Economía

Steve Hanke: Venezuela debe reestructurar deuda antes de dolarizar su economía

El economista norteamericano Steve Hanke propone que Venezuela sea el cuarto país de América Latina en dolarizar su economía. Mientras, el profesor de la UCAB, Ronald Balza, señala que este proceso no es garantía para acabar con la hiperinflación.

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Foto: Ahiana Figueroa

Dolarizar la economía venezolana es un tema que sigue siendo polémico. Para algunos analistas es un proceso que contribuirá a estabilizar la economía del país, pero para otros podría ser fuente de más problemas que resultados positivos.

El profesor de la Universidad Johns Hopkins y economista norteamericano Steve Hanke, es fiel creyente de que la dolarización resolverá los desequilibrios macroeconómicos de Venezuela, tal como ocurrió con Zimbabue, Panamá y Ecuador. Estos países tomaron la decisión de abandonar sus monedas locales tras sufrir altos índices inflacionarios.

Sostiene Hanke que en el caso de Venezuela es prioritario llevar a cabo una reestructuración de su deuda externa, si en algún momento decide iniciar un proceso de dolarización de la economía.

«La deuda de Venezuela se tendría que reestructurar debido a los altos pagos de intereses y vencimientos que debe ejecutar en los próximos 10 años. El país está en quiebra y mientras más rápido lo hagan, mejor«, afirmó durante su participación vía skype desde Estados Unidos en el foro Perspectivas 2018: ¿Hay fondo?, organizado por la Universidad Católica Andrés Bello.

A su juicio, si el país se dolariza acabará con el «desastre de la inflación venezolana, la más alta del mundo» y se generará «un shock increíblemente positivo en la economía, los problemas macroeconómicos se resolverían inmediatamente».

Hanke quien fue asesor del presidente venezolano Rafael Caldera durante su segunda gestión, destaca que Venezuela se encuentra «prácticamente dolarizada», ya que el valor del bolívar, su moneda de curso legal, es casi nulo.

«El valor en Venezuela es el dólar no oficial. Ya la economía se dolarizó espontáneamente. Cualquier intento por regularizar el país, pasa por dolarizar la economía. Hay muchas cosas que arreglar en Venezuela y la clave con la dolarización es que es un paso que se debe dar para lograr estabilidad», dijo.

El estudioso de las economías hiperinflacionarias mencionó los ejemplos de Zimbabue y Ecuador, países que adoptaron el dólar como su moneda luego de años de procesos hiperinflacionarios. «En el mundo hay 33 países que están dolarizados. En América Latina hay tres naciones que son Ecuador, Panamá y El Salvador, propongo que el cuarto país sea Venezuela«.

Indicó Hanke que la economía venezolana entró en hiperinflación desde hace ya un año. De acuerdo a sus cálculos, registra una tasa de 4.100%, muy por encima de la proyección del Fondo Monetario Internacional (FMI) para finales de 2017 de 1.100%.

«Venezuela produce un sólo producto que es el petróleo y se cotiza en dólares, por lo que se debe eliminar la capacidad al Banco Central de Venezuela de imprimir bolívares, billetes sin respaldo, que es lo que genera inflación», acotó.

– ¿Por qué no conviene dolarizar? – 

El decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCABRonald Balza, es de los que considera que dolarizar la economía venezolana no es un proceso fácil ni es garantía de éxito. A su juicio, Venezuela no está dolarizada y el tipo de cambio paralelo no es la única causa de la alta tasa de inflación.

«El mercado negro de divisas no es un mercado libre. En Venezuela los oferentes y los demandantes no interactúan a través de la banca y las casas de cambio. No hay forma de conocer cuánto es el monto de la oferta y la demanda real de dólares. Es decir, el paralelo es un marcador, no resulta de la oferta y la demanda«, acotó durante su participación en el foro.

Recalcó Balza que en consecuencia, el dólar paralelo no es una medida confiable para medir la inflación, el cual es el método que utiliza Steve Hanke. Explica que no todos los bienes son importados y que todos los precios no varían en la misma proporción.

Sostiene que Venezuela entra formalmente en hiperinflación si en el mes de noviembre se alcanza un alza en los precios de 50%. Recordó que de acuerdo a cálculos de la Asamblea Nacional la inflación cerró octubre en 45,5%.

«No es necesario dolarizar para frenar la inflación y es inconveniente hacerlo. Se tiene inflación debido al uso del paralelo como marcador de los precios y a la falta de oferta de bienes ante una alta demanda. La mayoría de las economías no dolarizadas del mundo, muestran una inflación sustancialmente inferior a la de Venezuela», dijo.

Destaca igualmente Balza que tener una economía dolarizada no genera disciplina fiscal, no suprime el riesgo cambiario con respecto a otras monedas, no elimina los incentivos a la corrupción; mientras que sustituir monedas y billete (efectivo) puede generar dificultades al sistema financiero.

«Es necesario combinar adecuadamente las políticas fiscal, monetaria y cambiaria. Dolarizar para no adoptar políticas responsables, empeorarían los problemas del país», afirmó.

– La enfermedad venezolana –

El economista Víctor Álvarez sostiene -por otra parte- que el país debe prepararse para una «próxima crisis de abundancia», al contarse con un nuevo incremento en el precio del petróleo.

Señala que la base de los cambios en política económica, es la de acabar con lo que ha denominado el «neo rentismo socialista» implementado en los últimos 18 años y el cual precede al rentismo petrolero.

«El país sufrió mucho de lo que se llamó la ‘enfermedad holandesa’, pero ahora sufre los rigores de la ‘enfermedad venezolana’, caracterizada por usar la renta como inversión social clientelar y el uso del financiamiento público al control social», dijo durante su ponencia en el foro de la UCAB.

Entre las características del «neo rentismo socialista» destaca la sobrevaluación de la moneda, los subsidios generalizados a bienes y servicios, la baja carga de impuestos en el presupuesto nacional, la alta nómina estatal y los controles de cambio y de precio, entre otros.

Indicó Álvarez que es prioritario resolver la actual sobrevaloración del tipo de cambio, la cual a su juicio ha castigado las exportaciones, la industria y el turismo interno. Considera que resolver la actual crisis económica no pasa precisamente por ejecutar medidas de shock o «medidas draconianas».

Propone que igualmente se lleve a cabo un plan de industrialización del país y se fortalezcan las capacidades tecnológicas, se reivindique la importancia de las políticas agrícolas, se elimine la burocratización de la fuerza de trabajo (electorado clientelar) y se levanten los subsidios a los servicios públicos.

Sostiene el economista que los actuales fondos que maneja el gobierno deben tener el uso que realmente se requiere. Además de financiar el gasto público con impuestos y no con renta petrolera.

«Se deben sustituir los fondos para gastar la renta, por mayores fondos para ahorrar e invertir la renta«, dijo.

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