundo de colores, la endulzó. Le dijo que trabajaría en un resort, que podía tomar hasta tres jornadas laborales en un día y ganar unos 1.000 dólares a la semana. Kelly acepto”, relató uno de los allegados a la familia Zambrano.

Quienes mantuvieron el contacto con la joven desaparecida relataron a El Estímulo que siempre se comunicó a lo largo del trayecto que la condujo desde San Cristóbal a Puerto La Cruz, luego a Cumaná y finalmente a Güiria.

“Nos avisó al llegar a Valencia, a Puerto La Cruz. Luego cuando llegó a Cumaná (y) dijo que no viajaría a Güiria porque ya era de noche, se quedó en un hotel. El martes, cuando iba a Güiria, hablamos. Ese día no pudieron salir, el miércoles tampoco se hizo el viaje. El jueves 16 dijo que se sentía mal y que si no salían se regresaba al Táchira. Finalmente embarcaron”, detalló la fuente que pidió reserva de su nombre.

El caso del segundo naufragio con venezolanos que viajaban hacia Trinidad y Tobago está envuelto en una serie de dudas y confusiones que hacen pensar que no se trata de un simple accidente, aseguran allegados a la joven desaparecida.

“La embarcación fue alquilada por un grupo de hombres al verdadero propietario, ello se encargaron de llevar a los pasajeros. Lo que creemos es que fue secuestrada la embarcación. La manera de operar es la misma de siempre: desaparecen todos, luego aparece el capitán, a los días otros más de la tripulación. Quienes aparecen son puros hombres, las mujeres nunca. Por eso presumimos que allí se maneja algo ilegal, trata de blancas o algo más”.

Movida por la crisis

La estudiante de psicología dejó recientemente sus estudios por no poder costearlos, aseguró el vocero cercano a su familia.

La propuesta de trabajar afuera y poder ganar dólares para su sustento le sonó tentadora, a pesar que sus más cercanos no querían que zarpara.

“Desde lo más profundo de mi alma no quería que se embarcara”, dijo con voz quebrada.

El viaje que llevaría a Kelly a la isla de Trinidad y Tobago fue aplazado en no menos de tres ocasiones. Los contratiempos y la distancia entre el Táchira y el lugar de salida marcaban el retraso.

“Hace unas cinco o seis semanas atrás fue la primera fecha, coincidió con el primer naufragio. Estaba muy encima y no pudo salir de San Cristóbal para Puerto La Cruz. Para finales de abril le propusieron de nuevo el viaje y tampoco se pudo ir, finalmente salió el día de las madres”.

La desconfianza hacia la persona que esperaba a Kelly Zambrano en Trinidad y Tobago se apoderó del núcleo familiar; sin embargo, el viaje que realizó la tachirense fue costeado por quien que la esperaba en la isla.

“Al llegar al terminal de San Cristóbal la esperó la hermana de esa muchacha, pagó los 40.000 pesos (80.000 bolívares) que cobró el carro que nos trajo de Rubio. Le pagó el pasaje, le dio 100.000 bolívares en billetes y unos dólares, no precisé cuantos. Los dólares eran para la embarcación”.

Hasta las 4:30 de la tarde del jueves 16 de mayo los familiares de la joven tachirense, mantuvieron contacto telefónico con ella.

“Ya estoy en la lancha. Comuníquese con mi amiga y dígale que estamos saliendo y que llegamos a la hora (8 de la noche) que ella estimó”.

En adelante han sido infructuosos los intentos por saber de ella.

“A las 11:30 de la noche del jueves 16 de mayo, traté de tener contacto con la persona que la esperaba en Trinidad y Tobago, pero no respondió. Al día siguiente respondió: ‘estoy en el muelle esperando y no han llegado. El señor del barco y me dijo que se devolvieron porque hubo un problema’”, reveló la fuente.

“La manera tan natural que ha asumido la tragedia la chica que le buscó el trabajo a Kelly deja mucho que pensar. No es que queremos que se corte las venas, pero al menos que se tome la molestia de preocuparse por lo sucedido…solo dice que ella (Kelly) está bien”, añadieron los cercanos a la desaparecida.

Lo que han llamado un “supuesto naufragio”, no termina de convencer a la familia Zambrano, y los operativos desplegados por autoridades de Protección Civil no les parecen suficientes para dar con el rescate.

“Lo último que nos han dicho es que necesitaban apoyo aéreo. Ellos no pueden conseguir nada porque la embarcación está secuestrada. Están manejando la situación como si se tratará de un naufragio y no lo es”, denunció un allegado a la familia de Kelly Zambrano.

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