Los animalitos: el rebusque tiene cola, rebuzna y cacarea

Faltan 10 minutos para que cierre el sorteo del mediodía pero la cola está larga y los que van llegando se impacientan. La mayoría lleva anotado en un papelito la lista que combina anfibios, mamíferos, peces, junto a especies exóticas y tropicales. “El perico ha salido mucho esta semana, ese repite hoy”, dice una señora de unos 50 años. Aún lleva colgado un trapito en el hombro de sus labores como personal de limpieza en el banco que queda frente a la agencia de loterías. Dice que se “escapó un momentico” para jugar sus animalitos de la suerte, como lo hace todos los mediodías desde hace tres meses. Antes de terminar su jornada de trabajo juega dos veces más: a las 4:00 pm y a las 5:00 pm.

“Dame gallo, burro y perico”. Le apuesta 500 bolívares a cada uno. Es una de las pocas cosas que aún puede pagar con billetes de 100. Entrega el dinero en la rejilla de la agencia y con el ticket blanco en la mano se persigna: “vamos periquito, vamos”. Ayer ganó con la cebra pero tres semanas atrás ganó dos de las tres apuestas que hizo en un mismo día. “Ese día me gané 30.000 (bolívares). Con eso resolví la cena de la casa”.

Aunque cada animal tiene un número que lo representa, casi ningún jugador se fija en eso. La suerte luce más cercana en los rostros sonrientes de aves y cuadrúpedos. “Hoy gano con la serpiente, ayer la pelé pero hoy me llevo alguito”, dice Marco Mijares, vigilante de 23 años que trabaja en un edificio en el centro de la ciudad. Saca del bolsillo tres billetes de mil y los convierte en un triple de anfibios -serpiente, caimán y rana-. Mijares no ha ganado desde hace una semana pero está seguro que hoy corta la racha, por eso aumentó la inversión. Por cada 100 bolívares apostados se ganan 3.000 bolívares, así que esta vez el joven sube la apuesta de a mil para ver si cobra y resuelve parte de la semana. “Es un rebusque, una platica que te llega y aunque no te va a hacer millonario es mejor cobrar todos los días que esperar un kino que depende de miles y millones de posibilidades que nunca vas a ver”, dice Mijares.

Desde la caja, el joven que despacha la selva del azar anuncia que ya casi cierra el sorteo de mediodía, uno de los ocho o diez sorteos diarios que ofrecen por lo menos cinco operadoras de lotería dedicadas exclusivamente a vender algo de suerte con los populares “animalitos”, un juego de azar al que los caraqueños llegaron con por lo menos 40 años de retraso.

En el oriente del país, los animalitos son parte de la tradición de las loterías. Los 38 animales que conforman la oferta comenzaron a popularizarse en la capital hace menos de un año. “La fiebre más fuerte empezó como de marzo para acá”, cuenta Yeleidi Moros, vendedora de una agencia de lotería en el centro de la capital. La explicación es sencilla: más chance de ganar. “La venta de lotería de animalitos día a día se incrementa porque los jugadores tienen muchísimas posibilidades de ganar, solo son 38 posibilidades, a diferencia de las (loterías) normales que son 100 terminales y 1000 triples”, explica un representante de la empresa Loto Selva, que prefirió mantener su nombre en resguardo.

Loto Selva, Lotto Activo, Fauna Activa y La Granjita solo se dedican al sorteo de animales. Atrás quedaron las complicadas permutas numéricas de las loterías tradicionales. Incluso la Lotería de Oriente, pionera y una de las más grandes operadoras de envite y azar abrió su rama específica dedicada al mundo animal. En junio de este año, su presidente José Miguel Lacourt, anunció que para evitar la proliferación de juegos de envite y azar ilegales, la Junta de Beneficencia Pública y Social del estado Monagas Lotería de Oriente le había otorgado la licencia al juego denominado Ruleta Activa, que no es otro que los populares animalitos y aclaró que esa operadora era el único juego autorizado para realizar sorteos en el estado.

La legalidad del juego no es un tema que le preocupe a los que llegan cada hora desde las 10:00 am a invertir sus billetes en cualquier especie animal que les engorde el bolsillo. Los representantes de Loto Selva explican que los premios diarios son cubiertos por las agencias y que cada día se reparte casi la totalidad de la venta.

Katy –evita dar su apellido- trabaja en una agencia de loterías en Los Ruices. Es una taquilla más pequeña que un kiosco pero asegura que solo con los animalitos vende entre 600 y 700 mil bolívares, y paga más de la mitad a los jugadores del día. El resto es ganancia. “Hoy cobro”, dice Wilmer Velásquez que está en la cola para el sorteo de las 4:00 pm. No quiere decir cuánto ganó pero sin mucha reserva enumera la nueva lista de seis animales a los que apostó 1.000 bolívares por cada uno.

La empresa Loto Selva explica que tienen poco tiempo en funcionamiento y a medida que crece la inversión van definiendo mejor sus políticas para evitar la comercialización ilegal. “Inicialmente no manejábamos limitantes pero ahora solo trabajamos con comercializadoras u operadoras, para así tener mejores controles y llegar a todo el país”. Parte de los requisitos que piden a los solicitantes de venta son tener un registro de comercio, Rif, cédula, y un número mínimo de 10 centros de apuestas legalmente registrados. “Constantemente nos llegan solicitudes para la venta. Esperamos pronto tener más opciones para los que quieren iniciar en el mundo, sin tener mayor inversión”.

El presidente de la Lotería de Oriente afirmó que según datos registrados a través del portal web del Centro Integrado de Recaudación, que se define como la primera empresa de recaudación de juegos de envite y azar del estado Monagas, estaban funcionando más de 2.414 centros de apuestas, pero solo 1.330 tenían licencia, por lo que hizo un llamado a los dueños de agencias de lotería y los llamados “banqueros” para que se ajustaran a la norma y solicitaran el programa y sistema para la venta de Ruleta Activa, la extensión creada por la Lotería de Oriente dedicada solo a la venta de animalitos. En julio, en esa entidad se cerraron 12 establecimientos «ilegales» en sectores como Las Palmeras, La Manga, Las avenidas y Las Cocuizas.

Pero seis de diez vendedores consultados en agencias de loterías sobre la legalidad y normativa de la venta aseguran que el juego es totalmente legal aunque no saben quién los regula. Los otro cuatro son “banqueros” que pagan y se dan el vuelto con las ventas del día. “Ya nos hubiesen clausurado porque nada es clandestino más bien cada vez es más popular”, asegura Katy que trabaja en una agencia y muestra en la pantalla del computador que sí cuenta con el sistema “así que debe ser legal”, acota.

Los resultados de los sorteos se difunden a través de redes sociales. En la ventana de las taquillas se observan papeles escritos a mano en los que se actualiza cada hora el resultado del sorteo sin el sello o identificación de cuál lotería o bajo qué sistema lo realizó. Con el auge de los animalitos, algunos medios de comunicación impresos han comenzado a incluirlo como publicidad en los tradicionales espacios reservados para los triples y terminales, a pesar de que la Ley Nacional de Loterías, artículo 26, señala que está prohibida “la publicidad, promoción y difusión de los resultados de sorteos de juegos de loterías no autorizada por las Instituciones Oficiales de Beneficencia Pública y Asistencia Social, a través de los medios de comunicación social de cualquier índole”.

La cuenta de Twitter @LaRuletaActiva publica resultados de cada sorteo y pronósticos según el métoodo de «La pirámide». Acumula más de 77 mil seguidores. En Facebook hay varios grupos creados con el mismo propósito. Algunos tienen más de 10 mil miembros, otros superan los 55 mil. Son espacios donde personas “datean” a otros, supuestamente siguiendo métodos matemáticos, mediante mensaje privado o por teléfono. Hay quienes los hacen público en el propio sitio, hasta con acertijos.

En Youtube hay videos con tutoriales de cómo predecir resultados ganadores. También, cuentas que publican datos a diario. Son audiovisuales con entre 10 mil y 500 mil reproducciones. El usuario «El Rey Ruletero» tiene más de 33 mil suscriptores, por ejemplo.

Además, en las últimas semanas se han hecho alertas incluso por la participación de niños en las apuestas. Con 100 bolívares no compran una chuchería, pero se pueden jugar un animalito. Agunos vendedores no lo objetan, son tan clientes como cualquiera, a pesar de que el artículo 229 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopnna) dicta: “Queda prohibida la entrada de niños, niñas y adolescentes a locales o establecimientos donde se realicen juegos de envite o azar. Su incumplimiento o quien lo favorezca o lo permita acarreará la suspensión inmediata de tal actividad, y será sancionado o sancionada con multa de treinta unidades tributarias a noventa unidades tributarias”.

La transparencia del sorteo es lo que menos le preocupa a Luis Albano, empleado en una tienda donde sacan fotocopias. “Lo que hay que tener es suerte”. No pone en tela de juicio si el sorteo y los resultados son confiables, solo observa una especie de ruleta de probabilidades que le ofrece un cartel de Lotto Activo en la agencia donde suele jugar. “Casi todo el que conozco ha ganado aunque sea una vez así que no creo que haya trampa”, dice Albano. Ese es su argumento y sentencia. Así que semana tras semana, por lo menos dos veces al día pone su confianza en una gallina, un burro o una paloma, y juega, apuesta y gana. “Con esto resuelvo bastante. Hay días que estoy corto hasta para el pasaje de la semana, me juego un animalito y pum, la pego. Me embolsillo hasta 50.000 bolívares que no me los gano trabajando”, remata.

De tanto preguntar y escuchar el pronóstico de zoológico, la joven que atiende la taquilla interpela:

-¿Vas a jugar?

-¿Cuánto es el mínimo y cuánto es el máximo?

-El mínimo es 100 y el máximo es el que tú quieras.

-Tres mil bolívares al pavo, perico y gallo para las 4:00 pm

10 minutos más tarde, el zamuro se impuso. Jamás la suerte tuvo un representante tan contradictorio.

“El zamuro está saliendo mucho. Espera dos días y lo juegas otra vez, con ese he ganado buena plata”, alienta Luis, convertido en datero -otros incluso cobran por su experticia-, y con su lista en mano arma la fauna con la que piensa llevarse mañana un dinerito para alegrarse la semana.

La relación entre las dificultades económicas y las seducciones del azar no es nueva. Los periodos de crisis son de «alto riesgo» para la aparición y desarrollo de las adicciones a los juegos de apuestas, bien para solucionar problemas de pagos o para evadirse de la realidad, según afirma la Asociación «Vida Libre», entidad española que ayuda a ludópatas a abandonar su adicción, que tuvo mucha actividad cuando la recesión golpeó España en 2009.

En Venezuela, el juego de envite y azar forma parte de la herencia cultural que llegó con la colonización. Latinoamérica comparte el gusto por la apuesta porque está relacionado con la idea de que no hay nada mejor que ganar jugando en contraposición a ganar dinero trabajando, explica Leoncio Barrios, psicólogo social. Precisa que la lotería de animalitos y su auge revela el incremento del pensamiento mágico, ese que atribuye que las cosas se van a resolver por el azar o una fuerza mayor.

«Esto tiene que ver con la desesperanza aprendida, la gente entiende que por más esfuerzos que haga o por más que trabaje siempre será insuficiente y allí aparece el azar como un rebusque, como una forma de resolver problemas rápidamente», dice el especialista. Para ejemplificar la motivación que hace tan popular a esta modalidad de lotería, Barrios cuenta una anécdota cercana: un joven que fumigó su casa hace unos días estaba distraído con el teléfono mientras aplicaba el químico, por lo que le preguntó que si estaba enganchando en los mensajes con la novia y el joven le respondió «no, estoy con los animalitos, es que tengo buenos datos». Antes de irse, en la hora que transcurrió mientras trabajaba, le comentó: «fíjese, me gané 600 mil», un monto que quintuplicaba el pago recibido por la misma hora de trabajo.

El enganche que logra la lotería de animalitos en personas que usualmente no jugaban lotería o apostaban al azar responde a la lógica de que con ese dinero que gastan en la apuesta del día, de igual manera no les alcanza para cubrir otras necesidades. «La gente asume que no importa si invierte 6.000 bolívares en los animalitos, lo que vale un pan canilla. Pero el pan solo lo gastan, en cambio con la lotería puede ganar mucho más y luego comprar no sólo el pan sino otras cosas», y explica que esa es la diferencia fundamental de este juego con la lotería tradicional y su popularidad en otros países «no es el sueño de convertirse en millonario, aquí eso se diluyó. Esto es la posibilidad de tener un ingreso extra y resolver rápido».