Economía

¿De dónde sale toda esa escasez que tortura a Venezuela?

Números y datos implacables explican por qué hay que pasar varias horas bajo lluvia o sol en largas colas para comprar productos regulados, o por qué hay que dejar la quincena hasta el pellejo en el mercado negro para reunir algunos pocos bienes. La peor noticia: ese desabastecimiento va a empeorar.

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El principal problema económico para la familia venezolana hoy es encontrar alimentos y otros productos básicos, especialmente a precios regulados, que puedan ser comprados con los magros salarios de quienes tienen trabajo. Los que juntan un poco más de ingreso, acuden al mercado negro, ese próspero negocio que florece cuando las economías colapsan en medio de controles imposibles y represión a la iniciativa privada.

Las largas colas que fuerzan la barra y la paciencia cada día de la gente se han vuelto como una enfermedad crónica, un tumor a flor de piel con el cual cuesta vivir.

Uno de los principales asuntos en torno a la escasez es la falta de expectativas positivas. En efecto, hay pocas razones para creer que en los próximos meses mejorará el abastecimiento de los bienes esenciales, muchas menos para creer que se detendrá esa espiral inflacionaria en la que los precios no paran de crecer.

Hay razones de fondo por las cuales se sabe que no sólo se mantendrá la escasez, sino que aumentará: las dos fuentes de oferta para el mercado interno están por el suelo, tanto las importaciones como la producción interna.

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