«Este nuevo asesinato es la demostración más fehaciente de que en Venezuela se aplican torturas de manera sistemática a los disidentes políticos transgrediendo así los acuerdos internacionales contra la tortura suscritos por Venezuela», expresa el Grupo Ávila en el mencionado documento, al tiempo que exige una investigación «trasparente e imparcial» del hecho, con la participación de expertos internacionales.
A continuación, el comunicado completo:
A pocos días de terminar la visita de la Alta Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, un nuevo homicidio político sacude a la sociedad venezolana.
Los relatos de sus familiares dan cuenta del estado calamitoso en que el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, fue llevado a los tribunales militares luego de ser sometido salvajemente a torturas por sus custodios en la sede la Dirección General de Contrainteligencia Militar, en un intento por obligarle a forjar un testimonio.
Este nuevo asesinato es la demostración más fehaciente de que en Venezuela se aplican torturas de manera sistemática a los disidentes políticos transgrediendo así los acuerdos internacionales contra la tortura suscritos por Venezuela. Ya el año pasado otro dirigente político opositor, Fernando Albán, fue asesinado por los torturadores de la policía política del régimen, el SEBIN, otro de los centros denunciados por practicar torturas a los presos políticos.
Tal como ha sido planteado también por número importante de gobiernos extranjeros, exigimos una investigación transparente e imparcial con expertos internacionales que aclare este abominable ajusticiamiento; que se practique un examen forense independiente al cuerpo de la víctima y que se identifiquen y juzguen a los autores de este crimen.
Consideramos también que este hecho debe formar parte del informe que habrá de presentar la señora Michelle Bachelet ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en los próximos días.
Aunado a lo delicado del caso, las respuestas de los órganos de información oficiales no sólo han sido escasas, sino contradictorias además de que vulneran la dignidad del capitán de corbeta, a quien condenan sin que existan más que especulaciones.
Toda esta situación evidencia la sistemática violación de los derechos humanos, el menosprecio de la normativa y las instituciones internacionales y la burla a los esfuerzo que realiza la comunidad internacional para lograr una salida pacífica y democrática de la grave crisis que enfrenta nuestro país. No habrá conversación posible que abone una salida a la crisis mientras el régimen continúe con estas vergonzosas prácticas.
Caracas, 2 de julio de 2019