Venezuela

La clave del éxito de los caciques adecos en las primarias

Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Desde 1958 hasta 1998, la política venezolana se vestía entre verde y blanco con Acción Democrática (AD) y el Partido Socialcristiano COPEI encabezando al país. Fue en las elecciones del pasado domingo que un color de la “guanábana” se hizo más nítido: el blanco

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FOTOGRAFÍA: Andrea Hernández

El secretario de AD, Henry Ramos Allup encabezó una gira en todos los estados del país mientras otros políticos marchaban y «tragaban» bombas lacrimógenas en las protestas. Para muchos, esa estrategia fue una de las piedras angulares del éxito de su partido en las primarias de la oposición.
AD salió victorioso en los comicios internos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para elegir candidaturas únicas que participen en las elecciones regionales de octubre -que aún no tienen fecha cierta-. La organización se atribuye la victoria en 12 de las 19 entidades disputadas, a pesar de que la coalición opositora todavía no comunica al país los resultados totales de los comicios.

Entre los ganadores de la tolda blanca se cuentan José Gregorio Montilla en Apure; Larissa González en Delta Amacuro; Pedro Loreto en Guárico; Ramón Guevara en Mérida; Robert Alcalá en Sucre; Laidy Gómez en Táchira, la entidad más competida con seis candidatos; y Carlos Andrés González en Trujillo. El partido también gritó victoria en las entidades selladas en alianzas con otras organizaciones como fue el caso de los estados Zulia, Miranda o Bolívar. ¿Cuál fue la clave del éxito para AD?

Expertos como Carlos Raúl Hernández arguyen que parte de la victoria del partido viene por la memoria del venezolano. “Es un partido histórico asociado a todo el gran cambio que vivió Venezuela al pasar de ser un país rural a uno moderno. Eso en generaciones mayores dejó una impronta imborrable”.

Hernández hizo referencia al “caudillismo” presente en las organizaciones políticas del momento y reiteró que Acción Democrática se implantó como “un partido moderno con una concepción de la organización estructurada con poderes”.

Volvió al tema de la historia para explicar que la influencia del liderazgo regional del partido es “importante y sólida”.

Antonio Ecarri Bolívar, vicepresidente de AD, atribuyó el éxito del partido a que está “enraizado en la consciencia del pueblo. No es eslogan ni consigna, es una realidad producto del trabajo que hemos hecho”. Principalmente, puntualizó que lo que hace que una organización sea de largo aliento es que su nacimiento gire en torno a ser oposición. “Cuando un partido nace en gobierno, desaparece rápido”.

El propio Henry Ramos Allup, secretario general del partido, explicó que Acción Democrática venció en las primarias frente a organizaciones jóvenes por la “descaraqueñización” de la política y los incentivos dados a la población para el voto.

“Hay que ‘descaraqueñizar’ la política. Esto (el triunfo de los candidatos por AD) no cayó así como así. El gran secreto nuestro es reconocer que los partidos políticos son un pequeño universo y pedimos a la gente apoyo. Otro elemento que veo importante es incentivar a la población y convencer a los que no quieren votar que lo hagan para no regalarle a un régimen que se está derritiendo unas elecciones”, dijo Ramos en una rueda de prensa.

¿La mente maestra?

Ramos Allup no fue el único que atribuyó el éxito de las candidaturas adecas a lo que él mismo llamó “descaraqueñización”. Ecarri opinó que “el desarrollo de una política justa, coherente y unitaria de Henry Ramos” fue decisivo en las victorias.

Hernández coincidió e indicó que la tercera del éxito de AD –luego de la memoria colectiva del venezolano y el contar con un liderazgo regional ya establecido- es la gestión y el manejo de Allup.

“En este proceso ha sido inteligente y muy hábil. AD tiene jefes políticos con autonomía de acción, lo han demostrado en personas como Laidy Gómez en Táchira”, arguyó.

Toldas políticas más jóvenes como Primero Justicia (PJ) o Voluntad Popular (VP) quedaron por detrás de la estela blanca, pero para Ecarri “no hay perdedores” porque, según él, los políticos de la MUD acordaron apoyar la candidatura que ganara y que el que pierde se incorpora a la campaña del que ganó.

“Lo importante no es tener una confrontación interna sino ganar las gobernaciones y seguir presionando para que sigan las elecciones en Venezuela”, aseveró.

Hernández sí se aventuró a opinar que el partido perdedor del proceso fue Un Nuevo Tiempo (UNT), que no solo no contó con la candidatura de su máximo líder, Manuel Rosales, sino que tampoco salió victorioso en ninguna de las entidades en las que competían con candidatura única del partido.
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