Venezuela

Aldeas Infantiles SOS le mete el hombro a Petare

La ONG venezolana mantiene sus programas de atención a la infancia en situación de riesgo. Su acción se ha extendido a varias comunidades del municipio mirandino de Sucre, en donde brinda auxilio especial a grupos familiares y personas de avanzada edad, mediante el suministro de bolsas de alimentos y almuerzos gratuitos en el actual contexto de la pandemia

Daniel Hernández |El Estímulo
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Arriba, en lo más alto del barrio Maca, hay mucha gente necesitada. Pero también hay siempre personas y organizaciones que ayudan. El equipo de Aldeas Infantiles SOS Venezuela trabaja en ese lugar y en otros puntos estratégicos de Petare (la barriada más grande y poblada de Caracas), como 12 de octubre, 5 de julio, La Amapola y José Félix Ribas, para tenderles una mano solidaria a quienes la requieren.

La cosa, en serio, es bien arriba. La moto sufre en la empinada cuesta. Al llegar a la cúspide, observamos que la zona es muy humilde, como todo barrio olvidado por gobiernos de turno y por los populistas, que solo se animan a subir cuando necesitan votos. En Maca funciona un núcleo de Aldeas Infantiles SOS Venezuela, trabajando con lo que pueden.

La idea es ayudar. Se trata de una ONG establecida desde hace años con la finalidad de ayudar a familias en situación de violencia doméstica, desnutrición, deserción escolar y otros problemas sociales. El objetivo es suministrar orientación y ayuda  dondequiera que haya niños.

Pero la actual situación socioeconómica y de salud pública le ha hecho modificar sus objetivos. La covid-19 ha agudizado el caos en los hogares más pobres, lo que despierta alertas en las comunidades. Aldeas Infantiles ha expandido sus programas para ocuparse también una población frágil, como son los ancianos que se encuentran totalmente desprotegidos. Muchos viven solos, otros sobreviven en pareja y muchos se han quedado con los nietos como consecuencia de la diáspora que antecedió a la actual crisis.

Un grito de auxilio colectivo

Los líderes de la comunidad de Maca han solicitado la ayuda y la ONG, de inmediato, atendió el llamado de estos ancianos. Aldeas Infantiles trabaja de la mano con otras organizaciones, que suministran lo necesario para la atención familiar. Comercios que dan sus aportes para completar las bolsas de comida, o suministran directamente la alimentación. Son muchos los que en Maca se han compenetrado con esta ONG y protegido las instalaciones del núcleo contra acciones vandálicas.

Lisset Madera coordina el programa denominado Fortalecimiento Familiar de Petare. Cuenta que, actualmente, llevan a cabo la segunda experiencia con la ONG en un año, y que ello ha significado un crecimiento constante en tiempos muy duros. La difícil situación los ha puesto ante el reto de reinventarse en las condiciones actuales. Siempre trabajado para que las familias reciban los beneficios. Y ahora más, cuando están apoyando con almuerzos a las personas más necesitadas de la barriada. «Ayudamos con lo que podemos, maximizando los recursos que podemos manejar».

Apoyo invaluable

Liliana Chacón es una joven madre de 5 niños. Declara que le cuesta mucho darles proteína a sus hijos en las comidas. La suya es una de las familias beneficiadas del nuevo programa de alimentación. «Me alegra mucho que me hayan tomado en cuenta. A mí y a mis hijos, porque en la casa solo puedo darles arepa con mantequilla, o una porción muy escasa de queso rallado. Estoy muy agradecida”.

Yadira Orihuela es otra madre de 7 hijos, de los cuales el programa ayuda a dos, por su edad. Para Yadira “esa ayuda, para nosotros, significa mucho”.

Teresa Zambrano tiene 65 años de edad y llegó de Barquisimeto a casa de un familiar en Maca. Ha permanecido allí desde que se decretó la pandemia. Relata que en la capital larense la comida es muy cara y le costaba mucho alimentarse. Estando en Petare su situación ha cambiado, en buena medida por la ayuda que recibe del programa. «Principalmente en estos momentos, cuando el que no consigue dólares para hacer mercado pasa hambre».

Almorzar esperanza

Además de trabajar con las familias incorporadas a sus programas. Aldeas Infantiles SOS Venezuela dedica tiempo a ayudar directamente a personas desprotegidas, suministrándoles el almuerzo diario. La iniciativa, que arrancó esta semana, representa un riguroso trabajo social, que comienza por verificar la situación de cada persona que requiere este auxilio. Los almuerzos son una comida completa, con un balance apropiado entre proteínas y carbohidratos, acompañados de hortalizas, legumbres y frutas.

También se hace entrega de provisiones de artículos de la cesta básica, como pasta, avena, leche, granos, harina, atún enlatado y pollo. Además, se le asigna a cada familia una bolsa con artículos de aseo personal.

Estas comunidades del municipio Sucre de Caracas continúan afectadas por la mala calidad de los servicios, como la carencia de agua, la escasez de gas doméstico y la ausencia de medios de transporte. Pero la mano que les tiende esta organización representa, sin duda alguna, un alivio para muchos.

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