FOTOS | Los peruanos en Venezuela se rinden ante el Señor de los Milagros

La admiración por el Señor de Los Milagros nació en 1655, y fijó a octubre como su mes. En su país de origen el culto se encuentra en la ciudad de Lima, Perú, específicamente en el Santuario de Las Nazarenas.

La distancia no ha sido impedimento para que los peruanos en el extranjero mantengan sus tradiciones religiosas, y ese ha sido el caso de Venezuela, nación que le abrió los brazos y aceptó a ciudadanos provenientes de otros países como los suyos propios.

Así lo hizo saber el presidente de la Hermandad del Señor de los Milagros, Pedro Ramos, quien indicó que sin limitación ni discriminación, festejan esta costumbre religiosa, hasta el punto que han compartido sus costumbres con los venezolanos.

“Llevamos 30 años con esta tradición, es igual que aquí con el Nazareno, en Semana Santa, ellos nos invitan, nosotros los invitamos, es una conexión”, explicó Ramos, que lleva 40 años en el país.

Manifestó su agradecimiento con Venezuela porque desde que llegó encontró un buen trato y tuvo la oportunidad de ejercer su carrera como diseñador industrial, a la vez que se estableció junto a su familia.

“No he recibido ningún tipo de maltrato. Claro, al principio por la incomodidad de la documentación que es algo normal en cada país, pero después me he radicado, tengo mi familia y las costumbres de aquí. En este país he hecho más de lo que pude haber hecho en Perú”, enfatizó.

Destacó que a pesar de la crisis económica, social y política por la que atraviesa Venezuela, no piensa irse a otra nación o devolverse a su tierra.

“Creo en Venezuela porque tienen sus potencialidades, siempre he considerado a Venezuela como aquella a donde vienen otros a quitarles sus riquezas, pues esta es una tierra bendita. Tengo esperanza de que esto mejore, sabemos todas las consecuencias que están pasando, esto va a mejorar”, agregó Ramos.

A la actividad asistieron los feligreses quienes con sus hábitos morados, escapularios y detentes piden por sus milagros, entre ellos se encontraba Christina Claro, quien reside en el país desde hace 37 años.

Resaltó que, más allá de cumplir con una tradición, lo hace por fe: “Rezo por mi familia, por mi esposo fallecido y por mis países, porque Venezuela es mi país”.

“Yo no puedo irme de Venezuela, aquí me han recibido bien desde un principio. Cuando voy a Perú a los 15 días me quiero regresar, pero es porque ya estoy acostumbrada a esta tierra”, señaló Claro, que comentó entre risas que su comida favorita venezolana es la arepa de Reina Pepiada, rellena con pollo, aguacate y mayonesa.

Por ello, aprovechó el momento para hacerle un llamado a sus connacionales a dejar a un lado las incomodidades con los venezolanos que se encuentran allá y a irse por la vía de la reconciliación. «Todos somos hermanos».

A estas expresiones de cariño por el país, se sumaron las de Víctor Vegas, que señaló que lleva 18 años en el país y desde hace tres años asiste a esta hermandad y costumbre religiosa de Perú.

“Me llaman la atención la historia de esta Santo, la devoción que le tienen en mi país y es una manera de tener una costumbre de allá”, indicó el joven de 21 años de edad, estudiante de Bioanálisis, en la Universidad Central de Venezuela.

Añadió que también asiste a costumbres religiosas y come platos tradicionales venezolanos, al tiempo que resaltó, que de mejorar la crisis en el país se quedaría.

“Los venezolanos me han tratado bien, me faltan tres años para graduarme. Tenemos la vida hecha aquí junto con mi familia. Pero por mi parte, tengo meta en un futuro irme, pero si la situación mejora, me quedo en Venezuela”, dijo Vega.

Historia del Señor de los Milagros

Esta imagen de Jesús Crucificado, cuenta con muchos nombres, entre ellos Cristo de Pachacamilla, Cristo Morado, Cristo de las Maravillas, Cristo Moreno o Señor de los Temblores.

Cuenta la historia, que esta imagen fue pintada con gran fe en una pared de adobe, en 1651, por un esclavo angoleño, Pedro Dalcón. Cualquiera que la veía quedaba fascinado por la imagen.

Luego de ello, resistió dos terremotos, en 1655 y 1687. Es en este último año en que la tradición comenzó de salir en en procesión los primeros sábados de octubre desde el Monasterio de las Nazarenas hacia la Catedral de Lima.

En el caso de Venezuela, la comunidad peruana empieza la festividad desde el primer domingo de octubre, específicamente el 6, con una misa y la inauguración del mes morado. Para continuar el 13, con una procesión de los niños y el 20, una misa.

Hasta que finalizan sábado 26, con un recorrido procesional y una misa, y el domingo 27, con la entrega de las flores bendecidas.